MATERIALES PARA EL ESTUDIO

DEL HABLA CULTA DE LA CIUDAD DE MÁLAGA

MUESTRA DE LAS ENCUESTAS REALIZADAS

Dirección del Proyecto:

Prof. Dr. Manuel Galeote

Universidad de Málaga

Mª CARMEN VARGAS GALLEGO

 

ENCUESTA I

 

 

Datos de la encuesta:

Fecha: Junio de 2003

Lugar: Domicilio del informante

Tiempo: 45 minutos

Entrevistador: Mª Carmen Vargas Gallego. Doctoranda de Filología Hispánica en la Universidad de Málaga. Dpto. Filología Española I y Filología Románica.

 

Datos personales del informante

Nombre y apellido: Joaquín Sánchez

Origen: Málaga ciudad

Edad: 75 años

Estudios: Superiores

Profesión: Guardia civil, actualmente retirado.

            Observaciones: Se escuchan algunos pasos y el sonido de campanas.

El informante se muestra colaborador en todo momento y no es necesario formularle preguntas, apenas, para que avance la conversación. Es frecuente que algunas de las frases se interrumpan, como es propio del registro oral. El informante tiene buena memoria. La entrevista se realizó en su casa, en un agradable ambiente de comodidad. Me muestra algunas fotos de su familia y los trabajos que hizo como estudiante.

 

 

Enc.- Cuando usted comenzó a estudiar ¿cómo era el colegio?

Inf.- Bueno mira, yo, mi, o sea, mi padre era sargento de la… murió de brigada de la guardia civil. Murió con 34 años. Y claro me quedé huérfano yo y dos hermanos más. Y marchamos a… me llamaron, pero a mí… me llamaron al colegio de… de Madrid, al colegio de la Guardia Civil de Madrid y estuve allí cuatro años. Salí con 18, ya de guardia, estuve destinado en Jaén, ya con la Dictadura, que era cuando los «maquis» y to la gente que se fue huyendo de aquí… regresaban, pero atracando y haciendo cosas, y… metiéndose con los que están a favor de la Dictadura ¿no? haciéndole la vida imposible a la Dictadura.

Yo estuve antes de ir al colegio de huérfanos, yo estuve estudiando en los Maristas

Enc.- Aquí en Málaga

Inf.- Aquí en Málaga, y estuve hasta el cuarto año de Bachiller. Ya con el cuarto año de Bachiller, ya con catorce años, me fuí a Madrid. Y en Madrid hice en el colegio de huérfanos, pos hice yo quinto, sexto y séptimo.

Enc.- ¿cómo eran esos cursos? Y los maestros, ¿cómo recuerda los maestros de antes?

Inf.- Yo tuve maestros que eran republicanos, y maestros que… que eran de… de esto, de la época de Franco, o sea de… de la Dictadura. Entonces los maestros, no podían, yo…yo creo que no podían estar los… los alumnos igual que en mi época, porque en mi época los maestros pegaban.

Enc.- Tenían mano dura

Inf.-  ¿sabes? Los profesores que tuve en los Maristas eran, no eran curas, eran hermanos. Hermanos Maristas que cantan misa, pero… todavía existe ¿no? tanto unos como otros pegaban

Enc.- ¿Usted recuerda que le haya pasado? Que le hayan pegado a usted porque…

Inf.- A mí, sí, más de una vez… sí

Enc.- ¿Por qué?

Inf.- ¡Hombre!, unas veces porque empezaba a pelearme con cualquier compañero, con cualquier cosa se metía el cura y nos arreaba a los dos. ¿sabes? A los…

Enc.- O si estaba distraído…

 Inf.- O si  estaba distraído. Si no se sabía uno la lección lo único que pasaba era que lo… a la hora del recreo lo ponían pegado a la pared, mirando a…

Enc.- Hacia la pared

Inf.- Ya que to el mundo estábamos jugando, pues uno estaba pegado a la pared, en fin.

En los colegios la asignatura era las matemáticas, que comprendía la geometría y a la aritmética, geografía, historia, lengua castellana, religión.

Enc.- ¿Religión obligatoria?

Inf.-Sí, cuando la República no, no podía decir uno ná, pero en los demás colegios era obligatoria. Más asignaturas no había.

Enc.- Y los horarios del colegio ¿eran los mismos?

Inf.- Los horarios del colegio eran entre las nueve de la mañana hasta las dos de la tarde.

Enc.- Igual que ahora.

Inf.- Ya  salías y no regresabas, le daban deberes a uno, o sea, deberes la daban a uno… bastante.

Enc.- Y los sábados ¿había que ir al colegio?

Inf.- Los sábados, los sábados se iba al colegio y los domingos se tenía que ir. Cuando estaba ya en Los Maristas, tenía uno que ir a misa y a cualquier santo en los colegios también, o sea, y el Rosario en Los Maristas era diario.

Enc.- Rosario diariamente

Inf.- Y cuando ya pasé allí a Valdemoro, pues estudiaba… Yo allí hice quinto, sexto, y allí terminé y cogí delineante. Delineante de, de… de cómo se llama esto, de arquitectura y mecánica.

Enc.- ¿Eso hizo usted?

(Me enseña sus trabajos como delineante)

Inf.- Allí hice hasta el séptimo. Y allí cuando terminé con dieciocho años y pico, pues ya tenía que ser, o sea, tenía que o salir de guardia… Yo salí con trece o catorce años, o sea, mis padres estuvieron allí, mis abuelos también estuvieron en ese colegio, y sacando una, una clasificación buena, entonces si quería continuar en la Guardia Civil; pues,  estaba… le dan  el derecho de galones. O sea, salí y a los 23 años ya hacía cabo, después sargento, brigada… Mi padre, bueno, mi padre llegó a brigada y murió, pero mi abuelo sí llegó a capitán, incluso a comandante. Y estuvieron precisamente en ese mismo colegio, Valdemoro.

Estuve en Jaén, como te dije, me destinaron a Bea de Segura, y entonces yo me di cuenta que… que cuando el rico tiene el poder, el obrero no…, na más «haz lo que te digan». Es lo que yo estando en la Guardia Civil me di cuenta de cómo se trataba al obrero, que iban familias enteras de un pueblo a otro

Enc.- ¿En qué año? Estamos hablando del año

Inf.- Estamos hablando del año…52. Y se iban familias, pueblos que se quedaban despoblaos, claro no tenían de qué vivir. El factor más grande era la aceituna y cuando empezaba la recolección de la, de la aceituna, pues, de los pueblos que no tenían, que no podían… que si trabajaban comían y si no trabajaban no comían. Pos se iban familias completas de mujeres y los hijos a la… al sitio de donde estuvieran pagando las aceitunas, que las pagaban mu baratas, pero claro…

Enc.- Si no había otra cosa…

Inf.- Si no había otra cosa…  la, la familia pos tenían que trabajar los tres meses de recolección pa vivir to el año. Después los caseros que estaban cuidando las casas no les pagaban, no les daban dinero.

Enc.- Sólo la comida diaria ¿no?

Inf.- No, le daban, la daban un…, o sea, le daban un trozo de terreno pa que pusieran un huerto. Ellos cuidaban la casa, ellos cuidaban la casa (sic) hacían todo lo que se tuviera que hacer allí en el cortijo ¿no? Y después la mujer y los hijos, pues tenían allí un trozo con un pozo y…

Enc.- Y de ahí vivían.

Inf.- De ahí vivían, pero de ganar dinero, de sueldo nada.

Enc.- Usted trabajando de guardia civil ¿recuerda alguna anécdota, algún crimen?

Inf.- Yo, yo… tenía yo 18 años para cumplir 19, me destinaron a, como te dije, a Jaén. En Jaén me presenté al capitán. Entonces aquel día había bandoleros, le decían bandoleros, por decir eran «maquis». Eran los que perseguían a los guardias y atracaban los cortijos pa comer y todas esas cosas, y claro, yo tenía 19 años, pero yo había servío también en el colegio en la sección de caballería y el capitán a donde yo estuve «mira tienes que ir al destacamento tal, como tu eres de caballería, coge uno de los caballos que hay ahí y vete directo p’allá». Tardé tres días en llegar con sus noches respectivas y allí abandoné.

