Aspectos del vocabulario del De summa temporum vel origine actibusque Romanorum de Jordanes

Cristina Martín Puente

Universidad Complutense

 

Contenido

1. OBJETIVO

2. CRISTIANISMOS DIRECTOS

2.1. Cristianismos directos lexicológicos

3. NEOLOGISMOS DEL LATÍN POSTCLÁSICO Y TARDÍO QUE APARECEN EN ESTA OBRA Y SE DOCUMENTAN EN AUTORES PAGANOS Y CRISTIANOS

3.1. Neologismos lexicológicos pertenecientes al latín postclásico o tardío

3.2. Neologismos semánticos del latín postclásico y tardío documentados en autores paganos y cristianos

4. CRISTIANISMOS INDIRECTOS ÍNTEGROS

5. TÉRMINOS QUE APARECEN POR PRIMERA VEZ O TOMAN UNA NUEVA ACEPCIÓN

5.2. Neologismos semánticos

6. CONCLUSIONES

 

1. OBJETIVO

    En el marco del proyecto de investigación sobre el Léxico de la historiografía latina tardía [PS95-0014] financiado por la DGICYT que actualmente se desarrolla en el departamento de Filología Greco-latina del CSIC he venido estudiando el léxico del De summa temporum vel origine actibusque gentis Romanorum, también conocido por Romana, de Jordanes, historiador del siglo VI d. de C [1]. y en esta exposición me gustaría presentar algunas conclusiones sobre su vocablario que pueden ser de gran utilidad para la elaboración de un léxico del autor, para abundar en el conocimiento de la lengua de esta época y, para establecer relaciones con el vocabulario de la historiografía latina tardía en general.

    No estudiaré aquí el léxico clásico de Romana, que es el vocabulario básico y sin duda fue adquirido por Jordanes leyendo a los historiadores que le sirven de fuente, como Floro o Eutropio, a pesar de que puede presentar aspectos interesantes. Por ejemplo, presenta el verbo victitare, que se documenta en Plauto, Terencio y Gelio, pero no en la latinidad clásica y el sustantivo commentarius con la acepción de «comentario a la obra de un autor», la misma que tiene en Cicerón y después sobre todo en los autores cristianos. En esta intervención me centraré en los sustantivos (exceptuando los nombres propios), adjetivos, verbos y adverbios que se documentan por primera vez o que adquieren un nuevo sentido en época postclásica y tardía o en el propio Jordanes, sirviéndome siempre que sea posible, de la terminología, ampliamente aceptada, de la escuela de Nimega.

2. CRISTIANISMOS DIRECTOS

    Los términos o expresiones relacionados con la religión cristiana aparecen en dos tipos de contextos. Por un lado, como no podía ser de otro modo, cuando narra hechos históricos que tienen que ver con los cristianos, por ejemplo, en Rom. 309 Valens ab Eudoxio Arrianorum episcopo suasus et baptizatus contra orthodoxos infestus insurgit («Valente, adoctrinado y bautizado por Eudoxio, obispo de los arrianos, se levanta contra los ortodoxos»), emplea los cristianismos lexicológicos episcopus, Arriani, baptizare y orthodoxus. Por otro lado, en comentarios que el autor, en su condición de cristiano, intercala y no tienen nada que ver con la narración de acontecimientos históricos. Así, por ejemplo, en Rom. 11 latius, si dominus permiserit, exequamur («si Dios lo permite, lo desarrollaré más extensamente») dominus, que en latín clásico significa ‘señor’, es un cristianismo semántico que adquiere el sentido de ‘Dios’ para los cristianos.

    Es absolutamente lógico encontrar cristianismos directos cuando en la obra se narran acontecimientos históricos en los que están involucrados los cristianos y realidades que tienen que ver con su religión, lo mismo que ocurre en las obras de Tácito o Amiano Marcelino, aunque éstos no sean cristianos. Sin embargo, los cristianismos que aparecen en los comentarios personales de Jordanes son sólo propios de una persona que profesa el cristianismo, lo entiende como una forma de vida y tiene como fuente principal a la Biblia y a los autores cristianos (Friedrich 1907: 396 ss.).

2.1. Cristianismos directos lexicológicos

    La mayor parte de los cristianismos directos son neologismos lexicológicos introducidos por los traductores de las obras religiosas. En un porcentaje muy elevado se trata de préstamos del griego, en menor medida de préstamos del hebreo y, por último, algunos de ellos son derivados latinos de préstamos de uno y otro tipo. La mayoría de ellos son sustantivos: apocalypsis (265), apostata (304), apostolus (265), Arriani (308), Christianitas (304), Christianus (262, 265), episcopium (350), episcopus (338, 351), evangelista (265), monachus (324), orthodoxus (308), pascha (363), prophetia (84), proselytus (276) protoplastus (8) y sabbatum (363). Hay un adjetivo, paschalis (264), derivado latino a partir de pascha, de origen hebreo, y dos verbos, batipzare (308, 315) y prophetare (44).

