FIGURAS DE LA POESÍA IMPROVISADA EN ANDALUCÍA: "EL CARPINTERO"

Manuel Galeote

Universidad de Berna

 

 

 

1. La poesía improvisada en el corazón geográfico de Andalucía

 

    A orillas del Valle Medio del Río Genil se ha conservado una antigua tradición, la de improvisar coplas (en quintillas) interpretadas por cantaores al son del fandango cortijero, según el especialista y crítico de flamenco Juan Casillas (Juan Hatero)[1]. Desde las localidades granadinas de Huétor-Tajar, Loja, Zagra y Algarinejo; las cordobesas de Iznájar, Rute, Lucena y Cuevas de San Marcos (donde se construyó la presa, que retiene el agua del Genil, el mayor Embalse de Andalucía y el tercero de España), hasta las tierras malagueñas de Villanueva de Algaidas, Villanueva de Tapia y Villanueva del Trabuco, se extiende el área del cante de poetas, que improvisan sus quintillas, interpretadas con ritmo de fandango[2]:

    Como queda bien claro para Juan Rejano, en los siguientes versos, el Río Genil tiene personalidad propia, no poca poesía y muchos siglos de historia:

 

¿El río es vida o es muerte?

¿Mi sangre es río o es mar?

¿Dónde acabará su curso

y cuándo, yo, de soñar?

                        Juan Rejano, El Genil y los olivos, 1944.

 

    En toda esa área, casi una comarca natural, pues se distribuye su territorio entre las Comarcas de la Subbética Cordobesa, el Poniente Granadino y Nordeste de Málaga, abundan los poetas del pueblo que han improvisado sus versos desde no sabemos cuántos siglos atrás, en las fiestas de palillos y en las velás de poetas, lo mismo que en cualquier otra circunstancia propicia (bodas, bautismos y distintas celebraciones familiares). Son continuadores, en cierto modo, de la tradición decimista malagueña que inició Vicente Espinel y que saltó el Atlántico, hasta expandirse por Hispanoamérica[3].

    Es una comarca caracterizada por el cultivo olivarero y las huertas de las extinguidas riberas del Genil, que glosó Pedro de Espinosa en su Fábula de Genil. Histórica y culturalmente, es una tierra de transición entre la Andalucía Alta (el antiguo reino nazarí de Granada) y la Baja Andalucía (las tierras más llanas bañadas por el Guadalquivir). Hay estudios que demuestran bien a las claras este carácter fronterizo, según han puesto de manifiesto los historiadores, geógrafos, lingüistas y demás investigadores[4].

    En los últimos tiempos Gerardo Páez, El Carpintero, hombre de inteligencia brillante y gran talento, ha impulsado con energía la recuperación del arte de los poetas del Genil, que conoció Rafael Alberti. Durante su estancia en Rute, en el invierno de 1924-1925, convaleciente en casa de su hermana, la esposa del Notario de Rute, Alberti estuvo en contacto con estos poetas y así se lo cuenta en dos de sus cartas, remitidas consecutivamente a Federico García Lorca y a José Bergamín[5]:

 

2157 Carta número 2 a Federico García Lorca

 

Sierra de Rute ( h. 1924-1925)

 

Federiquísimo sacrosanto. (Ora pro nobis).

Un abrazo muy fuerte desde la punta nublada del Monte de las Cruces.

Aquí no hubo tormenta. Aquí lo que hay, desde hace una semana, es una niebla espesa, que no me deja ver desde mi cuarto la carreterita de Loja. (Por ahí, por ahí se va a Granada). (...)

No se puede salir a la calle, ni al campo, ni a ningún sitio (...)

  Si el tiempo mejorara iríamos de excursión algunos chicos y chicas a las Granjas del Genil, donde los poetas tienen su Huerto. Allí se reúnen todos y hacen sus fiestas. Guitarra, baile, cante e improvisación de poesías. Debe ser algo extraordinario. Tanto es el prestigio de estos poetas, que cuando hay jolgorio en Iznájar, Cuevas o Benamejí, reciben sus cartas y acuden todos, por dos o tres duros, a amenizar la juerga con sus versos (...)(cursiva nuestra)

2157 Rafael Alberti

 
Carta número 1 a José Bergamín

Rute, diciembre 8, 1925.

Queridísimo Pepe:

  (...) Como llueve a mares, no puedo salir al campo. Es un fastidio. Si el tiempo continúa así, se nos aguará la fiesta que proyectábamos: iríamos, para Navidad, chicas y chicos, a las Granjas, donde está el Huerto de los poetas. Y oiríamos las coplas que se echan unos a otros; porque siempre hablan en verso. Luego, en barcas, merendaríamos por el Genil, que ya por las Granjas va muy ancho. ¡Cuánto iba yo a aprender! ¡Cuánto me iba a divertir! Pero, ¡abajo las ilusiones!, porque, según me han dicho, este mes de diciembre suele ser muy malo por esta parte de Córdoba. ¡Qué jeringazo! (...)(cursiva nuestra) [6]

Rafael Alberti

 

    En los últimos treinta años se ha hecho bastante desde diversas instancias para rescatar, preservar y divulgar aquellas fiestas populares de cante y baile con poetas de la tierra, acompañados de guitarras y otros instrumentos musicales. Sin embargo, por extraño que parezca, aunque hemos visto que Rafael Alberti dejó constancia de la existencia de aquellos poetas populares, que improvisaban sus versos en las localidades ribereñas del Río Genil, hasta la actualidad carecemos de estudios sobre la continuidad del fenómeno. Esos mismos artistas populares se llaman a sí mismos (y son llamados por el público) poetas, por antonomasia, aunque algunos hoy se presenten al público como troveros, por influencia de los troveros de la Alpujarra.