Enc.- ¿Sí?

Inf.- Y no me mataron porque no quisieron, dirían «el chalao perdío este», ¿sabes?, pero sólo, sólo, sólo con un plano desde Andújar, que es… que era donde estaba el capitán, hasta el destacamento El Ciprés.

Enc.- ¿Y no llevaba armas?

Inf.- No si los cortijos estaban vacíos, estaban vacíos porque si se metían los bandoleros llegaba la Guardia Civil «han estao aquí», y si los engañaban los cogían encima y los metían en la cárcel. O sea, que estaban, la gente del campo estaban atemorizá… Y yo me acuerdo que lo que yo hacía por la noche, que cuando llegaba a un cortijo de esos abandonao, pues, con la capa esa, buscaba paja y esas cosas, me echaba a dormir y ¿sabes? con la metralleta puesta aquí, y la puerta estaba rota, lo único que yo tenía en la puerta, le tenía puesto yo el cencerro de una vaca por si la abrían despertarme, ¿sabes? porque no iba a estar yo allí… yo me echaba a dormir.

Enc.- Qué valor

Inf.- Y que remedio me quedaba. Yo muchas veces pienso y  digo «desde luego, una persona que razone aquello, con la edad que yo tenía». Yo hoy en día le, le hubiera dicho al capitán «aquí te vas a montar, como no vengan dos conmigo», pero en aquella fecha ni podía uno… estaba uno perseguío por los oficiales de la Guardia Civil y estaba uno perseguío por «los maquis», o sea, que estaba uno cogío por tos los laos.

Enc.- Desprotegido

Inf.- Y en aquella época un hombre con 35 años era un anciano, además… lo decía el periódico.

Enc.- Lo que ha cambiado la vida.

Inf.- Una vez que estaba yo en mi casa, yo me bañaba mucho aquí en la playa esta, cogí una inflamación, y mi… un primo mío me mandaba una revista que se llamaba «El blanco y negro», y decía… dice «ha aparecido en  calle Cristo un anciano de 35 años» digo «¡joder!». Y entonces, bueno, yo lo leo ahora y digo «bueno, entonces, en aquella fecha ¡es que a los setenta años no llegaba nadie!».

Enc.- Claro, a los cincuenta ya eran…

Inf.- No, no… bueno a los cincuenta años, pos sí, pero que no… Se vivía mal, ahora lo mismo te voy a decir que en aquella época de Franco, en la Dictadura, el primer tiempo, se pasó muy mal. Porque mira, hoy en día, pues cualquier país como estos de Arabia y la zona esa, pos lo protegen lo americanos o cuando no son los americanos son los ingleses, le ayudan y estas cosas. España cuando entró Franco, desde el primer día la bloquearon y no mandaban nada, nada, nada. Aquí teníamos que… ¡vaya! De papas comían la gente. Tu ibas a una tienda de comestibles, y no había nada, allí en los mostradores no había nada, o sea, entonces existían unas cosas que se llamaban las cartillas de racionamiento, que depende, era de primera, de segunda o de tercera. Primero eran los señoritos, le daban menos. Los de segunda eran los que… y los de tercera eran los que no tenían…eran… le daban un suministro, pero que había que pagarlo, pero le daban bastante porque tenían ya más hijos. Y después se pasó una época muy mal, mal, mal, mal, pero después en el año 55, en el 55 fue cuando yo me fuí a Suecia, sí, salí de la Guardia Civil.

Enc.- ¿Tuvo que emigrar?

Inf.- No, yo no me fuí, emigrante yo no, yo cogí con un pasaporte de estudiante el avión y me fuí p’allá.

Enc.- ¿Sí? ¿Y que se encontró allí?

Inf.- No, tenía mi hermano que estaba casao con una sueca, mi hermano se casaría… y yo estaba trabajando aquí, o sea, fíjate: yo, de guardia civil en la época aquella ganaba setecientas pesetas al mes, pero…

Enc.- Pero eran dinero, ¿no?

Inf.- Sí era dinero, pero era porque llevaba ya cinco años en el cuerpo, ¿sabes? O sea, cuando yo salí de Valdemoro, el primer sueldo que gané fueron trescientas pesetas, también se vivía ¿sabes?...con trescientas pesetas no te vayas a creer, porque to el mundo, antes el obrero si trabajaba ganaba dinero, pero si no, no es como ahora, con el seguro y esto y lo otro. Antes si estabas trabajando, ganabas y comías y si no, no había nada. Sin embargo, cuando yo regresé de Suecia, estuve allí cuatro años, en la empresa esta que hacen los coches «Volvo»…

Enc.- ¿Allí tuvo problemas con el idioma?

Inf.- Pues, la verdad no. Haciendo musarañas… pero como en las cosas que yo hacía, de modo que muchas que yo hacía, de muchas cosas que me mandaban… eran toas a base de dibujos, de de… de hacer una pieza en… para que después la pasaran por los moldes y to esas cosas que lo hacía a escala. Y el trabajo fue… relativamente no tuve yo mucho impedimento. Me costó trabajo, porque el sueco es un idioma… es difícil.

Enc.- Es complicado.

Inf.- Es complicao ¿sabes? Pero yo el tiempo que estuve allí, que fueron cuatro años y pico… pos mira aprendí, que todavía me acuerdo. Eso yo me pongo a hablar con cualquiera y cuando me meto ya a hablar, hablar, pues hablo y me comprenden.

Enc.- Tiene usted buena memoria.

Inf.- No, ya llevo tiempo ya…

Enc.- Pues sin practicarlo es difícil.

Inf.- Sin practicarlo porque estaba…Yo me vine de Suecia porque fue en el año 60, cuando vino el «boom turístico» de los suecos, de las suecas que venían aquí, y, y claro eh, un amigo mío, que estaba trabajando en la… en el Ocaso, pues el empresario hizo un hotel en Torremolinos, pero el problema es que en el hotel na más que iban suecos, y no… y los recepcionistas sabían alemán, inglés y el francés, pero otra cosa no, pos no, no…Y entonces me escribió una carta y me dijo que si me quería ir, me dijo las condiciones, en administración. Iba a estar en administración, recepcionista y hasta resolviendo las operaciones de sueldo cuando tenían cualquier problema. Y estuve… 32 años en esa empresa.

Enc.- ¿Prefirió dejar la profesión de guardia civil?

Inf.- Sí, hombre, no iba a comparar de estar en la Guardia Civil a ser cabo, después sargento y tirarme toda la vida ahí, estando saludando y…

Enc.- Sin embargo, ¿su padre si siguió?

Inf.- Sí, hombre, porque… Y mi hermano también. Te voy a enseñar (unas fotografías).

 

 Inf.- En el año sesenta en España cambió todo, porque había trabajo pa to el mundo.

Enc.- Todo eran problemas.

Inf.- Anécdotas ninguna… Vaya, yo tenía que mandar de telegramas a los pueblos, para que pusieran el alcalde y pudiera… y hubiera gente que quisiera trabajar en hostelería y así no había dificultad.

Anécdotas allí en la Guardia Civil… que cuando salía uno de servicio, yo salía con otro más que… llevaba el fusil y una, una guitarra ¿sabes? Y otro que venía también con una… Siempre íbamos en grupo… y cuando íbamos allí a, a un cortijo que eran tiempos de las matanzas, pues hacían la matanza, nos poníamos allí a comer, las muchachas bailando, tos bailando allí… y había gente del campo de allí que tocaban la guitarra, pero el acordeón no lo sabían y lo traían. Total que nos daban las cuatro o las cinco de la mañana bailando allí, en vez de estar… [Risas] en vez de estar buscando por ahí bandoleros, estábamos allí. Anda ya, eso no… si eso es una cosa que cuando quiere; ellos estaban escondíos y si querían matar a uno de nosotros nos mataban. Nosotros teníamos que buscarlos y ellos na más que tenían que acostarse en un sitio y esperar.

