EL«MODISMO» EN LA ENSEÑANZA DEL ESPAÑOL*

Mario García-Page

 

    0. En el trabajo que presentamos se pretende tan sólo constatar ciertas averiguaciones acerca del aprendizaje y del conocimiento de los modismos españoles a través de una encuesta dirigida a un grupo representativo de hablantes de español como primera lengua o lengua materna. Los informantes constituyen un conjunto de más de sesenta alumnos de de B.U.P. (en la especialidad de Letras) y C.O.U. (en la rama de Ciencias). Hemos creído oportuno reunir tales cursos en virtud de la similaridad de las respuestas de uno y otro.

    El corpus de ejemplos lo componen setenta modismos de diferente naturaleza. El tipo de informante y los objetivos perseguidos en la encuesta exigían una selección del ingente repertorio de modismos de que dispone la lengua española para las distintas situaciones comunicativas. Los modismos fueron clasificados y estructurados en varios grupos y subgrupos en función de los objetivos y de acuerdo con la naturaleza de los mismos: tipo de construcción, grado de fijación, existencia de variantes, modismos con palabra únicas o idiomáticas, elativos y comparativas estereotipadas, etc. (Ver Anexo l).

    Los resultados obtenidos no son, evidentemente, definitivos. Habría que practicar la encuesta en otros niveles escolares dentro de la profesión estudiantil: en E.G.B. y Universidad, especialmente en alumnos de los últimos cursos de carrera, donde las respuestas pueden ser más elocuentes.

    Tales resultados podrían ser confrontados a su vez con los que se obtuvieran de la encuesta practicada en grupos de hispanohablantes de edades diversas sin escolarizar, así como con los que arrojara tal encuesta -u otra de cuestionario parecido- dirigida a estudiantes de español como segunda lengua. El que los modismos, como los refranes y otras fórmulas literales, formen hechos culturales de repetición con valor estereotipado que se ponen en práctica en determinadas situaciones comunicativas y no como hechos lingüísticos de creacion a partir de unas reglas de combinación sintáctico-semánticas, tal como sucede con los sintagmas y oraciones, dará sentido a la encuesta que se practique en el primer grupo indicado, cuyos representantes han aprendido los modismo en la calle o en casa, pero nunca en el colegio. A su vez, los datos obtenidos podrán marcar las diferencias socioculturales de acuerdo con las variantes empleadas. La encuesta dirigida al segundo grupo (estudiantes de español como segunda lengua) puede ser interesante para ver, por ejemplo, qué clase de modismos aprenden con menor dificultad y por qué (p.e., desde el punto de vista lingüístico, por la presencia de rimas, recurrencias léxicas, anomalías sintácticas, extranjerismo, palabras extrañas o idiomáticas, etc.), o que formulaciones paralelas existen en la lengua de su país de origen.

    La encuesta podría igualmente haberse practicado en diversos grupos bien diferenciados socialmente (p.e., en comunidades minoritarias o grupos «marginados») para observar y verificar la clase de modismos preferida, posiblemente muy distinta -hasta el punto de ser característica y propia de tales grupos- respecto de la que utiliza el resto de la sociedad.

    En la encuesta se ha.utilizado el término de «modismo» como expresión sinónima de «frase hecha», «expresión fija» o «locución» (entre las denominaciones españolas más frecuentes), siguiendo el sentir generalizado, aunque hay lingüistas, sin embargo, que pretenden establecer -no siempre con clara nitidez- algunas diferencias entre tales denominaciones[1].

    La base de datos la constituyen todas las respuestas que los informantes han justificado de algún modo (mediante un comentario, una definición aproximada, ejemplos). En cambio, no se han tenido en cuenta las respuestas simples del tipo «sí/no», de donde no puede inferirse el conocimiento real y verdadero de los modismos; por lo que se han considerado como preguntas sin contestar (o blanco) para el cómputo de aciertos.

    1. Las preguntas de 1 (ver Anexo 1) tienen como objetivo comprobar que de acuerdo con nuestra propia experiencia, 1.l.) se sabe, al menos intuitivamente, lo que es un modismo, aunque nunca se haya estudiado, y que -aunque los datos no sean totalmente fiables[2]. 1.4.) más de la mitad de los encuestados nunca ha tenido que estudiarlos en clase como lección; por lo que, como cabría esperar, 1.3.) es la calle la vía más importante de transmisión de los modismos, seguida de las conversaciones familiares y, finalmente, aparte de otras formas, el medio escolar, fundamentalmente a través de conversaciones con compañeros o las exposiciones de los temas por parte del profesor; pocas veces como objeto principal de estudio. Tales resultados son también válidos para los refranes, tal como puede inferirse de los paremias que, en 1.2.) se aducen esporádicamente como ejemplos de modismos.

    Ello nos permite reafirmarnos en la opinión de que los modismos son hechos culturales, de transmisión generalmente oral, que se aprende por mera reproducción literal. Este estudio no tiene un alcance sociolingüístico, en cuanto que no nos interesan de modo directo e inmediato las variables de edad, sexo, profesión, etc. Ahora bien, su consideración, puede arrojar datos de mucho interés. Así, considerando que el bagaje cultural no se corresponde a cabalidad con el cúmulo de conocimientos lingüísticos, con la competencia lingüística, cabe suponer que la edad sea un factor determinante de la mayor o menor cantidad de modismos aprendidos, ya que son el tiempo y la experiencia los factores principales de los que, en condiciones de comunicación normales, depende la adquisíón de aquéllos. Es más, el uso y abuso de modismos podría ser, por el contrario, síntoma de cierta hipertrofia en la creatividad lingüística (en el sentido «generativo»), tal como, con respecto a los refranes, se ha achacado al habla de los rústico, tantas veces parodiado por autores como Cervantes. No obstante, ciertas operaciones lingüísticas, como la consulta del diccionario, pueden convertirse en otros medios eficaces para el aprendizaje de los modismos.