    Sin ninguna duda, hay un texto que se nos antoja excepcional en el recuperado Cuaderno de Rute: se trata de la sin par definición que Alberti realizó de la quintilla:

 

  —Antoñuelo: ¡qué tema para una copla de esas que tú, de pronto, te sacas de las sienes. ¿No ves tú ya, cerrando los ojos, cinco hileras de versos como cinco llorosas veredillas? Por la primera, amigo, baja tiritando, el alba; por la segunda, sube, nostálgica, la pena de Rafael, que es muy grande porque tiene sueño y quisiera quedarse allí calentito, entre las pajas del pajar; por la tercera, camina, pensativo, el mismo Rafael, lejos de sus compañeros; por la cuarta, vienen, en tropel, con los brazos abiertos y escarchadas las frentes, los olivos; por la quinta... ¿Qué vuela por la quinta, Antoñuelo? El aire frío de la serranía, curvo, como un alfanje. ¡Qué copla para ti, amigo![7]

 

    Indudablemente, esta original definición de la quintilla no puede pasar desapercibida para los investigadores de la poesía oral improvisada en el mundo hispánico. Nos parece que ninguna otra definición puede equipararse a la de Alberti: cinco versos, apenas cinco hileras de palabras, para condensar un pensamiento, atacar a los compañeros, burlarse del público, expresar una idea, formular un guiño humorístico, plantear una sátira del contrincante, etc., etc.

    En cinco versos se sintetiza un mundo y el entorno circunstancial del poeta, que con gran inteligencia, rapidez y maestría improvisa la copla. El último verso es siempre el más importante, el germen y la esencia, la conclusión, el hachazo invisible, el corte impecable que deja mudo el aliento del público: por la quinta hilera de versos “¿Qué vuela por la quinta, Antoñuelo? El aire frío de la serranía, curvo, como un alfanje.” (Rafael Alberti, cursiva nuestra).

    Actualmente estamos trabajando en la historia, genealogía, recuperación antológica de textos orales y clasificación de esta poesía popular improvisada en torno al Genil. Se trata de composiciones en quintillas que los poetas de la comarca improvisan desde antiguo. Este arte merece, pues, el reconocimiento y la difusión de sus valores literarios, musicales, lingüístico-dialectales y artístico-culturales, en su conjunto[8].

     De los antiguos poetas del Genil, que recuerda el pueblo y los aficionados a la poesía improvisada en la comarca, pasaron ya a la historia y a la leyenda Los Lázaros (a quienes oyó R. Alberti)[9], Los Ruchos, José y Luis Serrano, Juan Alba, Los Tosquillas, Basilio el de Los Claveles, El Conejillo o Luis Ariza. Por diversas razones o por fallecimiento se han retirado del cante Pedro Rama, Juan Casillas y El Cávila. Muchos otros, como Fermín, Zamorano, Chorrillos, Petaca, Lojilla, Dominguillo, Valoy, El Sorupa, El Carbonero, Lizana, Cabrillas o El Timba, solo cantan esporádicamente. Por desgracia, no hay continuidad de esta tradición entre las generaciones jóvenes.

     Merecen un especial recuerdo en la historia de las coplas levantadas en las riberas del Genil los poetas Diego Castillo, Juanico Carboneras, María Serrano, Isabel Hin157 ojosa La Guapa, El Chispa de las Peñuelas, Dieguito Páez, Ricardín de las Fuentes y El Ciego de la Rincona.

     Pero en la genealogía de los Poetas del Genil habría que reclamar sin dudarlo un lugar honorífico para Gerardo Páez, El Carpintero, que en la última década ha luchado contra viento y marea para que se reconozca en el mundo entero ─incluso en los ámbitos científicos y universitarios─, así como en los Festivales Internacionales, el arte y la poesía que brota en las riberas del Genil. En compañía de sus amigos El Caco, El Guardia Civil Lojeño y Chaparrillo, El Carpintero ha elevado la quintilla improvisada al lugar que merece dentro del folclore popular y del arte de Andalucía.

    El Carpintero, junto con El Caco, Chaparrillo y El Lojeño grabaron en el año 2003 un disco titulado Así cantan los poetas del Genil (Homenaje a Rafael en el I Centenario de su nacimiento), para homenajear al universal Rafael Alberti, su padrino. Por tanto, nos entregan un testimonio lingüístico-musical y etnográfico de gran valor para la poesía improvisada[10].