Salí de servicio, de servicio por el campo con el sargento y tres guardias. Total que muy cerca del pueblo encontramos a unos gitanos y estaban allí… [Risas]

Enc. ¿Robando?

Inf. Robando no, pero con el solo hecho de creer que eran gitanos pos ya to el mundo que si estaban robando, que si esto, que si lo otro. No era robando ¿sabes? Pero ningún puesto de la Guardia Civil le interesaba de tener gitanos porque como hubiera allí algún robo se lo aplicaban a ellos. Total que, que le dice el sargento «¿ustedes como que no vais al pueblo aquel de allí que nunca ha visto un gitano?» Dice, «mire usted, yo no voy allí  pos mire usted» y abrió una caja y estaba llena de dientes y de colmillos. O sea, que cada vez que iba por allí, el sargento «ven pa acá». [Risas] Dice «yo no voy por allí» no tenía ya dientes, pos empezaban con otro. Lo mismo le daba uno que otro ¿sabes?

Enc.- ¿Le gusta la actitud de la Guardia Civil, hoy?

Inf.- Antes era peor

Enc.- Entonces, ¿considera que ha cambiado para bien?

 Inf.- Ha cambiado, ha cambiado bastante… y además, hoy… antes, tu verás, antes teníamos una cosa muy… La Guardia Civil con los gitanos nunca se han podío ver y había palos ¿sabes? Hoy la Guardia Civil vive mejor: tiene sus ocho horas de servicio, en la época mía no… Las veinticuatro horas del día, tu habías terminado un servicio y te llamaban, bah

Enc. Sábado, domingo.

Inf.- Sábado y domingo no podías vestir de paisano, tenía que ser de uniforme. Era mucho peor uff. Hoy levantarle la mano a un ciudadano, o sea, a una mujer  o a un hombre o darle una torta, eso no… antes sí. Hoy en día hay un respeto, hay un respeto del guardia o del policía hacia la persona ¿sabes?

Yo me vine después destinao aquí a Málaga y de Málaga pasé al Muelle y estando aquí en el Muelle me vino la prescripción de licencia y me fuí. Estuve trabajando en Tallifé, después con un tío en una habilitación y de la habilitación, pum, pa Suecia. Y lo que relativamente, lo que tengo lo conseguí del dinero que gané en Suecia y lo que gané también en hostelería, que yo tenía un sueldo, yo tenía un sueldo bueno. A parte de que estuve… pasé por todas las escalas, hasta de director de uno de los hoteles, y tenía tres hoteles, o sea que… Y era cuando entonces apareció, empezó a verse el obrero con, con coche, antes iban a trabajar a Torremolinos en bicicleta o andando, y ya en el año 60 aparecieron ya los coches.

(…) Normalmente la gente del campo si tenían hembras, como si eran varones. Si tenían hembras p’ayudar en la casa y si tenían varones y si tenían varones p’ayudarle al padre a la faena de agricultura. Y otra cosa que, que existía entonces era que si el padre era guardia civil, tu me has visto a mí, los tres guardias civiles. Si el padre era carpintero…

Enc.- ¿Te gustara o no te gustara?

Inf.- Hombre, le gustaba a uno hasta que… cuando se veía uno ahí dentro, decía «yo aquí no me queo». Pero si era del campo, pues en el campo te quedabas. La única opción que tenían los muchachitos del campo que querían estudios… ese iba al servicio militar, pos  entonces  aprovechaba y había opciones pa meterse en la guardia civil, en la policía, en la armada.

Enc.- Ese es el del campo ¿no?

Inf.- El del campo, si sabía leer y escribir… Eso es cuando yo trabajaba, pa entrar en la Guardia civil tiene que tener uno el Bachiller completo, si no hoy no…

Enc.- Y antes no había Bachiller, antes era hasta séptimo, me ha dicho usted ¿no?

Inf.- Séptimo, la reválida, que era un examen general. Ahí se presentaban to, el que tenía la nota más alta sabía que aprobaba desde luego, y el que la tenía más baja podía salir o no podía salir. Cuando mi hija era el C.O.U ¿Ahora cómo es?

Entonces salía pa hacer medicina, para hacer arquitectura, para hacer eso había que tener terminado el Bachiller. Pero que hoy en día, desde luego, la persona que tiene intención de estudiar, entonces la pasa mal porque hay después una  cantidad de muchachos y  muchachas que le extorsionan la cosa. Porque si tu te reúnes con unas amigas que son todas estudiosas, que estudian, pues, y le gustan los estudios, pero como se desvíe y se vaya con un grupito de estos que no le guste estudiar, te manejan…

 


 

ENCUESTA II

 

Datos de la grabación

Fecha: Junio de 2003

Lugar: Domicilio de la informante

Tiempo: 38 minutos

Observaciones: Se escucha el sonido de las campanas, además la conversación se interrumpe dos veces: la primera porque suena el teléfono y la segunda porque entra su esposo en el salón buscando algo.

 

Entrevistador: Mª Carmen Vargas Gallego. Doctoranda de Filología Hispánica en la Universidad de Málaga. Dpto. de Filología Española I y Filología Románica.

 

Datos personales del informante

Nombre y apellido: María Teresa Toro

Origen: Málaga

Edad: 74 años

Estudios: Secundarios

Profesión: Modista, actualmente retirada.

Observaciones: Habla muy rápido. Es colaboradora aunque al principio se muestra algo nerviosa e intenta contestar las preguntas lo más rápidamente posible. Antes de comenzar la entrevista hubo un preámbulo, donde le expliqué para qué era la grabación y qué era lo que quería que me contara. Me recibió muy bien en su casa e incluso me invitó a merendar.

 

Enc. ¿Cómo se vivía cuando usted se criaba?

Inf. Hombre mira, yo me quedé sin padre con siete años. Eran unos tiempos muy difíciles porque era una posguerra. Encima mi madre tenía seis hijos. Imagínate en unos tiempos de una posguerra que no había na, na, to arrasao pos lo pasamos canutas, así que…

Enc. ¿Tuvo que trabajar su madre para sacarlos adelante?

Inf. Sí, mi madre puso una tiendecita de tela.

Enc. Y de ahí viene ya la tela.

Inf.  Y de ahí viene la tela, y ya… Después a cada uno los fue metiendo a donde pudo, pa que aprendieran un oficio porque no nos podía ella costear una carrera ¿no? Entonces mi padre ya no pudo ser… Mi padre era de Correos, así que…A mi hermano lo metió en una sastrería, y entonces él lloraba porque  no quería ser sastre, porque decía que era de mariquita.

Enc. ¡Vaya! ¿Eso se decía en aquel entonces?

Inf. Decía que era un oficio de mariquita. En aquel entonces cuando uno cogía una fregona, bueno una fregona no, una escoba, que era o que había. Y el angelito no quería, le costó tela de aprender, pero al final aprendió.

Enc. ¿Era el único hermano?

Inf. No, tenía cuatro varones y dos hembras, yo era la más chica… así  que se hizo un sastre, no porque era mi hermano, pero de lo mejor de Málaga. Le cosía a to el equipo de Málaga de aquellos tiempos, le cosía a los banqueros, le cosía a to lo mejor de Málaga.

Enc. Bueno, y cuando fue al colegio ¿cómo lo recuerda?