    En la medida en que los modismos de escasa difusión general se podrían distribuir por áreas según las situaciones pragmáticas en que se emplean, otras variables como la profesión, el estrato social, el nivel cultural, el sexo, la religión, etc. pueden determinar en mayor o menor medida, el conocimiento de ciertos modismos y no de otros, o las preferencias hacia determinados modismos y no sus variantes sinónimas.

    2. En 2 (ver Anexo) se agrupan tres tipos fundamentales de locuciones, siguiendo la clasificación de Casares[3]: locuciones verbales, nominales y adnominales. Tales modismos tienen en general un alto grado de divulgación. Se han aceptado como aciertos algunas respuestas no totalmente precisas, las que caracterizan el modismo a través de otro modismo de significado similar (p.e., costar el ojo de una cara = costar un riñón) o las que incluyen, al menos, el sema más relevante para su definición.

    El objetivo de las cuestiones de 2 era comprobar si tales modismos, que suponíamos ser de gran difusión, eran conocidos por los informantes elegidos -que representan un nivel medio o medio-alto desde el punto de vista sociocultural, pero no la clase «culta». El objetivo se consigue, aunque las cifras arrojan una desproporción considerable: p.e., el significado de los modismos de 2.1, 2.3, 2.4 y 2.5 es conocido por aproximadamente el 95%, mientras que el de 2.11 lo conoce tan solo aproximadamente el 30%.

    Según los resultados, los informantes conocen mejor las locuciones verbales (a excepción de 2.1) y peor las adnominales (especialmente, 2.11. y 2.12 [también nominal] ).

    3. En 3 se reúnen modismo que presentan, en su configuración formal (léxica), una particularidad lingüística excepcional: la de incluir una o varias palabras idiomáticas[4], esto es, palabras únicas que existen sólo dentro del marco de una estructura locucional y que, por ello, funcionan como signos diacríticos, como índices o marcas de que la frase en que aparecen es un modismo o expresión fija.

    A su vez, los modismos con palabras idiomáticas de 3 vienen clasificados en cuatro grupos[5]:

    a) los que contienen palabras adscribible a otro estado sincrónico de la lengua –arcaísmo- o a una lengua extranjera -latinismo, préstamo, etc.[6] (3.5.-3.8); b) los que incluyen palabras pertenecientes a un léxico especializado: Música, Matemáticas, Historia, etc. [7] (3.9.-3.12); c) los que se conforman con una palabra compuesta o derivada por algún proceso de formación léxica [8]. (3.17 -3.21); d) los que incorporan una palabra idiomática no describible, en principio, por ninguna de las caracterizaciones indicadas para el resto de los subgrupos[9].(3.13 -3.16).

    Tales palabras, como elementos integrantes de un modismo, carecen de significados en sí mismo. El único significado posible es el que corresponde en bloque a toda la expresión idiomática, al modismo en su conjunto considerado como un todo.

    De ahí que nuestro principal objetivo en este punto es comprobar si los informantes, aun ignorando el significado de una de las partes del modismo (la palabra idiomática), conocen el significado global de modismo, lo cual no sería imposible en cuanto que se define como hecho cultural que se aprende por mera reproducción literal (memorización) y no por medio de una operación lingüística basada en el análisis y la combinación de los semas configuradores de los significados correspondientes a las palabras conformantes del modismo[10].

    Los resultados obtenidos en 3.b) eran esperables, a pesar de su escaso valor: de escaso valor porque la mayoría de los informantes señala entre las palabras que no conoce aquellas que aparecen en los modismos cuyo significado también desconocen; esto es, había una correspondencia casi exacta entre modismo desconocido y palabra idiomática desconocida. Muy pocos alumnos supieron distinguir entre el significado del modismo y el significado que cabría asignar a la palabra idiomática: concretamente, los siguientes: Conocen el significado de Dar en el busilis pero no de busilis. Conocen el significado de A troche y moche y de Porfas por nefas, pero no de troche, moche, fas y nefas. A pesar de su inexactitud, se admite por válido el significado de 'agachado' que dos informantes asignan a la locución a horcajadas, aun sin saber el significado de la palabra horcajadas.

    No obstante, las respuestas de los dos grupos (los pocos que responden adecuadamente y los muchos que presumiblemente no lo hacen) son interesantes e, incluso, satisfactorias. Por un lado, porque la correspondencia o paralelis~ mo entre palabra desconocida/modismo desconocido (según la mayoría) puede tener su razón de ser en un hecho real: el de que la interpretación de una frase en su conjunto quede bloqueada por el desconocimiento de uno de sus constituyentes. Por otro lado, el que los informantes asignan a la locución A horcajadas, aun sin saber el significado de la palabra horcajadas.

    Por otro lado, el que los informantes descifren el significado del modismo aun desconociendo el significado de uno de sus componentes pone de relieve una vez más que el modismo significa en bloque -esto es, que su significado no es deducible de la suma o combinación de los significados individuales de los elementos que los conforman[11]. Su significado, idiomático o no, con contraparte homófono literal o no[12], es aprehendido y memorizado en la medida en que el modismo es un hecho que obvia normalmente el carácter productivo de la gramática. Esta situación vuelve a repetirse en 5, donde la mitad aproximadamente de los informantes sabe el significado de los modismos, pero desconoce o no recuerda modismo sinónimos, que es justo lo que se pide.