    2.2. También hay neologismos semánticos. Los más numerosos son los sustantivos: altare (58), caro (258), creatio (7), cultor (290), deus (1, 4, 5 bis, 33, 55, 85, 98, 195), diluvium (3, 7, 9 bis, 10), doctor (262), dominus (11, 363, 382, 385), ecclesia (315), fides (262), frater (1, 5), idola (55, 304), lex (5, 28, 78), mundus (3 bis, 5 quater, 9, 10, 11, 43, 52, 84, 85, 98), nomen (290), paganus (322), pax (287), persecutio (262, 287, 302), pontifex (74), propagator (315), repromissio (28), scripturae (74, 270, 276 bis, 277, 280), spiritus (256), templum (58), virgo (85, 256) y virtus (28, 85). Además se documentan dos adjetivos, divinus (3, 74, 276, 277, 280, 290, 291, 317, 332) y sanctus (85, 256, 363) y un solo verbo, convertere (4, 304).

3. NEOLOGISMOS DEL LATÍN POSTCLÁSICO Y TARDÍO QUE APARECEN EN ESTA OBRA Y SE DOCUMENTAN EN AUTORES PAGANOS Y CRISTIANOS

3.1. Neologismos lexicológicos pertenecientes al latín postclásico o tardío

    Prácticamente todos los neologismos lexicológicos son cristianismos indirectos parciales. Entre los sustantivos están conditrix (14), expensa (269), iugalis (84, 309), metropolis (223), nativitas (10, 11, 13), obsidatus (227), praepositus (360), primicerius (305), prodecessor (332), protector (259), restauratio (293) y silentiarius (354). También hay varios adjetivos: modernus (311), occidualis (249) y orientalis (241); un adverbio, iugiter (377). Los verbos, más numerosos que los adjetivos y los adverbios son: breviare (114), captivare (57 bis, 235), commanere (244), conversari (51), effugare (237, 375, 381), obviare (227) [2], offocare (306), praevalere (308, 377) y subiugare (3, 227).

    Curiosamente sólo he detectado un neologismo lexicológico que no aparece, por lo que he podido comprobar ni en la Biblia, ni en autores cristianos. Se trata del sustantivo certatus (219) «lucha» del que el Thesaurus sólo ofrece testimonios en Estacio. La hipótesis de que Jordanes lo leyese es difícil de confirmar porque quizá se hayan perdido otros testimonios, pero no descartable, es sabido que en este período los autores paganos continúan leyéndose en la escuela, sobre todo en antologías (Marrou 1965: 456-471; Mohrmann 1977: 35; Paladini-De Marco 1980: 8-10).

3.2. Neologismos semánticos del latín postclásico y tardío documentados en autores paganos y cristianos

    Prácticamente todos estos neologismos son cristianismos indirectos parciales, es decir, se documentan tanto en autores cristianos como en autores no cristianos. Los sustantivos, la clase de palabra más frecuente, son: ambitus (144), curulis (305), dispendium (321, 375), domestici (305), iudex (113, 363, 369, 379) [3], laesio (342), legatus (365), pallatium (360), patricius (127, 319, 326, 334, 335, 336, 338, 365, 376, 383, 385 bis), praevius (355), primatus (10), princeps (365 bis), principatus (345, 349), procinctum (277, 309, 376), procurator (333), proximus (5, 343) y substantia (265). Los adjetivos: centenarius (16), diversi (302, 315, 331, 359, 368, 369, 378), genitalis (227), opinatus (223) y pellax (352). Y los verbos: deportare (314), destinare (338, 342, 369, 384), detonare (149, 185), dirigere (77, 223, 229, 337, 365, 372?, 384), evellere (262, 344), exulare (319, 342), generare (39), inhiare (236, 322, 360 bis), interpellare (250), praevenire (331), suggerere (350) y truncare (334, 360, 385).

    He detectado dos neologismos semánticos que no se documentan en autores cristianos, el sustantivo famulus, que en latín clásico significa ‘esclavo’ o ‘sacerdote de una divinidad’ y en Jordanes tiene el sentido de ‘el que está al servicio militar de alguien’, como en Lucano, Estacio, Silio Itálico y Claudiano; y el adjetivo immemor (325), que en latín clásico tiene el sentido de ‘que no recuerda’ y en Jordanes significa, como en Estacio, Séneca y Silio Itálico, ‘que hace olvidar’. Quizá esto apoye la hipótesis ya planteada de que Estacio estaba entre las lecturas del historiador.