Inf. Fui al colegio. El colegio me gustaba mucho, yo quería haber estudiao medicina, pero claro en aquellos tiempos, las mujeres, había que irse fuera, y una mujer  fuera sola… Ya en aquellos tiempos estábamos nosotros mejor, ya estaban mis hermanos trabajando, mi hermana cobraba una buena paga. Estábamos mejor, claro yo quería hacer medicina y no pudo ser, hice hasta cuarto Bachiller, así que…

Enc. Se tuvo que salir

Inf. Que ya por eso me fuí a coser con mi hermano, después de eso, porque mi madre no podía mandarme a Granada, y si hubiera podío no dejaban tampoco a una mujer sola de irse a estudiar, como aquí no había facultad, pos no pudo ser.

Enc. Y ¿qué cosía?

Inf. Traje de caballero

Enc. De caballero. ¿Cómo era la moda del caballero?

Inf. Oye la moda del caballero casi siempre ha sido igual: más ancha, más estrecha, con una raja en medio,  con dos rajas a los laos, pero… más o menos eso ha variado poco.

Luego ya salieron los pantalones de campana, to ese rollo que vino en los 60.

Enc. ¿Y la ropa de mujer?

Inf. No, no la he tocao nunca, no me gustaba.

Enc. ¿Ni para hacerse ropa a sí misma?

Inf. Sí me la hacía cuando estaba en Suecia, porque allí costaban caro las cosas y me las hacía algunas cosillas ¿no? pero vamos que no, no me gustaba a mí me gustaba la de caballero. Es bonito porque es muchas puntás un traje ¿sabes?

Enc. Y las herramientas ¿han cambiado mucho?

Inf. Bueno las máquinas ahora son automáticas, que antes eran de pedales […], que eran las máquinas que teníamos aquí, que teníamos ocho máquinas…

Enc. ¿Dónde teníais el taller?

Inf. En calle Núñez

 Las planchas eran unas planchas muy grandes que había… que se encendían por dentro con carbón de leña.

Enc. Que no eran las de hierro.

Inf. Las de hierro eran caseras, ahora la, la de industrias era éstas que te estoy diciendo. Tenían que ser fuertecitas y to pa ir saliendo el humillo. Y había que tener mucho cuidao porque de vez en cuando salían algunas chispas y se quemaba la prenda.

Enc. Y claro ¿se podía manchar?

Inf. No, no manchaban. Manchaban las que se ponían encima de la candela, esas como llevaba el carbón por dentro, era como una humilla o un anafre y de ahí se le echaba el carbón. La aguja era la misma, había unas agujas que yo estoy loca ahora buscándolas porque cundía mucho coser y no te pinchabas; que se llamaban piruleras y ahora no existen.

Enc. ¿Piruleras?

Inf. Los dedales eran sin culo. Era como un anillo, pero en vez de llegar aquí… porque entonces los sastres tenían que coser por el lao y las modistas por el culo; le achuchaba a la aguja por el culo y los sastres por el lao ¿sabes?    Porque decía que ponían mano de pollo, cuando las modistas ponían mano de pollo de achucharle con el… por el centro. Y los sastres pa que no… pa que no achucharan por el deo le quitaban eso y vendían los dedales así.

Luego había un palo de manga pa planchar las prendas por dentro, las mangas de los trajes. Le decíamos el palo manga.

Enc. Y era más fácil de planchar la…

Inf. Claro, metía ese palo, iba forraito y planchaba las mangas muy bien. Ya está. Yo empecé picando solapa, era yo joven, muy jovencilla.

Enc. ¿Y eso qué es?

Inf. Picar solapa, es la solapa del traje pa que la solapa se quede asentaita, lleva una entretela, esa entretela va pegá a la lana del traje o a la tela que sea pa que eso luego no se te levante, la solapa.

Eso era lo primero que hacía la que no sabía, que era de puntá sobre puntá hasta que ya se quedara sentao.

Enc. Y después, ¿fue cambiando de puesto?

Inf. Claro, claro, primero fuí aprendiza, después ya fuí ayudante y después ya fuí oficiala. Oficiala ya es la que lo hace entero to.

Enc. ¿Estuvo mucho tiempo trabajando?

Inf. Sí, estuve unos seis años, después me casé y ya deje de coser. A mi marido le hice un traje, pero en Suecia pasa, que cuando estábamos nosotros allí… que valía poco comprarse un traje hecho.

Enc. Y entonces fue a Suecia…  cuando llegó allí ¿qué se encontró?

Inf.  Uff, me encontré… ya ves tú. Yo me casé pesando 42 kilos y a los tres meses fue casarme y irme ¿no? A los tres meses de estar allí pesaba 35. No me gustaba la comida y no comía. Me comía un tomate.

Enc. ¿Y no podía preparar allí  cositas que se hacían aquí?

Inf. No porque yo vivía en una habitación, o sea… no tenía cocina. Era una habitación que me había alquilao una señora en un piso, pero nosotros como tu sabes lo que pasa cuando va una primero a un sitio, mi marido se encandiló, que el hermano lo encandiló, parecía que lo estaba esperando allí el rey y luego… era otra cosa.

Pero luego mi marido ya no se quería venir, decía «yo no voy a ser fracasao» y tuve yo que aguantar to aquello.

Enc. ¿Cuánto tiempo?

Inf. Estuvimos cinco años y pico… Y la comida era anchoas con merengues y cebolleta, lo verde de la cebolleta picao y luego en vez de pan te ponían: una patata cocida con la  cáscara y to. Ese era el pan que ponían en la empresa… como nosotros trabajábamos nos daban de comer. Trabajábamos en una empresa muy importante que había allí en Suecia, «Separatos» se llamaba en aquel tiempo.

Inf. ¿Una empresa de qué?

Enc. Era una empresa de… verás tú, de… de maquinaria, de acero, ¡mu grande! Allí había lo menos, que te voy decir, si te digo diez mil personas era poco. ¡Grande! Eso pillaba to una calle y daban la comida y to. Te lo daban to: desayuno, almuerzo, merienda, todo. Claro yo en mi casa no hacía de… comer

Enc. Y la  comida nada.

Inf. La comida no la traspasaba, comía todos los días un tomate de Canarias, tu sabes como son los tomatitos de Canarias, esos to iguales chiquititos. En aquel tiempo, te estoy hablando del año 56, valía un tomate veinte duros, era lo que ganaba aquí un hombre a la semana. A la semana ganaba aquí un hombre veinte duros y allí valía un tomate veinte duros.

Enc. ¿Y usted lo compraba o allí…?

Inf. No, no, en la fábrica no, verduras no había.

Enc.¿Y eso es lo que se comía?¿Un tomate?

Inf. Un tomate de aquellos por la tarde. Claro que me quedé que la gente me miraba, yo me metía en un tren o algo y me mareaba ¡lo que cogí!

A mi no me gustaba la leche […], yo empecé «pos mira, como los niños chicos se mantienen de leche, pos yo voy a beber leche» yo y allí me la bebía fría ¡y cogí un brillo en la espalda! Total que… allí estuvimos to ese tiempo, nos echaron de aquella casa porque…

Enc. ¿Y con el idioma?

 Inf.  Con el idioma, a los tres meses empecé a hablarlo, a los tres meses empecé a hablar ya, tenía que ir a la policía a arreglar los papeles, que nos dieran los papeles de estancia allí, no tenía quién viniera conmigo y fuí yo. Y ahí fue cuando me lancé porque yo sabía, pero me daba vergüenza ya de lanzarme, pero allí no tuve más remedio y ya me lancé a hablar y ya no paré.          

 Enc. ¿Y hablaba sin gesticular?

Inf. Sí, ya sabía, lo que no se es ni leerlo ni escribirlo. Se lee de una manera y se escribe de otra y, claro, había que ir al colegio y to y yo trabajando y to no me iba a ir por la noche…

Enc. Pero se defendía perfectamente.

Inf. Sí, sí, bueno aprendí el sueco, aprendí el filandés, aprendí el ruso, aprendí el húngaro…

Enc. ¿Hablando?

Inf. Solamente hablando, porque la fábrica era internacional ¿no? Y por la tarde cuando terminábamos de trabajar… como allí no se sale tanto como aquí. Aquí se hace… po nos cambiábamos los idiomas. Yo enseñaba el español y a mi me enseñaban otra cosa.