    Según la estadística, los modismo que alcazaron un mayor número de respuestas acertadas fueron 3.14, 3.13, 3.5, 3.11, 3.17, 3.20, y los que obtuvieron un número menor, 3.7, 3.12, 3.2, 3.16. Del primer subgrupo resultó más fácil, más conocido, el modismo de 3.3. Se dieron por buenas las respuestas a 3.1 que incluían el sema 'muy deprisa' por la posibilidad de relacionarse con 'de modo irreflexivo' (sema que lo caracteriza), así como las que se dieron mediante locuciones, como a lo loco. Curiosamente algunos informantes asignaban erróneamente el sema 'dificultad' a 3.2, acaso confundiendo A traque barraque con una expresión parónima que sí la define tal sema: A trancas y barrancas; hecho que, junto a otros fenómenos que cabría estudiar, puede poner de manifiesto la importancia de los recursos fónicos para el aprendizaje de los modismos[13]. Del segundo subgrupo, 3.5. obtuvo más aciertos y 3.6 y 3.8, menos. Se dieron por válidas las definiciones de 3.6. propuestos por medio de expresiones coloquiales o vulgares con valor idiomático: por huevos, por narices, por cojones y la locución de todas las maneras. Del tercer subgrupo, sólo 3.11 tuvo un número considerable de aciertos. El resto no sobrepasó los cinco. Del subgrupo, cuarto, 3.16 resultó ser el modismo más desconocido o más dificil de definir. Sólo cuatro informantes se aproximaron a su definición: 'con las piernas abiertas', 'abierto de piernas' y 'agachado' (2). Los más fáciles fueron 3.13 y 3.14. Del quinto subgrupo, 3.17 y 3.20 parecen ser los modismos más conocidos y, tal vez, 3.19 el que menos. 3.20 fue definido a veces mediante un modismo más conocidos y, tal vez, 3.19, el que menos. 3.20 fue definido a veces mediante un modismo de significado parecido: a escondidas. Se dio por válido el significado ‘levantado en brazos'que se asignaba ocasionalmente a En volandas (3.21). 3.18 obtuvo bastantes respuestas aproximadas o parciales; p.e., algunos informantes consideraban que ‘cerca’ podría ser el sema característico de A bocajarro, y no pocos lo definían por medio de otro modismo sinónimo cuando se usa en sentido figurado: A quemarropa -a pesar de que un informante le asignaba otro valor en la frase «beber a boca jarro»-. Es precisamente 'cerca' el sema con que otros informantes van a definir el modismo A quemarropa en el cuestionario de 7 (7.9). Otros encuestados proponen definiciones parciales basadas en semas más o menos afines: 'sin defensa', 'rápidamente', 'sin apuntar', 'brutalmente', `de repente', etc.

    4. El objetivo de 4 es semejante a 3 en el sentido de que los modismo señalados -que no contienen palabras idiomáticas strictu sensu- son expresiones sintácticamente anómalas desde una perspectiva sincrónica de la lengua española actual y, por tanto, incapaces de ser producidas según las reglas de gramática[14]. En tal sentido, son construcciones cuya forma, fijada, se aprende tal cual por medio de su reproducción literal. Igualmente, gracias a su fijación, e, incluso, a su idiomaticidad (en, al menos, ciertos casos), tales modismos significan en bloque, aunque algunos (p.e., 4.1, 4.3, 4.5) pudieran admitir, pese a su agramaticalidad, una interpretación plausible a partir del análisis y la combinación de los significados de los elementos conformantes. Ahora bien, si en 3 se pretendía poner de relieve la existencia de modismo con palabras idiomáticas que pueden resultar dificiles en su aprendizaje, aquí se destaca fundamentalmente la concurrencia de modismos configurados formalmente por una construcción gramaticalmente anómala, en virtud de la cual pueden ser quizás aprendidos con más dificultad.

    Si nos fijamos en los datos que arroja la encuesta, el objetivo de 4 aun siendo pocos los informantes que advirtieron anomalía alguna (bien por olvido, bien por desconocimiento), se cumple satisfactoriamente a la vista de cierto casos en que el informante, además de apuntar la agramaticalidad, conoce el significado del modismo. Resulta, sin embargo, curioso que ningún alumno señale la agramaticalidad de 4.7 y 4.8 (=anafóricos sin antecedente expreso) siendo los modismos más conocidos. Las irregularidades sintácticas señaladas por algunos informantes consisten en la falta de concordancia en género y número (4.1-4.4). Algunos proponen, erróneamente, a través por traviesa, como si se tratara de unidades léxicas opuestas morfológicamente por el género. Hay quien sustituye traviesa por través (v.gr.: A campo través) considerando correcta esta última forma y no aquélla. Sin embargo, la nueva configuración sintáctica con través tampoco es correcta. Comp. si acaso: Campo a través o A través del campo. A campo traviesa es, no obstante, la forma fijada en el modismo. Algún informante supone ausencia de concordancia en género y número entre pie y puntillas en el modismo A pie juntillas. Si bien es cierto en género: *A pie(s) juntillos.

    5. El objetivo perseguido en 5.a) es doble: 1) mostrar que, al menos en el nivel de uso del español, existen expresiones semánticamente equivalentes frente a la opinión generalizada de que no existe sinonimia en el nivel de la palabra [15]y 2) comprobar que el hablante puede disponer de otros modismos conmutables con el propuesto según lo requieran las circunstancias en las que se establece la comunicación. La pregunta de 5.b) va encaminada a corroborar los resultados obtenidos en 5.a) utilizando el método inverso, esto es, proponiendo pares de modismos sinónimos para que el alumno determine la relación semántica que se establece entre ellos[16].

    El objetivo de 5.a) se cumple porque la mitad de los informantes respondió satisfactoriamente. Resulta curioso el hecho de que 5.2. fuera uno de los modismos más conocidos, pero el que menos locuciones sinónimas obtuvo. La respuesta generalizada fue la definición conseguida a través del verbo complementado palmarla, expresión coloquial muy esperable en el tipo de informantes en que se hacía la encuesta. Asímismo, a través del corpus de resultados indicados para la formulaciones de 5, se pueden extraer algunos datos de interés para un posible estudio sociolingüístico, ya que las respuestas dan cuenta de las preferencias de un determinado grupo sociocultural bien definido. Así,

    5. 1. El modismo más empleado como sinónimo de Dar en el clavo es Dar en el quid (a veces complementado con el SP de la cuestión). Con gran diferencia le siguen los modismos Dar en el blanco, Dar en la clave (de un asunto) y Dar en la diana.