    Actualmente El Carpintero, cumplidos sus 70 años, sigue demostrando a la sociedad andaluza y al público lo que él sabe hacer en un escenario, junto con sus compañeros y amigos. En homenaje a El Carpintero, el Consistorio Municipal de Villanueva de Tapia en el año 2000 intuyó la conveniencia de celebrar en aquella Villa Nueva (fundada por el Ldo. Pedro de Tapia en 1603) un encuentro andaluz e internacional sobre la poesía improvisada en el mundo hispánico. Así nació a finales de julio de 2001 el I Festival Internacional de Poesía Improvisada. El éxito fue inmediato. Como un reguero de pólvora se extendió la noticia por la comarca y por Andalucía. Acudieron miles de espectadores durante aquellas jornadas a contemplar la vieja costumbre artística de la improvisación. El Ayuntamiento de Villanueva de Tapia, con gran clarividencia e intuición, le brindó en aquellas fechas del año 2001 un emotivo, poético e inigualable Homenaje a El Carpintero, que perdurará para siempre en su memoria, en la de quienes asistieron, en la de sus amigos y en la de todos. Colaboraba con El Carpintero en la organización de aquel I Festival otro maestro de la Poesía improvisada, Alexis Díaz-Pimienta, el artista cubano, el mago universal de la palabra y de la Décima Oral Improvisada en Cuba e Hispanoamérica.

    Alexis Díaz Pimienta y El Carpintero lograron convencer entonces a muchas personas, sobre todo autoridades, para que en el 2002 el X Congreso Internacional de la Décima Oral y el Verso Improvisado se celebrase en Villanueva de Tapia (Málaga), en la tierra natal de Vicente Espinel, el inventor de la décima o espinela. En este Congreso recibió un homenaje especial el ya citado cantaor Juan Atero, Juan Casillas, egregio representante de los poetas del Genil. Así se logró que en Villanueva de Tapia (Málaga) ondeara la Bandera que convirtió la localidad en Capital del Verso y la Décima improvisada en el mundo hispánico. Tal tipo de Festivales y encuentros de poetas seguirá siendo necesario para que la tradición de los poetas del Genil se renueve, no se extinga y prosiga su trayectoria en el futuro. Es necesario, desde todos los frentes y con todos los medios disponibles, luchar en firme por esta tradición artística, literaria y musical del centro geográfico de Andalucía, que se enmarca dentro de la poesía popular improvisadaen el ámbito hispánico.

     Por su parte, Ildefonso Pérez Aguilera (apodado El Caco chico, por ser hijo de El Caco, otro poeta ya fallecido), uno de los más importantes poetas del Genil, junto a los maestros de Priego de Córdoba (Fermín, Zamorano y tantos otros) también participó en el disco de Homenaje a Rafael Alberti. El Caco ha experimentado desde pequeño la vocación poético-musical y artística que aprendió de los poetas populares de su comarca, incluido su propio padre. Este poeta del pueblo, ama la vida rural y el cultivo de la tierra. Disfruta en las velás de poetas improvisando las quintillas que él sabe cantar como nadie con su voz inconfundible y con mucha picaresca e ironía. Ha demostrado su talla artística en los Concursos de Troveros de Priego de Córdoba donde se proclamó ganador en varias ocasiones. En los escenario españoles  ha actuado al lado de artistas de Argentina, Puerto Rico, Cuba y Panamá. Es poeta que participa activa y habitualmente, como sus compañeros, en las veladas de las localidades ribereñas del Genil. Lo mismo que El Carpintero ha demostrado lo importante que resulta para él participar en programas de radio y televisión para difundir el arte de la quintilla que practica desde muy joven. Su labor al frente de la Organización del Concurso de Trovos de Priego de Córdoba es muy valiosa y lo convierte en verdadero artífice del encuentro anual.

     Asimismo, se ha convertido en una indiscutible figura por su talento, José Arévalo, Chaparrillo, quien heredó de su padre, Chaparro, la inclinación por el arte de la poesía improvisada en quintillas. Su innata vocación poética fue desarrollándose hasta que al conocer a Gerardo El Carpintero, El Pavo de las Mesetas, Luis Ariza El Relojero o Fermín, se dedicó a cultivar este arte de la quintilla. Su voz personal y su estilo característico lo han convertido en un poeta famoso en la comarca y muy aplaudido. En el II Festival Internacional de Cante de Poetas y X Congreso Iberoamericano de la Décima y el Verso Oral Improvisado (Villanueva de Tapia, julio de 2002) triunfó sobre el escenario por sus controversias con Arcadio Camaño, un brillante repentista panameño. Chaparrillo ganó el Primer Premio en el Concurso de Trovos de Priego de Córdoba en septiembre de 2002, compitiendo con maestros consagrados como El Cávila y otros.

    José Mª Pérez Rodríguez, natural de Loja (Granada) y apodado El Lojeño, de nombre artístico, ha ejercido muchos años de funcionario del estado español. Lleva la afición al cante y la poesía muy dentro de sus venas y ha cosechado premios y éxitos en el Concurso de Trovos de Priego de Córdoba y en otras competiciones comarcales.

    Entre sus maestros recuerda especialmente a Madero (cantaor de flamenco), Los Ruchos y Doroteo. Ha compartido escenario con El Cabo, Torres, El Greñas, Nogales, El Sorupa y el resto de sus compañeros.. Actuó al lado de los Troveros de Murcia, de los decimistas de Puerto Rico, de Cuba y de otros países hispanoamericanos en los Festivales de Cante de Poetas de Villanueva de Tapia (Málaga). Es participante habitual en las veladas de poetas de Rute, Zambra, Iznájar, Loja, Montefrío, Algarinejo, Huétor-Tájar, Lucena y Achidona.