    De todas formas hay que señalar que no todos los neologismos postclásicos y tardíos que se documentan en Jordanes tienen el mismo valor para sacar conclusiones sobre su léxico. Así el neologismo lexicológico primicerius y el semántico domestici que leemos en Rom. 305: Iovianus primicerius domesticorum in regno ascitus est están tomados del pasaje 2379 de la Crónica de Jerónimo Jovianus ex primicerio domesticorum imperator factus est. Los neologismos que toma de Floro, Jerónimo o Marcelino cuando está parafraseándolos, como ambitus, deportare, detonare, domestici, expensa, exulare, inhiare, legatus, patricius, praepositus, primicerius, protector, silentiarius y truncare, dicen más de la lengua de estos autores que de la suya propia. Sin embargo, en muchas ocasiones su fuente utiliza una palabra clásica, pero él prefiere servirse de un cristianismo indirecto sinónimo. Por ejemplo, en Jerónimo (Crónica 1814) leemos Scopa principe militiae misso Judaeam capit y en Romana 77 directo Scopa principe militare capit Iudaeam. Es decir, sustituye el verbo mittere por el cristianismo semántico dirigere. Del mismo modo prefiere occidualis a sub occasu, commanere a agere, effugare a fugare, destinare a mittere o captivare a capere. También se sirve de este tipo de neologismos cuando no sigue ninguna fuente.

4. CRISTIANISMOS INDIRECTOS ÍNTEGROS

    Por otro lado, como veremos en tercer lugar, encontramos en Jordanes términos o expresiones exclusivas del latín de los cristianos que no tienen que ver con la religión cristiana, es decir, «cristianismos indirectos íntegros».

   4.1. Entre los neologismos lexicológicos están los sustantivos concupiscentia (5) y heredes (222), los adverbios imaginarie (2) [4] y solite (377) y el verbo carcerare (360).

    4.2. Y entre los neologismos semánticos, más frecuentes que los lexicológicos, encontramos los sustantivos generatio (11), iudex (30, 31, 32, 36, 38, 40, 113, 363, 369, 379), patria (227, 348, 369), processus (341) y provisor (251) y los verbos accipere (38, 298 bis, 311, 323), adunare (264), effodere (236, 361), obviare (376), repedare (86, 260) y transfundere (276).

    Muchos de estos cristianismos indirectos íntegros sustituyen a un término o giro clásico sinónimo que aparece en su fuente. Así, por ejemplo, en Rom. 360: conpraehensum carceratumque saxis contusit ingentis aparece el verbo carcerare que no está en el texto de Marcelino en que se apoya (519, 2: comprehensus et in carcere saxis contusus ingentibus), en Rom. 298: encontramos el verbo accipere con el sentido en que lo usan los escritores cristianos y la Vulgata de ‘tomar en matrimonio’, Galerius autem Valeriam Dioclitiani filiam accepit, aun cuando en la Crónica Jerónimo (2307) emplea el verbo clásico ducere para esa misma acepción: Galerius filiam Diocletiani duxit Valeriam y en Rom. 264 Jordanes emplea el verbo adunare, utilizado por los cristianos con el sentido de ‘congregar’, concepto que Jerónimo (2086) expresa con confluere.

5. TÉRMINOS QUE APARECEN POR PRIMERA VEZ O TOMAN UNA NUEVA ACEPCIÓN

    5.1. Los neologismos lexicológicos de este tipo son el sustantivo storiuncula (6), el adjetivo testamentalis (223, 225) construido con el sustantivo vox, con el sentido de testamentum (término que utiliza su fuente Festo) y el adverbio compuesto perquaquam (355), con el sentido de «por todas partes», formación parecida a los términos clásicos nequaquam y haudquaquam.

    Por otro lado, hay una serie de términos que parecen contener errores ortográficos, suponiendo que la lectura del editor sea correcta. Así habría escrito Actiatico (84) por Actiaco, milio (346) por miliario, lecticaverit (7) por lectitaverit y peripaticus (78) por peripateticus.