    5.2. Aproximadamente el 40% propuso el modismo quedarse tieso (o patitieso) como sinónimo de estirar la pata. Irse a criar malvas o Irse al otro barrio fueron minoritarios, y se registraron una sola vez expresiones como Ir al cielo o Estar fiambre.

    5.3. Pagar los platos rotos fue la respuesta preferida, pero también se propusieron modismos como cabeza de turco (7 veces) -no equivalente-, pagar justos por pecadores (4) y cargar(se) el mochuelo (2).

    5.4. Resultó ser le modismo con un número menor de respuestas acertadas (aproximadamente sólo un 40%). El modismo sinónimo preferido fue Al tun tun, seguido de A troche y moche, Sin ton ni son, A ciegas, A la ligera, Al voleo y el original sin fu ni contrafú (acas por semejanza con ni fu ni fa). Aunque todos los citados no son siempre sinónimos, pueden utilizarse como tales en ciertos contextos ya que comparten un rasgo semántico fundamental, el de hacer las cosas 'sin pensar', 'de modo irreflexivo', 'sin orden'.

    5.5. Es también, junto con 5.1 y 5.7, el modismo que más respuestas acertadas obtuvo; lo cual no es fortuito, ya que tal modismo y sus sinónimos son de uso frecuentes en el registro de habla de esta clase de informantes. Hacer rollo es el modismo sinónimo preferido. Además de proponer éste, algunos informantes añadían Hacer pellas. Hacer toriles lo propuso también un alumno como alternativa de Hacer pellas. En este punto, debo reconocer que tal expresión, no exenta de creatividad, nunca la había registrado anteriormente.

    5.6. Aunque Hacer trizas parece ser el modismo preferido como sustituto de Hacer añicos, Hacer polvo y romper en (mil) pedazos también obtuvieron un número de respuestas similar.

    5.7. Importar un bledo presentó como sinónimos modismos de estructura verbal parecida que tan sólo varían, respecto del modelo, el núcleo de SN. Los Sustantivos conmutados que más veces aparecieron son: (Importar un) comino (12), pito (6), pimiento (4), pepino (4), rábano (3), carajo (1), mierda (1), «peo» (1). A la vista de tales resultados tan diversos por conmutación, cabe preguntarse si se trata de un auténtico modismo. Acaso deba analizarse como esquema fijo con variantes donde éstas también están fijadas: Importar un bledo, importar un comino, importar un pepino, importar un pito, importar un rábano son, efectivamente -los núcleos sustantivos del SN- tienen en común el significar 'objetos fútiles o baladíes, objetos de poco valor'. Podría hablarse, si acaso, de un cierto margen de libertad creativa del hablante en los tres últimos casos indicados, los cuales aparecen en el corpus tan solo una vez; más concretamente mierda y pedo, ya que carajo sí está más o al menos fijado aunque sólo se haya recogido un ejemplo en el corpus. Son también fijas, o al menos muy corrientes, expresiones sinónimas del tipo importar un par de narices o tres narices (incluso, 1 no registrada tres pares de narices)e importar tres leches, que aparecen recogidas varias veces en el corpus. Pueden repararse en el siguiente detalle que marca en gran medida su carácter fijo: los elementos comunes que se reiteran son las palabras narices, leches, numerales o cuantitativos múltiplos tres, dos, par. Estas construcciones admiten también otros núcleos nominales: cojones, huevos... Además se propusieron modismos de significado similar o próximo como Ni fu ni fa y la frase coloquial Como el que tiene tos y se arrasca los cojones, con el sentido de 'darle a uno lo mismo cualquier cosa', 'no importarle o interesarle nada'.

    A la vista de los resultados, podría afirmarse que los informantes conocen, al parecer, modismos que utilizarían como sinónimos en circunstancias muy determinadas. Los resultados de 5.b) y c) corroboran tal presunción, ya que la mayoría de los alumnos advierte la relación semántica (sinonimia) entre los pares de 5.b) y distingue los significados de la pareja de 5.c.), configurada por modismos de apariencia formalmente idéntica (solo varían en la preposición).Cabe advertir, no obstante que un porcentaje elevado de informantes no advirtió la sinonimia de los modismos de 5.8, seguramente por desconocer el significado de los mismos. No hay duda de que el grado de difusión de los pares de 5.9 y 5. 10 es mayor que el de 5.8.

    6. El objetivo de la pregunta de 6 es comprobar el grado de fijación de expresiones estereotipadas in extremis y determinar, a la vez, la posibilidad de que existan variantes (diatópicas, diastrácticas, etc.). En este último aspecto, es complementaria de 5.a) ya que permite observar los márgenes de fijación de las frases y de creatividad de los hablantes. Algunos de los modismos señalados indistintamente con los marcadores morfológicos de igualdad (como... ) o de superioridad (más ... que)[17].

    6. 1. El termino complementador de la frase más frecuentemente utilizado es, como cabría esperar, la voz mula (52 veces). Algunos informantes proponen también otros signos, cuyas unidades léxicas pertenecen en general al mismo campo: burro (6), mulo (2), borrico (1), Buey (1), pato (1), arado (1) no son más que complementaciones ocasionales debidas probablemente a la actividad creativa del hablante[18].

    6.2. Un grado mayor de fijación presenta al parecer la estructura de 6.2. complementada con pan (60 veces). Tan sólo una vez aparecen las voces miel y «paté di fuá» (sic.) como términos complementarios de la estructura Más bueno que.