     Recientemente, El Carpintero, El Caco, Chaparrillo y El Lojeño han grabado su segundo disco en directo, todavía inédito, en compañía de otros poetas: Dominguillo, Lojilla, Lizana, Petaca o Tomizo[11].  Ahora bien, sin ninguna duda, en los años de 1950 a 1970 los dos grandes Poetas del Genil que triunfaron por su voz y por sus coplas fueron Pedro Rama (pronúnciese Pedrorrama) y José Ruiz El Cávila. Su éxito no tuvo comparación en las márgenes izquierda y derecha del Río Genil, respectivamente: Pedro Rama había nacido en El Adelantado de Iznájar (murió en el año 2003 como emigrante andaluz en Navarra); El Cávila, natural de Los Juncares (otra aldea iznajeña también), tuvo que emigrar a la provincia de Sevilla, donde reside en la actualidad, tras la construcción del Embalse de Iznájar en el curso del Genil.

    Lo que nos proponemos con con la colección Fonoteca del Genil es contribuir al Proyecto de un Archivo Lingüístico Digital de Andalucía (ALDA), que nace con esta valiosa fonoteca digital (un vasto archivo audiovisual digital de las actuaciones en directo). A nuestro juicio, con estos materiales, pero sobre todo con el archivo de las actuaciones o performances contribuiremos a rescatar, investigar y divulgar una parte poco conocida, cuasi olvidada, pero viva, del patrimonio oral-musical de Andalucía.

    En cuanto a la historia de estos poetas, se da la circunstancia de que es más fácil averiguar el nombre artístico, reunir algunas de sus coplas, etc., antes que acceder a su nombre y apellidos o la biografía y semblanza personal, normalmente adornada por leyendas populares, relativas a su bohemia, entrega a los demás, solidaridad, condiciones miserables de vida, etc.

    Desde el punto de vista lingüístico, las quintillas de los poetas del Genil se caracterizan por un acendrado arcaísmo dialectal, que es consecuente con la arcaica tradición poética repentista. Tanto desde el punto de vista fonético, como morfosintáctico y léxico las quintillas participan de los rasgos andaluces propios de la comarca, que hemos estudiado en otros lugares (seseo, neutralizaciones fonéticas, aspiración de –s implosiva, abertura vocálica fonologizada, conservación de la antigua aspirada medieval /h/; formas verbales en desuso en el español moderno, arabismos que han perdurado en la comarca; giros locales, etc.[12]. Se constata que el habla campesina resiste ante los envites de la estandarización lingüística y el desarrollo socioeconómico, guarnecida en las quintillas de los poetas. Dada la temática campesina de estas composiciones, las controversias frecuentemente son relativas a las faenas agrícolas. En consecuencia, puede afirmarse, sin error, que las características rurales de las quintillas empiezan a fosilizarse, apartándose de la realidad idiomática. El polimorfismo dialectal de la comarca en torno al Genil, resultado de la convergencia de isoglosas diatópicas y diastráticas, que separan diferentes áreas lingüísticas andaluzas desencadena una peculiar distribución sociolingüística: al lado de los arcaísmos castellanos de la terminología olivarera, por ejemplo (haldudo ‘olivo de ramas colgantes’, zaranda ‘criba de las aceitunas’), se documentan creaciones actuales (guitarrilla ‘máquina para varear los olivos’), arabismos (almazara ‘molino de aceite’, azahar ‘flor del olivo’), junto con formaciones propiamente andaluzas (alero ‘vara larga’, alameño ‘variedad de olivo’’, etc.) o designaciones metafóricas (frailear ‘talar’, yorón ‘olivo de ramas colgantes’).

    Esta la lengua poética campesina, que se aleja de la lengua coloquial y se sirve de formas, expresiones y giros arcaicos dificulta la comprensión de las generaciones jóvenes, que no logran comprender el sentido humorístico, irónico o satírico de las coplas. En este sentido, poetas como Chaparrillo (un auténtico innovator) han iniciado un proceso de renovación del lenguaje poético, lo que le ha granjeado mayor éxito entre el público de la comarca.

 

2. El poeta que escribía en la madera: la biografía de El Carpintero

 

    El primer trabajo de carpintería que terminó fue una mesa de cajón para la cocina de su casa. Tenía El Carpintero poco más de doce años. Gerardo Páez Gámez nació en Villanueva de Tapia el día de San Antonio de 1932. Es bisnieto, por línea paterna, de Dieguito Páez, gran aficionado a la poesía y al cante de poetas. Por tanto, lleva en la sangre el mismo arte de sus antepasados. Con su abuelo Gerardo Páez Ruiz se inició la tradición familiar de la carpintería. Sus padres, Gerardo Páez Delgado (1906-1991) y  Balbina Gámez Molina (1908-1981) eran naturales de la misma localidad. Del matrimonio nacieron tres hijos, Gerardo, Dolores y Francisco, que crecieron en El Arroyo del Adelantado de Iznájar (Córdoba) y aprendieron las primeras letras con maestros ambulantes, sobre todo Gerardo, que era el mayor. Pasada la Guerra Civil, en octubre de 1941, la familia volvió a afincarse en Villanueva de Tapia, al trasladar el padre la carpintería al pueblo. Gerardo recuerda que en El Adelantado les sorprendió el estallido de la guerra y que oyó el tiroteo que se produjo cuando los insurgentes intentaban avanzar hacia el término de Iznájar. También recuerda cómo su padre se libró fortuitamente de ser fusilado, gracias a la intervención del médico del pueblo, y presume de que nunca le ha dolido nada hasta el día de hoy.