Enc. ¿Sí? ¿Como enseñaba el español?

 Inf. Po mira, hablando o por ejemplo cogía un tomate y le decía «tomate» El tomate es igual «tomat», es lo mismo que en español. La otra lo decía en húngaro, la otra lo decía en filandés, la otra… pero te he puesto el ejemplo más tonto porque el tomate es casi igual en tos laos.

Ya te he dicho que vivíamos en una habitación. Llegó Navidad. Allí en Navidad lo cierran todo, no abren ni restaurantes ni bares, nada, las fábricas toas cerrás.

Enc. En Navidad ¿el día 24?

Inf. No, los tres días de Navidad, todo cerrado. Nosotros vivíamos con esa señora, nos dieron las vacaciones en el trabajo. Claro, no podíamos comer en el trabajo ni en la calle porque no podíamos comprar, estaba to cerrao, pero la señora nos dió un cacillo eléctrico pa que nos hiciéramos un poquito de té o nos calentáramos un poquito de leche, lo que fuera, (entonces dice mi mario) y ella se fue a pasar las Navidades con el novio que tenía, que era italiano, nos dijo que nos daba el cacillo como…, en fin, «¿sabes lo que vamos a hacer? Que vamos a coger unos tomates», que allí se compraba los tomates y los huevos y las mantequillas, y eso, y en fin, «y vamos a hacer… que vamos a freír huevos» Y nos lo comimos pa Pascua, ya ves tú la comía pa Pascua. Y yo diciéndole a mi madre que estaba muy bien, que vivíamos muy bien, que estaba muy contenta, y no veas tú cuando yo recibía una carta lo que yo lloraba. Bueno, había en el automático, había polvo de ajo, como a mi mario le gustaba mucho los ajos con los huevos «vamos a llevarnos un poquito y se los echamos» Nos ponemos a freír los huevos en el cacillo, la buena señora se le había olvidao lo que fuera, se volvió por lo que fuera y olió que estábamos friendo huevos en el cuarto y nos dijo que olía a puerca comía española.

Enc. ¡Ála!

Inf. A ellos no les gustan los ajos, si tu comes ajos te echan del trabajo y to, porque huele mal.

Enc. Huele mal, pero es muy bueno, tiene muchas vitaminas para la circulación…

Inf. Pa el reuma, pa to es bueno. Nos echaron de la casa.

Enc. Y ahora, os veis en la calle 

Inf. Y ahora nos encontramos en la calle, y allí no se podía ni dormir en el escalón porque ¡el frío que hacía! Total que nos dio quince días de plazo… llevábamos allí tres meses

Enc. ¿Y por eso os echaron? ¡Qué gente!

Inf. Y por eso nos echaron «puerca comía española» ¿Has visto? Pos ahora yo, entonces yo estaba empezando a hablar el sueco, lo hablaba, pero a mi estilo, como hablan los extranjeros cuando vienen aquí, que lo dicen to al revés. Entonces yo le estaba contando muy apura a una amiga mía que me habían «tirao a la basura» yo en vez de decir que «me habían echao a la calle» decía «me han tirao a la basura» Bueno que pasó el jefe principal de la fábrica, a mí me decían «la chiquita española» y dice «¿qué le ha pasao a la chiquita española?» Y dice «¿Qué le han tirao a la basura? ¿Eso qué es?» La otra me comprendía, no sabía ella, vamos me entendía; el otro no, y dice «no, es que la echan de la casa y ella me lo está contando a su estilo». Dice «pos que se venga conmigo a mi despacho». Nos vamos las dos, mi compañera y yo, y nos dieron la llave de una casa preciosa, de un chalet, en pleno bosque, en pleno lago, una maravilla.

Enc. Sí ¿pero de alquiler sería?

Inf. Sí, pero muy barato, muy barato, ya ves tú, pagábamos en una habitación que estábamos nosotros tres veces más que en una casa entera que nos dio el hombre.

Enc. ¡Qué cambio! Allí tenía ya su cocina, allí ya podía hacer la comida a su antojo.

Inf. Mi cocina, ¡preciosa! Lo que no tenía era nevera, porque había como una despensa, con una ventanita con tela metálica y por ahí se congelaban las cosas, o sea, la nevera natural, no era… no tenía que enchufarla ni na, con el frío que hacía, por ahí entraba to y se conservaban las cosas estupendamente, pero preciosa… Y daba una parte al lago y otra parte al bosque, la casa era de madera, de esas antiguas, preciosa…     

Enc. ¿Tuvisteis hijos allí?

Inf. Sí, la  Desireé. Ella es sueca, ella tiene las dos nacionalidades: tiene la española y tiene la sueca. Por eso se llama ella Desireé, porque cuando yo dí a luz estaba la Princesa Desireé haciendo unos cursos, y yo escuché el nombre y me gustó y se lo dije a mi marido, «Pos como sea una niña le ponemos Desireé» Es la única, la primera Desireé que entró en España, mi hija.

Enc. Que curioso.

Inf. Ese nombre no lo permitían aquí en la Iglesia, en aquellos tiempos, pero como ella lo traía de allí ya no tuvo más remedio. Y ya a partir de ella, tu no ves más a una mujer en España con más de 45 años, no la encontrarás, tu la encontrarás con menos. Y entonces llamaba mucho la atención aquel nombre, ahora no, ahora cualquiera…

Enc. Los sueldos allí…

Inf. ¡Oh! El dinero, se ganaba mucho.

Enc. Pero se gastaba con más facilidad que aquí.

Inf. ¡Hombre! Tu ganabas corona y gastabas corona, como es lógico, pero como nosotros fuimos a ahorrar, porque allí la gente se dedicaba a ir a un sitio y a otro, a ser viajes… y nosotros. Yo, lo que queríamos era venirme pa acá. Y en vez de ir a un lao u a otro, pos fue to ahorrao pa traerme un dinero muy bueno de allí.

Nos vinimos porque yo perdí la vista en un ojo del frío. Había que ponerse sombrero y yo me creía que se lo ponían pa presumir, no me creí que era por necesidad. Entonces yo salía a la calle con mi cabeza como aquí, y ya me fui notando que… que me cogía de la mano izquierda, pos tiraba, me caía, no veía… me hicieron un reconocimiento y perdí la vista en un ojo. Estuve tres meses interna en un hospital.

Enc. ¿Le operaron?

Inf. No me llegaron a operar porque no conocían la enfermedad. Es que, verás tu… a mi me salió una rija y la rija criaba pus y esa pus, claro se ponía dura y era lo que me tapaba la línea del ojo. Y esta enfermedad no la conocían allí. Entonces a mi me dijeron que yo… la enfermedad que tenía únicamente me la podía curar el sol, y allí no había, y yo tenía más ventaja que nadie de venirme a mi tierra.

Enc. Allí el tiempo siempre es igual.

Inf. Siempre invierno, bueno en el mes de agosto, es verano, pero sale un sol a las doce de la noche que es colorao «el sol de media noche» que le llaman, mu bonito, precioso. Pero vamos, con frío, uh en verano llueve en invierno nieva. Así que, siempre era invierno pa mi siempre era invierno.

Enc. Entonces allí ¿Las fiestas como eran?

Inf. Bueno sí, por ejemplo, hay una fiesta que es la noche de San Juan, que se llama allí «El día más largo del año». Total que, entonces allí había esa costumbre, en aquellos tiempos, la mujer que era… estaba mocita se iba y se estrenaba en el bosque. Buscaba a un hombre pa llevársela. La que no encontraba un hombre pa llevarla al bosque decía que era una desgraciá., no haber encontrado a un hombre que a ella le gustara. Entonces se iban al bosque, hacían un… es muy bonito... hacían unas comidas muy lindas, unas tiendas de campañas, luego había unas cosas especiales de madera con chimenea y candelas y to pa que se metieran to aquella gente, porque así celebraban aquello. Y luego ya salían bailando en una rueda, toa la que se había estrenao.