    6.3. Lirón es la palabra que cubre en más ocasiones (51) el hueco del modismo inconcluso Duerme como... Curiosamente, tronco (6), marmota (1), ceporro (0), leño (0), cesto (0), apenas tuvieron respuesta a pesar de lo extendido de su uso. Resultan novedosas, sin embargo, las complementaciones de zurrón y oso, fruto posiblemente de la originalidad de los usuarios. Aparecen de forma esporádica una sola vez.

    También se propusieron voces como ángel/angelito (5 veces) y bendito (1), también con carácter más o menos fijado. Cabe advertir, no obstante, que el valor que aportan estas voces(ángel/angelito, bendito) puede no ser totalmente idéntico al que incorporan en la frase las palabras lirón, marmota o tronco. Puede comprobarse que las comparativas de igualdad con las voces lirón, marmota, etc. pueden convertirse en comparativas de superioridad sin alterar su valor superlativo estereotipado [19] (duerme más que un lirón = duerme como un lirón); proceso que no es posible con los signos ángel o bendito (duerme como un ángel (ito)= *duerme más que un ángel (ito), duerme como un bendito = *duerme más que un bendito). De ello puede deducirse que, mientras que lirón, marmota o tronco se emplean para superlativizar la «cantidad» [mucho] (o «cantidad» [mucho] y «calidad» [plácidamente, a gusto], a la vez), ángel y bendito se usan para caracterizar el superlativo con valor cualitativo exclusivamente.

    6.4. La estructura fijada Más sordo que tiene como complementador general la palabra tapia (=Más sordo que una tapia), casi la única voz posible en tal estructrura sin que se altere el valor de la misma, esto es, la construcción misma. Muerto, mula y trompeta, que no son aceptables dentro de la frase, aparecieron una sola vez. (???Más sordo que un muerto??? Más sordo que una trompeta, ???Más sordo que una mula).

    6.5. y 6.6. son expresiones ¿fijas? que admiten variantes fijadas con valor claramente elativo: de campeonato (24, 10 veces respectivamente), de órdago (0,5), de antología (1,l), de los que hacen época (0, 1), de marca [mayor] (1,0), de puta madre (0,l), de miedo (0,l). Es también frecuente el SP de pizarra (0,5) -utilizado para designar las jugadas, goles, etc. que, en las clases teóricas de los entrenamientos deportivos, se dibujan en el pizarrín. Sin embargo, frases elativas sinónimas como de aúpa, de cine, de película, de abuten[20], etc., tan frecuentes en ese tipo de entornos, no se registraron siquiera una sola vez; lo que demuestra que los informantes no agotaron todas las posibilidades de conmutación.

    Sin embargo, sí se adujeron expresiones, en consecuencia, convierten el modismo en un sintagma libre, o semilibre, esto es, en un SN gobernado por las reglas del código lingüístico; v.gr.: [ un gol/unajugada de] chorra, churro, potra, chiripa, coña, rebote, penalti, remate, Butragueño, expertos, campeón, triunfo, maestro(s), oro, pundonor, arte, jaque, lujo, diez: lista que podría alargarse considerablemente si se sometiera la encuesta a otro grupo de estudiantes. Tan sólo expresiones como un gol de oro/triunfo/arte/lujo/diez -quizá algún otro término- pueden connotar el valor superlativo característico del modismo.

    6.7. La estructura de 6.7 (Mandar a alguien a... ) se completa con un número muy variado de elementos de diversa naturaleza sintáctica, generalmente SN [(Det) + N] o Oinf [V + SN o V + SP] , ya que tal estructura permite una gran disparidad de variantes sinónimas. El término complementador más frecuente es el SN la mierda, con aproximadamente un 50%; selección que puede marcar una preferencia sociocultural. En orden sucesivo aparecen la porn (12 veces), hacer puñetas (9), tomar por saco (8), tomar por (el) culo (7), hacer gárgaras (5), freir morcillas (3), freír monas (3), el carajo (1), paseo (1), tomar viento (1), el Congo(1)[21].

    A la vista de las respuestas obtenidas, cabe hacer una observación: la estructura complementaria del tipo Oinf tiene por núcleo verbal siempre los verbos bacer, tomar y freir, y cada uno de ellos admite, como SN o SP en función de Objeto, una o más variantes; esto es, las estructuras alternativas están fijadas.

    El que algunos informantes no completaran, por pudor posiblemente, ciertas expresiones (v.gr.: a la m., por a la mierda; a tomar por el..., por a tomar por el culo) demuestra igualmente que, gracias al alto grado de fijación de los modismos de 6, pueden eludirse algunos elementos de la frase sin alterar el significado de la misma ni disminuir la información; elementos que, en consecuencia, se presentan como redundantes o superfluos en cuanto a la cantidad de información que aportan.

    6.8. La palabra loco fue el lexema preferido como término complementario de la frase... de remate (6.8.): 39 veces. Resulta curioso, sin embargo, que la voz tonto consiguiera menos de la mitad de las respuestas obtenidas por loco (sólo 16 veces), cuando se trata de voces alternativas de uso cuantitativamente semejante (cfr., p.e.: «loco/*tonto como una cabra», pero «a tontas y a locas»o «a lo tonto/loco»). El vocablo idiota aparece sólo una vez.

    7. El objetivo primordial de 7 era observar el tratamiento que lo informantes dan a ciertos modismos desde una perspectiva pragmática [22]. Nuestro interés consistía concretamente en saber en qué circunstancia extralingüísticas y respecto de qué objetos reales (referentes) se emplean tales modismos. Y, en efecto, tanto los modismos más conocidos (7.l., 7.8 ó 7.4, por ejemplo) como los menos conocidos (7.5 y 7.6) vienen determinados por el tipo de situación en que suelen utilizarse. Así,

    7. 1. Se emplea cuando se hace referencia a una mujer embarazada. Resulta un tanto insólita la respuesta de un informante según la cual el modismo se aplicaría hablando de «animal embarazado». Estar en cinta parece utilizarse exclusivamente para el género humano, esto es, con SN (+ hum.) (-masc).