    Lo mismo que sus hermanos, que también fueron emigrantes, El Carpintero se marchó a Alemania en 1963, de donde regresó después de unos meses. Posteriormente emigró varias temporadas a La Rioja y a Navarra a partir de 1978.

    Gerardo Páez contrajo matrimonio en Villanueva de Tapia el 18 de mayo de 1958 con otra hija del pueblo, Dª. Francisca Lara Repiso, nacida el 13 de diciembre de 1931, tras un noviazgo de nueve años. De esta unión nacieron cinco hijos, Francisca (1960), Balbina (1962), Mª Josefa (1964), Gerardo (1969) y Ana María (1971). Todos están casados actualmente y le han proporcionado una gran alegría al abuelo con los seis nietos nacidos hasta la fecha. Aunque lo que realmente le gustaría a El Carpintero es que todos sus nietos y sus hijas pudieran volver algún día a Villanueva de Tapia, para establecerse en el pueblo con sus respectivas familias.

    La tradición familiar de la carpintería prosigue en la actualidad con sus herederos. Sin embargo, lamenta El Carpintero que sus herramientas (la garlopa, la azuela, el escoplo o el hacha) hayan quedado arrinconadas como piezas para un futuro museo.

    La gran afición de El Carpintero a la poesía nació desde muy temprano; desde que tenía pocos años le gustaba escuchar a los poetas, si bien no se decidió a improvisar coplas hasta una edad avanzada. Solía acudir en las ferias (sobre todo en la de octubre) del pueblo a las velás de poetas en la “Casa-Bar de Pepe El Manuco”, en la Calle de Antequera, el número 62 de la hoy llamada Avenida de la Constitución. Allí se juntaba numeroso público para oír a los poetas, aunque mucha gente no consumía bebidas apenas y no era rentable el negocio. Se agasajaba a los poetas con una ronda de aguardiente o con una botella de licor, y se pasaba la gorra para obtener alguna propina. Muchos solo acudían a escuchar. El Manuco no se preocupaba de que el negocio de la taberna no fuera brillante, lo que quería era que la casa se llenara de gente en la feria para estar acompañado y distraído. Gerardo para poder contemplar mejor la velá de poetas se subía en lo alto de un escalón, en disposición de que lo pudieran ver y oír cantar, aunque nunca se decidió a hacerlo.

    Actualmente El Carpintero está dedicado con plenitud a su verdadera vocación porque dispone de mayor tiempo libre, una vez que abandonó el oficio de la carpintería por motivo de su jubilación. Dentro de la trayectoria de su familia, entregada con amor al cante y a las coplas levantás, con Gerardo Páez culmina la tradición malagueña de su bisabuelo Dieguito (nacido en la misma localidad h. 1825), carpintero como él, pero especializado en la construcción de herramientas agrícolas y aperos de labranza. La paralela afición por la carpintería y la coplas del bisabuelo y del bisnieto se nos muestra con mayor vitalidad en la madurez del poeta, que coincide con los primeros años de la transición democrática y los estertores del franquismo. El poeta recuerda que fue hacia el año 1974 cuando improvisó por primera vez en público una quintilla, en tierras surcordobesas. Sin embargo, la afición de El Carpintero había nacido ya en la infancia y permanecía latente, sin decidirse a exteriorizarla hasta la fecha señalada, por un gran miedo al ridículo en público. Posteriormente, las actuaciones empezaron a sucederse en los pueblos malagueños de Villanueva de Tapia y Villanueva de Algaidas; posteriormente, en las localidades cordobesas limítrofes de Iznájar, Rute, Lucena, Priego de Córdoba, Aguilar de la Frontera, Cabra y Carcabuey, entre otros.

    Su bisabuelo también transmitió a otros descendientes esta afición profunda por las tradiciones de su tierra, como a su bisnieto Carlos Fuentes Rama, conocido como Carlos el de Juan Clemente. En este mismo pueblo nació otro poeta, José González Castillo, Tirillas, que animó a El Carpintero para que cantara en las veladas de poetas. Junto a él y a Juan Granados El Rubio, Gerardo Páez aprendió a levantar coplas y a practicar el arte de la quintilla.

    En el ámbito de la poesía popular de la comarca, se jacta Gerardo Páez de conocer a todos los poetas que viven actualmente, de mantener buena amistad con ellos y de haber compartido algún que otro mano a mano con todos. Actualmente, entre sus mejores amigos poetas se encuentran El Caco, El Lojeño y Chaparrillo. Pero sigue El Carpintero nombrando entre sus amistades a numerosos poetas murcianos, canarios, cubanos, venezolanos, puertorriqueños o mexicanos.

    Hubo en su vida un encuentro crucial con otro poeta, el decimista cubano Alexis Díaz Pimienta. Se produjo en el año 1991 en Adra (Almería), con motivo de una actuación del joven artista cubano. Waldo Leyva invitó a Gerardo a subir al escenario y compartir con los repentistas cubanos unos minutos de improvisación. Desde ese momento se inició una amistad prolongada y fecunda entre Gerardo y Alexis. Más tarde, después de instalarse en Almería, el propio Alexis se mostró muy interesado en la técnica y las características de la poesía oral improvisada por El Carpintero y demás poetas del Genil. De hecho Alexis se desplazó a Iznájar (Córdoba) para participar en el Homenaje tributado a Luis Ariza El Relojero.