Enc. ¡Vaya!

Inf. La que con catorce años no se había estrenao, pos ya te he dicho, era una desgraciá.

Enc. ¿Para toda su vida?

Inf. Pa toa su vida. Bueno luego encontraba, pero cuando ella lo había buscado no lo había encontrao. Ya se decía que era fea, que no gustaba…

Esa es la fiesta más grande, y Santa Lucía, que es el trece de diciembre, que hacen la mujer más pura de Suecia, que yo fuí Santa Lucía, a mi me escogieron de Santa Lucía.

Enc. ¿Sí? ¿Y como es eso? Cuénteme.

Inf. Pos mira eso hace una procesión, te visten de santa.

Enc. ¿Y porqué la eligieron a usted si usted no era sueca?

Inf. Porque yo era muy pura, decían, como yo estaba na más con mi mario, y allí estaban con unos y con otros. Las suecas son de otra manera, no es que sean malas, pero que eran sus costumbres. Yo la más pura de allí, me escogieron allí…

Enc. ¿Era un pueblo?

Inf. No era como aquí Madrid, en Estocolmo vivíamos nosotros, como si viviéramos en España en Madrid, en la capital. Y me pasearon por tos laos, me vistieron de Santa Lucía que es una corona de velas.

Enc. ¿Pero eso es que la tuvieron que elegir algunos?

Inf. Sí, donde yo trabajaba me expusieron y ya me escogieron.

Y ahora estamos aquí de viejos y ya está.

Enc. Después de cinco años ¿Cómo se encontró Málaga?

Inf. Igual, varía muy poco, varía muy poco. A partir de venir yo, fue cuando dio el cambio ya… España. Que ya empezó a haber trabajo, la gente…

Enc. ¿Qué año era?

Inf. Pos mira era en el 61, ya la gente quería comprar sus casitas, alquilaban a coches, por eso que cuando yo me fuí iba casi to el mundo en alpargatas.

Ya llevábamos nosotros lo menos dos añillos aquí, cuando la gente ya  se espabiló un poquillo, ya la gente salía a la calle a protestar, y antes no se podía salir. Cuando yo me fui pa allá había unas cartillas de racionamiento porque se comía racionao, tu no podías comprar un bollo si querías, tu eras un bollo que te tocaba pa to el día.

Cuando nosotros vinimos aquello había desaparecío ya. La gente no comía huevos, ni pollo na más que pa Pascua, hombre, tenía que ser gente de mucha clase ¿no? Por ejemplo, nosotros en vida de mi padre sí, cuando se murió mi padre tampoco. Luego ya si, ya te he dicho, se colocaron tos mis hermanos y se colocaron bien.

Así que, que la vida da de to, ¿sabes? te quita y te pone, es una noria, te ha tocao el escalón más bajo otras veces te toca más alto y ya está, lo que hay es que saber aceptarla y listo.

 

 

 

 


ENCUESTA III

 

Datos de la grabación

Fecha: Octubre de 2003

Lugar: Facultad de Filosofía y Letras. Universidad de Málaga.

Tiempo: 40 minutos

Entrevistadora: Mª Carmen Vargas Gallego. Doctoranda de Filología Hispánica en la Universidad de Málaga. Dpto. Filología Española I y Filología Románica.

 

Datos personales del informante

Nombre: Cristina Río-Miranda

Origen: Málaga

Edad: 23 años

Estudios: Superiores. Lda. Filología Hispánica.

Observaciones: La informante contesta a todas las preguntas planteadas de una forma muy directa. Parece estar muy segura de lo que nos cuenta, de ahí que responda con total naturalidad. Durante la entrevista se interrumpe la conversaciónen dos ocasiones, porque la llaman al teléfono móvil, que habíamos olvidado desconectar.

 

Enc.- ¿Qué es lo que más has hecho en tu vida?

Inf.- Yo, estudiar. A ver yo empecé…Primero hice parvulitos aquí en Málaga, y no me acuerdo de nada, pero ya empecé en el colegio y a mí… yo recuerdo que me gustaba ir al colegio, aunque los domingos por la tarde me daba un poco de depresión, porque no me hacía [a] la idea, pero luego cuando iba y eso que no, que disfrutaba, que no me importaba ir a clase. Era siempre… siempre he sido una niña muy extrovertida tenía muchos amigos en el colegio, y aunque tenía el perfil a lo mejor de una niña que no estudiaba, siempre luego en mi casa hacía los deberes, y he sido estudiosilla.

Enc.- Responsable.

Inf.- Sí, sí, no empollona, que no es lo mismo, sino estudiosa, aunque no fuese mucho con mi carácter. Cuando tuve ocho años, mi madre es profesora, y estuvimos dos años destinados en un pueblo de Cádiz, y esos son los dos años de colegio que recuerdo mejores de mi vida porque me lo pasé superbién. Tuve un profesor que se llamaba Juanjo, que era de Córdoba, era mu guapo, y a mí me encantaba, me encantaba, era genial.

Enc.- ¿Por qué?

Inf.- Porque era… Hacía las clases muy divertidas, ¿no? Era… porque yo hasta entonces había estado en un colegio de monjas y aquello era horrible, yo no lo podía soportar, en La Goleta de Málaga, porque mi madre que es maestra trabajaba allí también y yo… Mi paso a un colegio público fue lo mejor, me encantó, me encantó: de estar en clase con niños, no porque me gustasen los niños, porque era muy pequeña, sino por relacionarme, porque a mí eso, que siempre he sido muy extrovertida, me ha encantado y hacíamos muchos juegos… También en pueblos se está mejor de niños que en una ciudad. Salía mucho a jugar, me lo pasé genial, me encantó la experiencia.

Enc.- ¿Recuerdas alguna anécdota graciosa?

Inf.- ¿Anécdota graciosa? Ah, el colegio este que yo te digo la primera vez que estaba con niños, que llegó el día de San Valentín, hicimos lo de las… lo de las cartitas y yo por muy extrovertida que fuera venía de un colegio de monjas y estaba apaguatá y me escribió un niño una cartita y en vez de alegrarme me puse a llorar [Risas] y salí de la clase corriendo como una tonta, desde luego todo el mundo se rió de mí, pero luego no pasa nada, ya empecé a asumir…

Enc.- Cuándo fuiste creciendo ¿Algún profesor que recuerdes?

Inf.- Sí, yo luego me vine ya a Málaga, seguí en un colegio público en Málaga y recuerdo especialmente a una profesora que tuve que se llamaba Mª Carmen Sánchez que fue la que me enseñó a estudiar. Yo no tenía ni idea, porque claro, ya en cuarto y quinto tienes que empezar a memorizar más, yo, a mí se me hacía un mundo. Y ella a mí me enseñó lo que eran los esquemas y los resúmenes y… yo he seguío su método de estudio durante toda la vida y me ha ido estupendamente.

Enc.- ¿Cuántos años tenías?

Inf.- ¿Yo? Nueve o diez, y me quedé perfectamente con el rollo de resumen, resumen, subraya… me vino muy bien ese año con ella.

Enc.- ¿Cuándo tú ejerzas de profesora piensas hacer igual que ella?

Inf.- Sí, yo quiero enseñarles a  mis alumnos como se estudia, porque creo que es uno de los grandes problemas que tienen los niños hoy día, es que no saben comprender lo que leen, para empezar, y después no saben, no saben qué hacer con eso, cómo enfocarlo para estudiarlo… no saben nada, o sea que se creen que leerlo, leerlo, leerlo ¡no! no saben sacar sus conclusiones, sus resúmenes, entonces yo creo que eso es muy importante, a mí me marcó tanto que me gustaría hacerlo.

Enc.- ¿Aunque tu sabrás que ahora la educación secundaria no es igual que el magisterio?