    7.2. Se utiliza al referirse a mujeres solteras, o solteronas (como sugieren otros informantes). Cinco estudiantes extendían su uso a varones solteros, y uno sugería la doble posibilidad: soltero/a.

    7.3. Viene determinado mayormente por referencias a «lugares», (p.e., bares, hospedajes, etc.) de «baja categoría» («murgrientos» o «cutres», dicen algunos encuestados).

    7.4. y 7.5. Se usan hablando del ‘dinero cuando se paga al contado o en mano’.

    Los pocos informantes que contestaron a 7.6 y 7.7 consideraban que su empleo viene indicado por circunstancias en que uno se aleja o se va de un sitio ‘sin decir nada'.

    7.8. Viene determinado por la acción de 'dormir plácida o profundamente'. Algunos alumnos se aproximaban a la definición señalando como característicos los semas ‘sin preocupaciones’ o ‘estar a gusto’.

    7.9. El modismo a quemarropa se emplea normalmente para referirse a los ‘disparos efectuados a muy corta distancia’, y, en tal sentido, se asemeja al modismo a bocajarro, tal como sugirieron algunos informantes (cfr. 3.18). No pocos informantes señalaban en sus definiciones el sema ‘cerca’ como rasgo caracterizador del modismo; a veces, añadían además otros menos significativos pero próximos: ‘sin apuntar’, ‘sin defensa’, ‘brutalmente’...

    Dos informantes, al menos, sugirieron que el empleo de A quemarropa es también posible en una situación distinta: cuando, en el fútbol (quizás, también en otros deportes), lanza el balón un jugador que se halla próximo a la portería del contrario, esto es, cuando un jugador «dispara» de «cerca» contra el guardameta del equipo contrario, que se hallaba solo o «sin defensa» (comp. la analogía de los recursos expresivos de ambos códigos).   

    Delimitados los entornos pragmáticos de los modismos de 7, parece oportuno advertir que, al igual que otras definiciones de palabras individuales proporcionadas por el diccionario, las locuciones A tocateja o A pierna suelta, p.e., deberían venir marcadas língüísticamente en los artículos del diccionario con definiciones del tipo 'Dícese de la acción de pagar dinero al contado o en manos' o 'Dícese de la persona que duerme mucho y, sobre todo plácidamente’.

    Las expresiones que se aducen a continuación son comúnmente llamadas en español modismos, aunque también reciben las denominaciones de locuciones, frases hechas, expresiones fijas, etc.

 

CUESTIONARIO

 

1 ¿Sabía que existían los modismos en la lengua española? SI NO

1.1. ¿Ha tenido que estudiarlos alguna vez en algún curso escolar? SI NO

1.2. ¿Podía citar algunos modismos?

1.3. ¿Cómo los aprendió? En: Colegio Casa Calle Otra forma

1.4. En caso de haberlo aprendido en el colegio, indique Curso, Asignatura, Localidad en que está situado el Colegio, etc.

 

2. ¿Conoce el significado de los siguientes modismos?

2.1. Meter gato por liebre.

2.2. Querer repicar y andar en la procesión.

2.3. Costar (algo) el ojo de una cara.

2.4. Meter la pata

2.5. Matar dos pájaros de un tiro.

2.6. Tener la sartén por el mango.

2.7. Ligero de casco.

2.8. Pintor de brocha gorda.

2.9. Conejillo de Indias.

2.10. De carne y hueso.

2.11. Como gallina en corral ajeno.

2.12. Cabeza de turco.

-En otras palabras, ¿cómo lo expresaría?

 

3. a) ¿Qué significado tienen los siguientes modismos?

3.1. A troche y moche.

3.2. A traque barraque.

3.3. Mondo y lirondo.

3.4. No deja roso ni velloso.

3.5. Dar en el quid.

3.6. Por fas o por nefas.

3.7. A (la) topa tolondro.

3.8. (Andar) en calzas prietas.

3.9. Tener (algo) sus bemoles.

3.10. Dar en el busilis.

3 11. Salirse por la tangente.

3.12. Pasar por las horcas caudinas.

3.13. En vilo.

3.14. En un santiamén.

3.15. De bruces.

3.16. A horcajadas.

3.17. A regañadientes.

3.18. A bocajarro.

3.19. A trasmano.

3.20. A hurtadillas.

3.21. En volandas.

b) Enumere las palabras que desconoce de cada uno de los modismos señalados:

4. a) ¿Conoce el significado de lo siguientes modismos?

4.1. A ojos vistas.

4.2. A ojos cegarritas.

4.3. A campo traviesa.

4.4. A pie juntillas.

4.5. A la chita callando.

4.6. (ser) de armas tomar.

4.7. Pasar las de Caín.

4.8. Armarse la de San Quintín.

b) ¿Advierte que alguna anomalía sintáctica en los modismos indicados?

5. a) ¿Conoce algún otro modismo español sinónimo o de significado parecido a lo siguientes?

5. 1. Dar en el clavo.

5.2. Estirar la pata.

5.3. Pagar el pato.

5.4. A tontas y a locas.

5.5. Hacer novillos.

5.6. Hacer añicos.

5.7. Importar un bledo.

b) ¿Encuentra alguna relación de significado entre los siguientes pares de modismos?

5.8. Coger las de Villadiego - Poner pies en polvorosa.

5.9. Trabajar como una mula - Trabajar como un negro.

5.10. Estar como una chota - Estar como una cabra.

c) En balde y De balde son dos modismos españoles. ¿Tienen el mismo significado? SI NO

¿Los emplearía indistintamente? Ponga un ejemplo.

6. ¿Qué palabras emplearía para completar las siguientes expresiones? En caso de que haya varias, ponga las que recuerde.

6. 1. Terco como...

6.2. Más bueno que...

6.3. Duerme como ...

6.4. Más sordo que ...

6.5. Un gol de. . .

6.6. Una jugada de...

6.7. Manda a alguien a...

6.8. ... de remate.