    Con el apoyo de Alexis Díaz Pimienta, El Carpintero ha impulsado y promovido el Festival Internacional que organiza el municipio de Villanueva de Tapia cada año con gran éxito desde 2001. Participan artistas de muchos países: Argentina, Brasil, Colombia, Cuba, Estados Unidos, Italia, México, Panamá, Puerto Rico, Uruguay o Venezuela. Sin escatimar esfuerzos, el Poeta Carpintero trabaja para que los participantes extranjeros se encuentren como en casa, disfruten de la hospitalidad de Villanueva de Tapia y, sobre todo, se lleven el mejor recuerdo de su pueblo, en el que la afición a la poesía improvisada es enorme. Todos los visitantes proclaman a los cuatro vientos que el público de la comarca es único e incomparable. Jamás habían visto los organizadores y asistentes que durante varias noches seguidas, hasta altas horas de la madrugada, numerosas personas permanezcan atentas a la poesía que se improvisa en la Plaza de España de ¨Villanueva de Tapia. Realmente, habría que proponer al municipio que esa plaza pase a llamarse la Plaza de España e Iberoamérica, en honor a la categoría de los artistas y la calidad del público.

    A medida que ha entrado en contacto con otros decimistas de Hispanoamérica, Brasil o Italia, El Carpintero ha establecido fuertes lazos internacionales de amistad. En este sentido, recuerda habitalmente sus inolvidables viajes a Cuba o México, en el último de los cuales (mayo de 2003), tuvimos la suerte de compartir muy buenos momentos con el maestro. Desde que subimos en Málaga al avión que nos llevaría a México, D.F. con escala en el Aeropuerto Ch. de Gaulle de París; durante la estancia en San Luis Potosí y en el viaje de regreso a Málaga, pudimos rememorar otros tiempos en que los poetas repentistas de la comarca no habían sido desplazados por la televisión, mil historias de poetas que llegaron a perder la vida por una copla hiriente que levantaron. El Poeta Carpintero disfrutaba emocionado recitando coplas de otros poetas en voz alta, que hicieron protestar a algún viajero de los que iban en el avión sentado en los asientos de delante. Por nuestras conversaciones desfilaron Basilio el de Los Claveles, El Cávila, Luis Serrano, Fermín, Pedro Rama, El Conejillo y tantos otros.

    Ya a la espera para embarcar el 14 de mayo de 2003 por la Puerta C-86 de la terminal D, rumbo a México en el aeropuerto parisino, El Carpintero se afanaba en ver tras las cristaleras al Concorde y cronometraba el despegue de un avión cada 2,5 minutos. Pero le fastidiaba no poder afinar más, porque su reloj no tenía segundero. Aquel día se quejaba de tener una tos coscuna, que no logró remediar el caro petit-déjeuner francés (café con leche, croisant y jugo de naranja). No obstante, con su fino sentido del humor bromeaba el poeta: ―Si acaso, mañana ya no venimos por aquí. Luego hubo sesión fotográfica, aunque mientras observaba que el despegue de todos los aviones se realizaba hacia el poniente francés. En fin, como el calor parisino de mayo arreciaba y había alguna nube en el cielo, se acordó el maestro de la nube de Alcalá, que según la meteorología popular barrunta agua en una media hora. Y así transcurrió el viaje, entre coplas campesinas y recuerdos de la carpintería de basto: la escasez de madera para ubios y raberos; las salidas con su padre a cortar álamos negros en los arroyos; el aprendizaje de fabricar camellas para yugos de vacas con la azuela al revés; las especiales características del hacha de carpintero, con un solo filo en el corte; su habilidad vaciando con un escoplo las tablas hasta conseguir piedras de madera para lavar… Se quedaron flotando en el viento palabras rústicas casi olvidadas hoy como coales, gramín, repullo, corcusilla, corcoja, castillejo o rastra.

    Durante las reuniones con el maestro, me ha ido contando los inconvenientes que ocasiona el querer llevar el poeta algunos versos aprendidos para utilizarlos luego en una quintilla. Si se olvidan esos versos, cuando se quieren recordar se produce el fracaso artístico. Para El Carpintero, el valiosísimo tiempo que se invierte en recordar estos versos debe invertirse en  improvisar la quintilla adecuada para la ocasión. De modo que se pasa el tiempo, inevitablemente,  y la copla no se puede terminar, se queda incompleta: el resultado es el fracaso absoluto.

    En una entrevista reciente, explicaba El Carpintero que lo más importante para ser buen repentista es conseguir una buena rima en la quintilla, de modo que se resalte la agudeza de la idea o la originalidad del verso. Concluía la entrevista con su admiración por el decimista cubano y amigo Alexis Díaz Pimienta.

    Concluimos este esbozo biográfico con los versos en acróstico que El Carpintero incluye en su original tarjeta de visita:

 

El que firma esta tarjeta

Lo conoce el mundo entero

 

Como trovero y poeta

Además de carpintero

Reúne unas condiciones

Para conquistar amigos

Intentando dar lecciones

No conseguir enemigos

Tener su afición contenta

En trovo y carpintería

Repartiendo lo que inventa

Orgulloso cada día.