5.2. Neologismos semánticos

    5.2.1. Se produce, por una parte, la confusión de preverbios en algunos vocablos, fenómeno frecuente en latín de esta época (Lorenzo 1976: 153). Así abnepos (38), que en latín clásico designa ‘tataranieto’, en Jordanes equivale a pronepos (‘bisnieto’); concedere (281) no significa ‘marcharse’, ‘ceder’, como sería de esperar, sino que tiene el sentido de accedere ‘acceder’; excipere in deditionem (235) y suscipere in deditionem (349, 351, 375) tienen el mismo sentido que la expresión accipere in deditionem (‘recibir en rendición’) y rebellare (85), que en latín clásico significa ‘retomar la armas’, ‘sublevarse’, tiene el sentido de debellare (‘rendir por la fuerza al enemigo’).

    5.2.2. Por otra parte, algunas palabras adquieren significados inusitados, por lo que he podido averiguar, antes de este autor, es el caso de los sustantivos limbus (309), ‘borde’ en latín clásico, que tiene en Romana el sentido de ‘ribera’; servitium (225, 249), en latín clásico «condición de esclavo’, tiene en Rom. 225 el sentido de ‘servicio militar’ y en 249 equivale a servitutis ‘dependencia’; spatium (217), ‘espacio’ en latín clásico, tiene el mismo sentido que passus (‘paso’); solacium (223), que significa ‘consuelo, alivio’ en latín clásico y ‘ayuda’ en el latín de los cristianos, tiene en Jordanes en plural el sentido de ‘tropas auxiliares’ [5]; sors (351), ‘suerte’ en latín clásico, tiene en Jordanes el sentido de ‘modo’ [6] y suspectum (372), ‘mirada hacia arriba’ en latín clásico, tiene el mismo sentido que suscipio ‘sospecha’.

    Lo mismo ocurre con los siguientes verbos: causari (307), ‘aducir como excusa’ en latín clásico, en esta obra significa ‘considerar’, de hecho el pasaje de Jerónimo que parafrasea presenta interpretare; eximere (150), ‘sacar’ en latín clásico, tiene el sentido de ‘finalizar’; obviare, término postclásico que puede tener las acepciones de ‘ir delante de’, ‘oponerse’ o ‘impedir’, lo utiliza con el sentido de ‘desatender’; praenotatus (114), testimoniado desde Apuleyo, puede tener el sentido de ‘hacer una marca’, ‘titular’, ‘predecir’, pero en Jordanes significa ‘antes mencionado’ [7]; prolabi (333), ‘deslizarse’ en latín clásico, tiene el sentido de ‘irrumpir’; promerere (319), ‘merecer’ en latín clásico, tiene el sentido de ‘apoderarse de’ [8]; sedare (333), en latín clásico ‘aplacar’, tiene el sentido de ‘vencer’; solvere (366), en clásico ‘desatar’, ‘cumplir’, en Jordanes tiene la acepción de ‘retirar’; suadere (308), en latín clásico ‘convencer’, tiene el sentido de ‘adoctrinar’ [9]; subdere (221, 229, 388), ‘poner debajo’, ‘poner en lugar de’ en latín clásico, tiene el sentido de ‘someter bélicamente’, quizá por confusión con subicere o subigere; supersedere, en latín clásico ‘estar sentado sobre’, ‘desistir’ o ‘abstenerse de’, significa ‘pasar por alto’; tenere (328), ‘tener’ en latín clásico, se emplea con el sentido de ‘custodiar’; transmutare, que en clásico tiene el sentido abstracto de ‘cambiar de situación’, en este autor tiene el sentido de ‘llevar por la fuerza’; vallare [10] (359, 370, 374), ‘atrincherar’ en latín clásico, tiene el sentido de ‘asediar’; vocare, ‘llamar’ en latín clásico, es usado con el sentido ‘enterrar’.

    El hecho de que encontremos en Jordanes tantos sustantivos y verbos con un significado inusitado puede obedecer a que se produce un desplazamiento semántico comprensible, que quizá se da no sólo en él sino que es gereral en esta época. Éste puede ser el caso de solacia, que tiene un primitivo significado de ‘alivio’, después adquiere el sentido de ‘ayuda’ en el latín de los cristianos y por fin tiene en Jordanes [11] el sentido de ‘tropas auxiliares’. Pero en otros casos parece más bien que el historiador, puesto que no domina perfectamente la lengua latina, ha empleado erróneamente una palabra por otra, es el caso de spatium con el sentido de passus o de suspectum con el sentido de suspicio [12].

6. CONCLUSIONES

    El vocabulario del De summa temporum vel origine actibusque gentis Romanorum de Jordanes, como el de otros historiadores tardíos, es en gran medida clásico; ahora bien, también encontramos en él un número importante de neologismos postclásicos y tardíos, tanto lexicológicos como semánticos, documentados casi en su totalidad en la Biblia y en las obras de autores cristianos, que sin duda eran sus lecturas más frecuente. Mientras que los tres neologismos que Jordanes emplea y se documentan únicamente en autores no cristianos, pudo haberlos leído en alguna antología.