7. ¿En qué situación emplearía los modismos siguientes?

7.1. Estar en cinta.

7.2. Quedarse para vestir santos.

7.3. De mala suerte.

7.4. Contante y sonante.

7.5. A tocateja.

7.6. Ni oxte ni moxte.

7.7. Ni tus ni mus.

7.8. A pierna suelta.

7.9. A quemarropa.

 

The basic purpose of this paper is to show the results obtained from a survery aimed at checking the degree of knowledge of idioms of very socio-culturally specific group: speakers of Spanish as first language.

The corpus of idioms is structured according to their various purposes and particularly according to their own linguistic features: phrases containing «idiomatic» words, fixed expressions with ungrammatical structures, «ambigous» sentences (in the literal and the phrasal sense), idioms with variations and synonyms, the pragmatic conditio

 

NOTAS

* Comunicación presentada, tal cual al I Congreso International sobre Enseñanza del Español (Madrid, 27-31, enero, 1992).

[1] Vid., p.e., J. Casares, «La locución, la frase proverbial, el refrán, el modismo», Introducción a la lexicografía moderna. Madrid 1969 3ª parte. Anejo LII, RFE; A. Zuluaga, Introducción al estudio de las expresiones fijas,Verlag Peter D. Lang, Frankfurt a. M., Bern 1980, cap. 6, págs. 141-166 J. Fernández-Sevilla, «Paremiología y lexicografía. Algunas precisiones terminológicas y conceptuales», en Philologica Hispaniensia. In honorem Manuel Alvar, ll, Madrid, 1985, págs. 191-203.

[2] Me atrevería a pensar -basándome en mi propia experiencia y en la de no pocos compañeros de profesión- que no llega a un 25% el número de alumnos a los que, en algún curso escolar, se les haya exigido estudiar los modismos. Puede, no obstante, que se hayan tratado de soslayo de forma muy puntual, a propósito de algún ejercicio de clase o alguna aclaración.

[3] O.c., págs. 170-183. Cfr. A. Zuluaga, o.c., cap. 6, J. L. Mendívil, «El concepto de'locución verbal' y su tratamiento léxico», CIF (Logroño) 16:1-2 (1990) 5-30.

[4] Sobre la denominación de palabra idiomática, vid. a. ReichIing, Das Problem der Bedeutung in der Sprachwissenchaft, Innsbruck 1963, apud. A. Zuluaga, o.c., pág. 18. Cfr. además, f. Chermak, «On the substance of Idiorns», Folia Lingüística 22: 2-4 (1988)-438 (esp. 428-9). Véanse igualmente M. García-Page «Léxico y sintaxis locucionales: algunas consideraciones sobre las palabras 'idiomáticas'» y «Sobre implicaciones lingüísticas. Solidaridad léxica y expresión fija», Estudios Humanisticos. filología, 12 (1990) respectivamente 279-290 y 215-227 (esp. 218) y «Locuciones adverbiales con palabras idiomáticas», RSEL 21: 2 (1991) 233-264. A. Zuluaga prefiere hablar de elementos «únicos» o signos «discríticos» (o.c. 102-3). Las expresiones fijas con palabras idiomáticas pueden representar ejemplos de «locutions à monèmes oblitèrés» en la terminología de H. Frei, «L'unité linguistique complexe», Lingua 11 (1962) 128-140, o de «idiotismes fossiles», según A.J. Greimas, «Idiotismes, proverbes, dictions», Cles 25:2 (1960) 41-61 (esp. 54), reimp. parcialmente en A.J. Greimas, Du sens. Essais sémiotiques, París 1970, págs. 309-314 (=«Les proverbes et les dictons»). Delimitados los entornos pragmáticos de los modismos de 7, parece oportuno advertir que, al igual que otras definiciones de palabras individuales proporcionadas por el diccionario, las locuciones A tocateja o A pierna suelta, p.e., deberían venir marcadas lingüísticamente en los artículos del diccionario con definiciones del tipo ‘Dícese de la acción de pagar dinero al contado o en mano' o  'Dícese de la persona que duerme mucho y, sobre todo plácidamente’.

[5] Vid., p.e., J. Morawski, «Les formules rirnées de la langue espagnole», RFE 14 (1927) 113-133. V. también las observaciones de Y. Malkiel, «Studies in irreversible binomials», Lingua 8 (1959) 113-160.

[6] Entre otros, podrían aducirse a todo full, estar en off, etc. No obstante, son modismos cuando tales voces aparecen dentro de la expresión fija citada, esto es, combinadas con las otras palabras conformantes: dar en el (+quid), por fas o por (+nefas), etc., aunque puedan aparecer ocasionalmente solas, formando parte de la técnica libre (según la expresión de E. Coseriu, «Introducción al estudio estructural del léxico», Principios de semánticas estructural, Madrid 1977, págs. 87-142): calzas, topa, tolondro, o ser sustituidas por otros vocablos que, en la locución, tienen valor sinónimo: clavo, blanco, etc., respecto de quid. A. Zuluaga determina cuatro tipos de palabras únicas (o.c., 102-3), que nosotros seguimos a grandes rasgos.

[7] No obstante, busilis tiene valor como unidad léxica independiente: 'punto más importante', v. DRAE, 1984, s.v.: busilis.

[8] Vid., p.e., M. García-Page, «Locuciones adverbiales. . .», l.c.

[9] No obstante, pueden aceptar un análisis diacrónico: sancti amen, o su descripción como una supuesta forma deriva a: horcajada < *horcajar.

[10] La «no composicionalidad» es una particularidad general apuntada. vid., entre otros. Y. Bar-Hillel, «Idioms», Language and Information, Addison-Wesley Mass. 1964, págs. 47-55; J. Casares, o.c., pág. 70.

[11] Véase nota 10.