 

    Gerardo Páez El Carpintero, el más conocido poeta del Genil, no solo ha actuado en Villanueva de Tapia, su pueblo natal, y en las localidades de la comarca, sino que lo han oído cantar en muchos otros escenarios de las provincias de Málaga, Córdoba, Granada, Almería o Jaén; e incluso fuera de Andalucía (Navarra, Barcelona, Las Islas Canarias y Murcia) y en el extranjero, en los festivales internacionales de Las Tunas (Cuba) y de San Luis Potosí (México).

    Aunque resulta laborioso convendría rescatar las quintillas improvisadas por El Carpintero. Muchas se las llevó el viento, se esfumaron como flor de un día; pero  numerosas habrán perdurado con suerte en la memoria del pueblo y muchas se han podido recuperar gracias a la infinidad de apuntes y anotaciones que conserva Gerardo Páez en su archivo personal. Las notas manuscritas del poeta (en cualquier hoja, octavilla, en recortes de papel, en el reverso de una carta oficial o en el soporte más variopinto) han permitido rescatar de la memoria del poeta sus quintillas. Porque, además, no hay grabaciones magnetofónicas que se hayan conservado en buen estado. Incluso, como es de imaginar, en los primeros momentos El Carpintero anotaba sus versos, sus ocurrencias, la vena poética que surgía de su inspiración o de las circunstancias en una tablilla de madera o en un retazo de chapón de la carpintería. Muchos versos e ideas se habrán quedado garrapateados en la madera, aunque pudieron haber inspirado quintillas, cantadas con éxito en alguna velada, que las gentes del pueblo recuerdan tal vez o que se han perdido inexorablemente, porque el arte de la poesía popular improvisada es efímero por naturaleza. Solo algunas quintillas tienen el privilegio del éxito: su perpetuación en la vox populi, en la voz del pueblo.

    Sería hermoso saber que esta tradición es conocida y respetada por las generaciones más jóvenes y que el arte de improvisar en quintillas no se extingue con maestros como Gerardo Páez  El Carpintero.

 

 

3. Discografía

 

2002

            En compañía de El Caco, El Lojeño y Chaparrillo2157 , El Carpintero ha elevado la quintilla improvisada en Andalucía al lugar que se merece dentro del folclore popular mediante la grabación del disco: ASÍ CANTAN LOS POETAS DEL GENIL: Homenaje a Rafael Alberti en el Centenario de su nacimiento (en CD y cinta magnetofónica) Constituye un tributo merecido al poeta universal que fue Rafael Alberti y que siempre ensalzó el arte de esta poesía popular improvisada en el corazón geográfico de Andalucía, tan olvidada por los investigadores. El Carpintero, en compañía de El Caco, El Lojeño y Chaparrillo dejan un testimonio lingüístico-musical y etnográfico de gran valor. Esta obra se incluye en la Colección Fonoteca del Genil y forma parte del Archivo Lingüístico Digital de Andalucía.

 

2003

             Ha grabado su segundo disco Los poetas del Genil: Mano a mano. (En prensa, actualmente).

 

 

4. Anexo

 

Transliteración de las quintillas cruzadas entre “El Carpintero” y el poeta repentista Alexis Díaz-Pimienta (representante de Cuba) dentro del Primer Festival Internacional de Cante de Poetas de Villanueva de Tapia (Málaga, 2001)

 

EL CARPINTERO

Soy el homenajeado

y aunque ya me tenéis negro

y bastante emocionado,

no sabes cuánto me alegro

de tenerte aquí a mi lado.

 

 

ALEXIS DÍAZ-PIMIENTA

Hoy me tienes a tu lado,

creo que se equivocó,

suerte que es improvisado

porque aquí el negro soy yo

y él el homenajeado.

 

EL CARPINTERO

Gerardo nunca se atranca,

siempre de verte me alegro,

ando a trancas y barrancas,

tú tienes el rostro negro

pero tienes el alma blanca.

 

ALEXIS

Gerardo no me conviene

tu frase en este nivel,

ni la amo ni me entretiene,

el alma no tiene piel

y eso es lo mejor que tiene.

 

EL CARPINTERO

Por verte crucé el Estrecho

y me hizo gran ilusión,

y yo aquí estoy satisfecho

porque tienes un corazón

que no te cabe en el pecho.

 

ALEXIS

Claro. si no tengo pecho,

tengo solo un pectoral

y no sé quien me lo ha hecho

pero que funciona mal

y yo no estoy satisfecho.

 

EL CARPINTERO

Veo que de mí no huyes,

en la cara se te nota,

es tanto lo que construye

que yo le hago la pelota

para que no me aturrulle.

 

ALEXIS

Tú no me haces la pelota,

yo soy quien te homenajea

porque del pecho me brota,

una nube se hace idea

y el verso cae gota a gota.

 

EL CARPINTERO

Voy a ver si me controlo,

porque así lo considero,

estoy más liao que un bolo

porque Alexis y El Carpintero

son dos unidos en uno solo.

 

ALEXIS

Hay amistad y hay respeto,

hay corazón y hay latidos,

hay verdad pero hay secreto,

estamos los dos unidos

como Pinocho y Gepeto.