Inf.- No, pero bueno los niños llegan a secundaria con un nivel de EGB, entonces yo creo que se puede hacer más o menos lo mismo, y nada…

Enc.- ¿Tienes ganas de enfrentarte a un grupo de alumnos rebeldes?

Inf.- ¿Ganas? A ver…quiero trabajar, quiero dedicarme a la docencia porque es lo que he querío desde siempre. Siempre lo he querido porque lo he visto en mi casa, mi madre mi tía, mi tío. Son todos profesores o maestros, y de pequeña ya jugaba yo con mis muñecas a darles clases… y tenía mi pizarrita y tó, vaya que yo… estoy preparada [Risas]

Enc.- Tu madre, ¿te ha enseñado ella también?

Inf.- No, mi madre siempre me ha dejao a mi bola. Yo le decía que quería ser profesora y ella me decía que era muy duro, pero que me apoyaba porque ella era profesora… Me ha advertío. Bueno cuando… cuando hice las prácticas me… sí habló conmigo, me advirtió, me dijo: «mira que secundaria no es primaria que tal…» pero vaya… que yo lo tengo claro, ¡hombre! A no sé…a que me de una depresión profunda porque tenga unos niños horribles. Yo quiero ser profesora de secundaria, además que yo…

Enc.- ¿Piensas que hay muchos problemas en la enseñanza hoy día?

Inf.- Sí, creo que la LOGSE es un gran error. No te estoy diciendo que volvamos al sistema de BUP y de COU y de memorizar, del profesor este con la lección magistral[es] en la que nadie podía hablar. Pero una cosa… ni una cosa ni otra, ni lo que tenemos hoy día, que en vez de criar futuros entes sociales son burros.

Enc.- Y con la nueva ley de calidad, ¿crees que va a haber un camino más positivo?

Inf.- ¡Hombre! La Ley de Calidad teóricamente está muy bien planteada ¿no? porque muchas de las lagunas que había en la enseñanza con la LOGSE, pues ya se subsanan. Lo que pasa que yo creo que es bastante irreal porque no hay presupuesto para cubrir las necesidades que realmente la LOGSE tiene. Es que no, porque lo que van a hacer son unos cambios extraños, desde, lo van a hacer por curso, o sea, que a los niños les van a ir llegando… empiezan con LOGSE y acaban con LOGSE, no sé… no sé yo cómo va a ir. Lo que es teóricamente está muy bien planteado, pero yo no le veo tampoco que tenga un respaldo económico que la haga posible. Sí, sí, si hubiera medios, estupendo, pero es que creo que no los hay.

Enc.- Vamos a volver a tu adolescencia. Cuando pasaste al instituto, ¿cómo fue el cambio para ti?

Inf.- Ah, muy bien

Enc.- Muy bueno

Inf.- Estupendo. Yo llegué allí, al instituto, a primero de BUP. Me quedó lengua [risas] pa septiembre.

Enc.- Qué raro.

Inf.- ¿Has visto? No porque yo llegaba con mucha cojera del colegio. Mi colegio público era muy flojito, y yo llegué al instituto y me llovieron por tós laos. A mí lo que me… lo que no conseguí aprobar en junio fue lengua, pero ya a partir de segundo fui… no me volvió a que dar nunca nada y me volvió a gustar la lengua y la literatura por mi profesora, que esta es otra de las grandes.

Enc. ¿Sí?

Inf.- Sí, mi profesora Amalia, fue… ella era muy… ella muy… Había estudiao en Granada, tenía unas ideas muy bonitas sobre la literatura, luego no nos contó lo difícil que eran las salidas de nuestra carrera y tal, pero bueno, que a mí me enseñó a que me gustase la literatura, leer, me… aprendí lengua, gramática con ella… que no tenía ni puñetera idea. Yo, gracias a ella he estudiao filología hispánica, si no, no lo hubiera hecho, probablemente hubiera estudiado otra cosa.

Enc. La carrera de filología hispánica ¿te ha defraudado?

Inf.-Sí.

Enc.- ¿Por qué?

Inf.- Porque no me gusta la manera de dar clase de muchísimos profesores. Me parece horroroso. Yo no sé cómo pueden permitirse el lujo esas personas de poner tan poquísima didáctica en una clase. Yo eso del profesor que llega, se sienta en la mesa y empieza bla-bla- bla- bla como algunos que puedo recordar perfectamente… me parece fatal, me parece horroroso. Yo creo que hay que dar un poco más de dinamismo a la clase, aunque estemos en la facultad, que yo sé que no es lo mismo que el instituto, pero hay que motivar un poco más a los alumnos.

Enc.- Y el trato de la literatura, que a ti te gusta tanto ¿cómo lo has visto?

Inf.- Por parte de unos profesores, estupendo y por parte de otros, horrible. No te voy a dar nombres.

Enc.- ¿No ha hecho que te guste más la literatura?

Inf.- No, a mí me gustaba ya desde… No, a mí la literatura me gusta porque me gusta, no porque haya venido un profesor y me haya dicho «léete tal, léete cual» Yo por mí misma he cogío los libros y me los he chupao, siempre, y he sabido el que me iba a gustar y el que no, aún así me lo he leído. Pero a mí aquí, la facultad no me ha aportado nada especial, me he llevado un gran chasco en todos los sentidos porque veo muy poca solidaridad entre alumnos, veo un favoritismo horroroso y muchos profesores creo que deberían estar investigando, quizás sean muy buenos investigadores, pero son patéticos como docentes ¿no? no me gustan nada.

Enc.- ¿qué planes de futuro te esperan o tienes?

Inf.- Pues estoy haciendo… ahora mismo estoy estudiando para hacer las oposiciones, si Dios quiere y apruebo, seré profesora de secundaria, si no, lo voy a volver a intentar porque yo lo quiero es poder dedicarme a la enseñanza y por ahora, ¡hombre! Si no puede ser yo ya me lo plantearía, pero no creo. Yo creo que algún día conseguiré entrar, no sé.

Enc.- Además este año es un año muy bueno.

Inf.- Este año es muy buen año, pero también es el primero y me ha pillao que ná más tengo un año para preparármelas y hay que contar con eso: soy nueva, no tengo muchos puntos y claro… Pero con que… yo con aprobar el primero, ya me doy con un canto en los dientes, pero no lo sé, vamos, ya se verá.

Enc.- ¿Has estado fuera por motivos de estudio?

Inf.- Sí, he estado fuera [risas] Este verano he estado fuera, he estado en Escocia, en Edimburgo y también ha estado en Londres.

Enc.- ¿Cómo ha sido tu experiencia?

Inf.- Me ha encantao, me ha encantao, me ha gustao muchísimo, hombre, el carácter de la gente allí es bastante distinto al de aquí, pero había muchos españoles. Y me ha gustado mucho porque es otra sociedad, otra cultura, otra manera de pensar, mucho más avanzada quizás, que la que hay aquí. Y me ha ayudado a ver las cosas con otra perspectiva y también me ha servido para mejorar el inglés que no viene mal. Y me gustado mucho la experiencia, la volvería a repetir, si tuviera dinero [risas]

Enc.- Eso es lo malo ¿verdad?

Inf.- Sí, porque el trabajo que tengo no me da para mucho. Que estoy… el año pasado me dediqué a dar clases extraescolares y este año estoy en el comedor. Todo relacionado con niños como podrás ver.

Ecn.- Las actividades extraescolares ¿qué tal?

Inf.- ¡Oh! Mareante, horrible, no soporto a los padres de los niños.

Enc.- ¿A los padres?

Inf.- A los padres, a los padres. Son horrorosos, son una pesadilla, sí, sí, los niños algunos tienen tela, pero los padres tienen doble tela.

Enc.- ¿Por qué?

Inf.- Porque sí, porque son muy exigentes y  su niño siempre es el mejor, y su niño siempre es el más bueno, aunque sea un dolor de barriga y tienes que aguantar el chaparrón. Y tienen muchas tonterías y… no están en la realidad. Fatal, los padres fatal, algunos, algunos, no todos. Con los dos o tres que hay te amargan.