    La mayoría de los neologismos lexicológicos y semánticos que encontramos en Romana son sustantivos y verbos y tienen que ver con los temas típicos de la historiografía imperial: nacimientos, casamientos, muertes, sucesiones en el poder, cargos administrativos, políticos y militares y, por supuesto, la guerra y el sometimiento de otros pueblos. Mucho menos frecuentes son los adjetivos y los adverbios.

    Hemos podido comprobar que en múltiples ocasiones Jordanes prefiere servirse de un cristianismo indirecto, parcial o íntegro, que del término o giro clásico que aparece en su fuente. Hasta tal punto sufre la influencia de la lengua de los cristianos, de donde procede buena parte de su acerbo léxico. Esta misma circunstancia se da, por ejemplo en otros historiadores cristianos como Gildas, contemporáneo suyo (Kerlouegan 1987) y es también normal en autores medievales como Pablo Diácono (Engels 1961) o Sedulio Escoto (Meyers 1994).

    Por otra parte, hemos podido comprobar que tan sólo hay tres neologismos lexicológicos sólo documentados en Jordanes y, sin embargo, múltiples neologismos semánticos, algunos de los cuales pueden responder a un desplazamiento de sentido comprensible operado quizá en esta época, mientras que otros parecen responder más bien al empleo erróneo de una palabra por otra debido a un conocimiento imperfecto del latín.

 

BIBLIOGRAFÍA

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NOTAS:

[1] Poco es lo que de cierto sabemos sobre Jordanes aparte de que nació en Escitia Menor, fue notario, como su abuelo, de un jefe alano y después monje y aprendió latín y griego (Giunta 1988: 111-117). De él conservamos dos breviarios, De summa temporum vel origine actibusque gentis Romanorum y De origine actibusque Getarum, también conocido por el título abreviado de Getica, que recoge toda la historia de los godos, y es importante, porque, perdida su fuente principal, la Historia de los godos de Casiodoro, fue leída durante toda la Edad Media. Ambas obras, escritas entre el 550 y el 551 muy probablemente en Rávena, son resúmenes de obras historiográficas de varios autores y presentan las mismas características lingüísticas que muchos autores cristianos. Como Gregorio de Tours (Grégoire de Tours, 1975: 18-19), ha pretendido escribir un latín correcto (clásico con muchos rasgos del latín de los cristianos), pero su dominio incompleto de la gramática y la contaminación con la lengua hablada han impedido que lo consiga.

[2] En el pasaje Rom. 227 obviare tiene el mismo sentido que en latín postclásico (‘hacer frente’); sin embargo, en Rom. 376 tiene un sentido inusitado (‘desatender’).

[3] En latín clásico tiene el sentido de ‘juez’, mientras que en Jordanes tiene en estos contextos el sentido de ‘jefe de una provincia romana’, como en Comodiano, Eutropio, Símaco, Jerónimo, entre otros. Precisamente en uno de estos casos su fuente Marcelino (530) utiliza dux. Sin embargo, en 113, 363, 369 y 379 es un cristianismo semántico y tiene, como veremos más abajo el sentido de ‘jefe militar de los hebreos’.

[4] Con el sentido de ‘jefe militar de los hebreos’, al igual que en Vetus Latina, Vulgata y autores cristianos como Jerónimo.

[5] La misma acepción tiene en Gregorio de Tours que escribió su obra con posteridad.

[6] Como también lo tendrá en Gregorio Magno.

[7] La misma acepción que después también encontramos en Gregorio Magno.

[8] De hecho Marcelino 396, que le sirve de fuente, emplea el verbo abripuere (‘arrebatar’).

[9] Como persuasus en el pasaje de Orosio que le sirve de fuente (7, 32, 6 baptizatus et persuasus).

[10] De hecho el verbo que aparece en su fuente, Marcelino 542, es abducere, que significa esto mismo.

[11] Y en un autor contemporáneo como Gregorio de Tours.

[12] Una cuestión relacionada con ésta es el hecho de que Jordanes ha seguido casi literalmente un manuscrito de Floro con muchos errores, de modo que a veces encontramos en Romana una variante textual que los editores de Floro han desechado, pero él ha admitido sin cuestionarla (Florus 1967: CXVIII-CXIX; CXXIII-CXXIV). Es el caso, por ejemplo, de baccari (130) por vagari; conspirare artius (173) por spirare altius; intercedere (116) por incedere; refodere (133) por defodere; subrumpere (212) por subruere, etc.