[12] Los enunciados no ambiguos, o sea, sin contraparte homófona literal serían «pseudo-idioms» para U.Weinreich «Problems in rhe analysis of Idiorns», en J. Puhvel 9 ed.) Substance and Structure of Language, Berkeley-Los Angeles 1969, págs. 23-81, y Ch. Fernando, «Towards a definition of Idiom. Its nature and function», Studies in Language 2:3 (1978) 313-343 (esp. 337);  W. Chafe, «Idiomaticity as an anomaly in the chomskyan paradigm», Fl 4 (1968) 109-1171 prefiere llamarlos «ill-formed idioms».

[13] Sobre esta particularidad de los refranes, pueden verse M. García-Page, «Aspectos fónicos en la configuración de los refranes», Notas y Estudios Filológicos 5 (1990) 75-121, «Propiedades lingúísticas del refrán (I)», Epos. Revista de Filología 6 (1990) 499-5 10. V. tanbién algunas observaciones en «Lengua y estilo en el Refranero: repetición y (re)creación», Adl 30 (1992) 89-131.

[14] Estos, más que otros, ponen de manifiesto la «defectividad» de la gramática generativa. Vid. sobre aspectos similares, W. Chafe, l.c., B. Fraser, «ldioms with in a transformational grammar», FL 6 (1970) 22-42. Cfr., entre otros, F. Newmeyer, «The insertion of Idioms», CLS. Paper from the 8th Regional Meeting (1972) 294-302 y, sobre todo, «The regularity in idiom benavior», Lingua 34 (1973) 327-342. En otra línea, algunos autores han intentado observar algún tipo de relación sintáctica entre los componentes de un modismo, Así, M. Gross, «Une classification des phrases 'figées du français'», Revue québécoise de linguistique 11:2 (1982) 151-185 (y en P. Attal C. Miller (eds.), De 1a Syntaxe à la Pragmatique (Actes du Colleque de Rennes, Université de Haute-Bretagne) Amsterdam 1984, págs. 141-180); «Sur les determinants dans les expressiones figées», Languages 79 (1985) 89-117.   «Les nominalizations d'expressions figées», LFr 69 (1986) 64-84; «Les limites de la phrase figée», Langages 90 (1988) 7-22.

[15] Es opinión generalizada que no existe la sinonimia absoluta. Véase, no obstante, la critica a esta opinión de G. Salvador, «Sí hay sinónimos», Semántica /Lexicología del español. Estudios y lecciones, Madrid 1985, pp 51-66. Un tipo de sinonimia en expresiones fijas fue ya indicada en M. García-Page «Frase elativas», en Actas del Congreso, de la Sociedad Española de Lingüística XX Aniversario, 1, Madrid, 1990, págs. 485-496 (esp. pág. 495) y «Sobre implicaciones lingüísticas...» 1.c., págs. 219-220. Sobre un aspecto semejante, V. J. Martínez Marín, «Las expresiones fijas del español y la relación de antonimia», en Actas del Congreso..., o.c., págs. 622-629.

[16] Este método tiene la ventaja de facilitar y acelerar la respuesta válida del alumno, ya que se evita que éste proponga un ejemplo no del todo adecuado, bien porque lo desconozca o no lo recuerde en el momento de la encuesta. Con ello se gana tiempo y eficacia: se comprueba que el alumno conoce la existencia de modismos sinónimos aunque no los recuerde en un determinado momento. Hecho que también se comprueba en 5.c), ya que el 90% responde correctamente distinguiendo con ejemplos las locuciones de baldes y en balde.

[17] Equivalencia semántica indicada en diversos trabajos, Vid., p. e., M. García-Page, «Frases elativas», l. c., págs. 493-494.

[18] No obstante, cualquiera de las respuestas dadas contrarían parcialmente una primera observación mia, según la cual creía que la voz mula era el único término posible de la comparativa estereotipada, y, en consecuencia, suponía anómala la frase *Terco como un mulo. Vid. M. García-Page, «Frase elativas», 1.c., pág. 494.

[19] Vid. M. García-Page, «Frases elativas», l.c., pág. 495.

[20] Ibidem.

[21] Los modismos más citados están marcados socialmente por una nota negativa o peyorativa, especialmente mierda, puñetas, culo. Sin embargo, los menos citados no tienen esa marca, a menos que se les dé cierta entonación: paseo, viento, congo, freír monas, freír morcillas, hacer gárgaras.. ., Los datos, pues, dan cuenta de las preferencias de un determinado grupo social: estudiantes jóvenes (entre 16 y 18 años fundamentalmente) con cierta postura en contra de las convenciones tradicionales y otros valores axiológicos que la sociedad ha impuesto.

[22] Sobre los modismos desde una perspectiva pragmática, V, p.e. J. Strässler, Idioms ín English, A pragmatic analysis, Tübingen, 1982, Vid. además, M. García-Page, «Sobre los procesos de deslexicalización en las expresiones fijas», EA 52 (1989) 59-79 (esp. 76-78), aunque en este último trabajo el objetivo se centra en el análisis de ciertas formas de ruptura de la expresión fija. Véanse, igualmente, M. García-Page, «La ruptura del ‘discurso repetid' en poesía», Scripta Philologica. In Honorem Juan M. Lope Blanch, 3, México 1992, págs. 231-44, «Modelos y variantes lingüísticas en el texto literario. (Su correlato en otras expresiones artísticas)», en J. A. Hernández (ed.), Teoría del Arte y Teoría de la Literatura, Cádiz 1990, págs. 133-148; «A propósito de ‘la ruptura de un sistema formado por una frase hecha'», Notas y Estudios Filológicos 6 (1991) 71-101; «Lengua y estilo» (l.c.); «Texto paremiológico y discurso poético (el ejemplo de Gloria Fuertes)», Paremia 1 (1993) 45-53; y la bibliografia en ellos citada.