Enc.- ¿Qué hacías tú en esas clases? ¿A qué te dedicabas?

Inf.- Pues daba varias. Estaba con los niños más pequeños y les daba teatro que, hombre, teatro unos niños de tres, cuatro, cinco años, teatro es…

Enc. Escenificarlo ¿no?

Inf.- Claro. No podías ponerte «venga vamos a hacer La Celestina» ni nada de eso. Los ponías a danzar: «vamos a hacer el árbol, venga vamos a bailar» Lo que es que se acostumbraran ellos con su cuerpo a hacer cosas, a descubrir nuevas sensaciones y eso…pero no puedes tomar el teatro en plan Teatro, con personajes ¡ni de coña! Porque son muy chiquititos.

También les daba inglés, que te puedes imaginar «one, two, three, red» los niños corriendo p`al rojo y cosas de esas.

Enc.- ¿Qué te gusta más la enseñanza dirigida a los niños o…?

Inf.- Me gusta más la secundaria, los niños chicos son muy monos, pero cuando son de una, [risas] en conjunto cansan. Yo estaba dos horas y cansaba montón, y luego, no son sólo niños, son niños que quieren hacer pipí, que ahora vomito, que ahora hecho sangre por la nariz, y tú tienes que cuidarlos, tú tienes que ser… eres como su madre también y yo para eso tengo paciencia, pero no demasiada. Prefiero los de secundaria, que alo mejor son peores, pero no tengo que limpiar moco [sic: risas] lo prefiero, lo prefiero.

Enc.- Pero ¿tú sabes que a los de secundaria tienes que llevártelos a tu terreno?

Inf.- Sí, tienes que llevártelos a tu terreno, tienes que darte a respetar desde el primer día, tienes que dejarles claro que tú eres su profesora, que estás ahí para ayudarles para lo que quieras, pero que eres su profesora. Tiene que haber una distancia, porque si no te comen, como le des un de[d]o te comen un brazo. Tú no puedes entrar allí el primer día «Ay, que guay soy» no, no porque te comen, creo yo… Yo no voy a ser un hueso horrible, pero tampoco voy a ser una profesora superguay, no, una cosa normal. Y darme a respetar. Es muy difícil por dos razones: primero porque soy mujer y segundo porque quizás, y si Dios quiere, seré joven cuando entre.

Enc.- ¿Cómo harías para transmitirles el amor que tú sientes por la literatura?

Inf.- Hombre, por más que les diga es una edad que les da igual ¿no? pero… por ejemplo dependiendo de la edad que tuviesen… Yo sé que con unos chavales de bachiller, que han escogido el bachiller de humanidades porque les gusta la literatura, les voy a hablar con mucha más soltura y con mucha más propiedad, incluso facilitando títulos y todo que a mí me hayan gustado. Pero a los niños de segundo de ESO tú no le puedes decir «es que La Regenta es maravillosa» porque te van a mirar y te van a decir «¿Eso qué es? No me ralles»  ¿entiendes? Y tienes que empezar de otra manera. Tienes que empezar… a lo mejor a esa edad ¿qué les gustan? ¿Las cosas de fantasmas y de vampiros? Pos les mandas libros fáciles que sean llamativos, con dibujos, así… que ellos se sientan atraídos, que los lean en clase, que hagan trabajos juntos, así, por ejemplo: yo, a mí me gustaría hacer un proyecto de biblioteca cuando estuviera en el instituto, pero biblioteca casera. Que cada alumno se trajera el libro que más le haya gustado de los pocos que hayan leío en su vida y se los vayan prestando unos a otros, no sé, intentarlo, que no sea un aburrimiento de «tenéis que leeros tal libro» Que ellos lo vean como un hobby, eso es lo que yo, lo que yo pretendo. Que lo vean como una cosa que «bueno, pues hoy ven vez de engancharme a la play, voy a leerme un libro, que no pasa ná» y no «mi profesora es una petarda y me ha mandao leerme…»

Enc. Ahí está el reto. Bueno, Cristina vamos  a hablar ahora de la noche

Inf. Vale.

Enc. ¿Qué prefieres la noche del sábado o la noche del viernes?

Inf. Las dos, [risas]

Enc. Las dos.

Inf. Las dos están bien.

Enc. ¿Qué sueles hacer tú cuando sales?

Inf. Hombre, pues, depende del fin de semana. El sábado siempre salgo en plan, pues voy al centro o voy a Puerto Marina, que acabo a lo mejor en una discoteca o lo que sea. El sábado siempre es más… más marchoso, digamos. El viernes puede que haya algún viernes que encarte también salir en ese plan, pero normalmente es un poquito más tranquilo a lo mejor vas al cine, después vas a tomarte una cervecita, o vas de tapas. Es raro el viernes que diga «voy a salir hasta las mil» pero también los hay. Pero que yo la noche de salir, salir es el sábado o algún jueves que aisladamente decidamos ir por ahí.

Enc. ¿Qué piensa de la botellota  que ahora se hace tanto?

Inf. Pues yo la veía positiva en una parte, en la otra no. Yo lo siento mucho por los vecinos de… próximos a la plaza La Merced porque tiene que ser un infierno, pero también lo siento mucho por los jóvenes. Yo, por ejemplo, tengo veintitrés años, gano una miseria, y yo no me puedo no me puedo permitir gastarme cinco euros en una copa cada vez que salgo porque no tengo dinero, entonces ¿qué es lo que pasa? me sale mucho más barato compartir una botella de un supermercado con la gente que vallamos a salir, comprar refrescos y bebidas, o sea, la botella… las d`esto, los vasos

Enc. Si

Inf. Hielo… me sale mucho más barato, me puedo tomar tres cubatas y ya, pues salgo y bailo, y eso, pero del otro modo, pues me tengo que gastar quince euros, porque si yo salgo, hombre, yo no salgo a emborracharme, pero un par de cubatillas o tres…

Enc. Si que se toma uno

Inf. Claro.

Enc. Pero también tenemos que ver que la mayoría de los que salimos después lo dejamos todo hecho una basura.

Inf. Yo no, yo no [risas] yo cojo todos los desperdicios entre todas y lo metemos en una bolsa, lo echamos a la papelera o al bodón, siempre, eso sí. Ahora ¿qué es lo que pasa? el charquito del… ese del hielo, y eso, se queda. Yo no voy a ir con la fregona.

Enc. Eso es lo de menos.

Inf. Lo que son los papeles estos de las bolsas, los plásticos de… y las botellas vacías y tal, no, yo nunca lo ha dejao por medio, pero vamos que la mayoría de la gente lo hace, sí, todo el mundo. Los botellones de niñas, somos las que solemos recoger, los tíos pasan.

Enc. Sí, sí. Luego también se van a los portales de los pisos y allí orinan, lo dejan todo hecho un asco.

Inf. No, no, ves tú, eso no. yo no hago pipí públicamente [risas] ni voy a casa de nadie a beber porque no me gustaría que lo hicieran en la mía. Yo en plaza, en la plaza sí.

Enc. Deberíamos estar todos los jóvenes concienciados en que…

Inf. Hombre, claro, incluso hay veces que lo hemos hecho en mi piso. Eso sí me parece bien, pero claro tienes que tener la suerte de cómo yo, de tener un piso en que no estén tus padres, porque tú no le vas a decir «papá te voy a hacer aquí el botellón, en el salón» [risas] porque no es muy lógicio, pero hombre, la gente que tenga posibilidad de tener un piso porque está estudiando fuera o porque lo que sea; sí puede hacerlo en su piso y ahorrarse, ese… esa suciedad y ese escándalo que se forma en la calle, pero también en la plaza tu vas y ves a la gente de tu facultad y hay más movida, o sea, que es  que.. eso no se va a poder evitar.

Enc. Bueno, pues muchas gracias Cristina.

Inf. De nada.