 

EL CARPINTERO

La última del Carpintero,

aunque estar aquí no me pesa,

mandarle un saludo quiero

a mi distinguida Alcaldesa

y a don Antonio Romero.

 

ALEXIS

La última de El Carpintero,

por sus excelsas bondades,

por ser un hombre sincero

baja de las autoridades

a todo su pueblo entero.

 


 

NOTAS:

 

 

[1] Agradecemos a D. Juan Casillas las explicaciones y comentarios, que nos brindó en la entrevista personal (verano de 2003), que nos concedió desde su retiro antequerano, apartado del cante por completo.

[2] El mayor pantano de Andalucía sumergió en 1968 a media docena de núcleos de población, unas 605 viviendas en conjunto, y desalojó a 2.000 personas del municipio iznajeño. Con ellos emigraron y se dispersaron traumáticamente los poetas populares más conocidos en la comarca, incluidos El Cávila y Pedro Rama. La faraónica obra tardó en ejecutarse catorce años y se precisaron más de mil días para que se llenara. El embalse garantizó el suministro de agua a 200.000 habitantes de Córdoba y dio agua a 80.000 hectáreas de regadío. Pero truncó definitivamente la vida de muchísimas personas. Lo inauguró Franco en 1969.

[3] Para la tradición decimista hispanoamericana, véanse las valiosas obras coordinadas y editadas por  M. Trapero; La décima popular en la tradición hispánica : actas del Simposio Internacional  sobre la Décima, (Las Palmas, del 17 al 22 de diciembre de 1992), Las Palmas de Gran Canaria : Universidad de Las Palmas de Gran Canaria : Cabildo Insular de Gran Canaria , 1994; El libro de la décima: la poesía improvisada en el Mundo Hispánico, Las Palmas de Gran Canaria, Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, Servicio de Publicaciones, 1996; VI Encuentro-Festival Iberoamericano de la décima y el verso improvisado, ed. de M. Trapero y otros, Las Palmas de Gran Canaria, Ministerio de Educación y Cultura, 2000; y la reciente monografía colectiva La décima: su historia, su geografía, sus manifestaciones, Gran Canaria, Centro de la Cultura Popular Canaria, 2001.

[4] Vid. F. Ortega Alba, El Sur de Córdoba. Estudio de geografía agraria, 2 vols., Publicaciones del Monte de Piedad, Córdoba, 1974; C. Torres Delgado, El antiguo reino nazarí de Granada (1232-1340), Granada, Anel, 1974; Manuel Alvar, "Estructura del léxico andaluz", BFUCh XVI (1964), pp. 5-12; J. Mondéjar, El verbo andaluz, Formas y. estructuras, Madrid, CSIC, Anejo XC de la RFE, 1970; M. Galeote, El habla rural del treviño de Iznájar, Vva. de Tapia y Venta de Sta. Bárbara, Granada, Ediciones TAT, Ayuntamiento de Iznájar (Córdoba), 1988.

[5] Vid. Cuaderno de Rute (1925): un libro inédito de Rafael Alberti, Revista Litoral (nº 70-72), Torremolinos (Málaga), 1977. Es sabido que en Rute Alberti mecanografió el manuscrito de Mar y tierra, vid. R. Alberti, Marinero en tierra; La amante; El alba del alhelí, ed. de R. Marrast, Castalia, Madrid, 1972, pág. 29.

[6] Ibidem, págs. 117-120.

[7] Ibidem, pág. 90.

[8] Varios investigadores han explorado esta poesía de la comarca y han publicado algunas páginas introductorias, desde el punto de vista musical y antropológico, vid. José Arenas, Ramón Rodríguez y Miguel A. Berlanga, El Trovo de la Subbética (Sevilla, Consejería de Educación de la Junta de Andalucía, 1998); y Miguel A. Berlanga, “Fiestas de poetas en la(s) Subbéticas andaluzas”, en http://www.ugr.es/~berlanga/trovo.htm (página visitada el 15 de mayo de 2003); y también el libro recopilatorio de coplas de F. Rodriguez Aguilera, La poesía popular en la serranía sur de Córdoba. Lucena, Gráficas González, 1987.

[9] Vid. la narración breve “Rafael el de la Lázara”, “inspirada en personajes reales que vivían por aquellos años en Iznájar, Rute y Almería”, Cuaderno de Rute, op. cit., págs. 90-92.

[10] Así cantan los Poetas del Genil: Homenaje a Rafael Alberti en el I Centenario de su nacimiento, ed. de M. Galeote, Col. Fonoteca del Genil, vol. 1, Ediciones ALDA, Málaga, 2003.

[11] Los poetas del Genil: Mano a mano, ed. de M. Galeote, Col. Fonoteca del Genil, vol. 2, Ediciones Alda (en prensa).

[12] Vid. M. Galeote, El habla rural del treviño, op. cit.; “Léxico rural del treviño de Córdoba, Granada y Málaga”, Revista de Dialectología y Tradiciones Populares XLV (1990), págs. 131-168; Hablas cordobesas y literatura andaluza, Actas de los Primeros Cursos de Verano de la Subbética (Iznájar, Córdoba, 1994), Universidad de Granada, 1995; “Terminología dialectal del cultivo olivarero tradicional en el centro geográfico de Andalucía”, en M. Galeote (ed.), Córdoba lingüística y literaria, Iznájar (Córdoba), 2003, págs. 17-40.