ESTUDIO EXPLICATIVO DEL FUNCIONAMIENTO DE LA ALTERNANCIA MODAL EN RELACIÓN CON LA VARIACIÓN DE LAS DIÁTESIS EN LAS SUBORDINADAS SUSTANTIVAS EN ESPAÑOL

George Victor Nguepi

Universidad de Douala

 

Resumen :

 

    La organización sintáctica de las proposiciones subordinadas en español y las precisiones terminológicas, cuando integran la cuestión de la variación de las diátesis consideradas por la gramática tradicional española hasta una fecha reciente como sinónimas de voz, plantea un verdadero problema pedagógico al cual todos los docentes de dicho idioma están habitualmente confrontados durante sus enseñanzas cotidianas. No obstante, la subordinada sustantiva, a diferencia de la relativa y de la adverbial, en su papel de argumento del verbo de la proposición principal, ofrece la oportunidad de revisitar los contornos de todos los matices que, a pesar de ser considerados como muy intelectuales, permiten comprender mejor el contenido y las especificidades de cada una de estas estructuras.

 

Palabras claves :

 

    Diátesis, translación, transcategorización, subordinada sustantiva, simetría, sujeto implicado, sujeto agentivo, actancia, movimiento centrífugo, movimiento centrípeto, asíndeton.

 

Abstract :

 

    Syntax organisation of subordinated clauses and terminological precisions, in addition with the question of diathesis variation considered by Spanish traditional grammar till recent date as synonym of voice, is a serious pedagogical problem usually faced by all teachers of that language in their daily teaching. However, substantive subordinated clauses as regard to relative and adverbial ones, as argument of the verb of main clause, offers opportunity to re-examine the configuration and differences which, although considered very often as very intellectual, give the opportunity to better understand the content and specificities of each of these structures.

 

 

 

 

    El objeto de estudio del presente trabajo es el fenómeno lingüístico del comportamiento sintáctico de la subordinada sustantiva en español. Una de las razones que nos mueven a emprender este estudio es la confusión que existe habitualmente acerca del principio de alternancia modal entre el indicativo y el sujuntivo, con el deseo de rescatar las reglas que gobiernan estas estructuras, con vista a un merecido lugar dentro del marco descriptivo y pedagógico del sistema verbal español. Esta preocupación se hace en un doble aspecto que atañe tanto al plano de la lengua como al plano del discurso respectivamente, lugar que a lo largo de la historia, o bien se les ha escatimado, o bien no les ha sido suficientemente legitimado, y es que, como intentaremos demostrar, hay toda una serie de valores categoriales, matices expresivos, nociones gramaticales de que sólo pueden dar cuenta el fenómeno evocado, puesto que las desinencias verbales de las formas sintácticas de la conjugación verbal no están capacitadas para explicar por sí solas el contenido conceptual de la alternancia modal en dichas estructuras. De ahí la necesidad del estudio de la variación de las diátesis. Sabemos que numerosos son los diferentes estudios que a lo largo de la historia han hecho incursiones más o menos aisladas en el campo de la alternancia modal, pero un sentimiento desolador nos invade al constatar la diversidad de interpretaciones, la disparidad conceptual y sobre todo la heterogeneidad clasificatoria que intervienen a la hora de determinar, según las circunstancias, si el modo que conviene es el indicativo o el subjuntivo. Esta indiscriminada mezcla de criterios y de perspectivas, principalmente por parte del alumnado es un verdadero problema de pedagogía de lengua que urge solucionar. Todo lo cual explica la incoherencia que caracteriza las diferentes posturas con respecto a las diferentes modalidades enunciativas, sobre todo cuando tomamos como base de reflexión los enunciados corrientes, ya que al admitir simultáneamente el subjuntivo y el indicativo, la subordinada sustantiva plantea desde el punto de vista sintáctico un verdadero problema de concordancia que hace falta elucidar. Esto pone de manifiesto la falta de acuerdo a la hora de trazar unas fronteras conceptuales delimitadoras del fenómeno evocado.

    Todo lo anterior plantea una serie de dificultades metodológicas y pedagógicas al investigador que se acerca por primera vez al estudio de la alternancia modal en relación con las diátesis en las estructuras subordinadas sustantivas. No obstante, si nos referimos al acopio de un corpus de estructuras subordinadas sustantivas, de manera caricatural, uno pensaría a primera vista que la cuestión se reduce a una simple simetría modal entre el indicativo y el subjuntivo. Lo cual inafortunadamente no convence, sobre todo cuando sabemos que en ciertas circunstancias, ciertos verbos en uno u otro caso asocian a las funciones sintácticas que desempeñan las funciones semánticas cuya ocurrencia conlleva las dificultades de interpretación y de comprensión.

    Por ello, pensamos que urge establecer un modelo de análisis coherente que aborde el fenómeno de la alternancia en sus múltiples variaciones, atendiendo a lo verdaderamente específico de éste, ya que a lo dicho de Ester Martínez Gómez (2003: 1):

 

la lengua, en su devenir histórico, se nos presenta como una estructura de fronteras fluctuantes, de límites imprecisos y variables, sujeta como está, por naturaleza, al cambio;a la par que la lengua cambia el pensamiento lingüístico.

 

    En nuestro estudio, hemos tomado como base de análisis tanto las funciones nominales como las de objeto, en una reflexión que intingra constantemente el contenido semántico de la voz o diátesis[1] en sus múltiples manifestaciones. Esto es muy importante ya que a lo dicho de Bernard Pottier (1992:103 ): «Parler une langue c’est (…) mettre en œuvre des moyens linguistiques en étant responsable de choix multiples, tous sémantiques à la base, mais contraints de se mouler dans les cadres syntaxiques de la langue».Dicho de otro modo, enseñar una lengua supone también que el profesor sea capaz de «générer des énoncés qui soient satisfaisants à la fois sémantiquement (adequation entre le désir de signifier et la signification manifestée) et syntaxiquement (conformité aux modèles d’une langue à un moment donné et dans des conditions précises)». Pottier (op. cit. : 104).

    Esta explicación nos muestra hasta qué medida los matices conceptuales en los cuales están fundamentadas las diátesis han de ser tomados en serio en el funcionamiento de la alternancia modal en las estructuras subordinadas en general, aunque nuestro objeto de analisis es la subordinada sustantiva. En este caso preciso, la conjunción de subordinación es que, cuya presencia en una oración supone, notablemente en el caso de la translación (Tesnière: 1969), la ocurrencia de una subordinada sustantiva, la cual desempeña naturalmente las funciones propias de los sustantivos. Pero en esta «transcategorización», la dificultad reside en lo de que esas funciones no corresponden siempre a las de un sintagma nominal[2]. Hace falta subrayar pués que en ciertos casos, el pronombre relativo que, al cual se añade quien y cual (-es), sirve de nexo para insertarse en oración matriz que contiene el antecedente. En este caso, ya no se trata de una subordinada sustantiva, sino de una proposición de relativo o proposición adjetiva, que desde el punto de vista conceptual puede ser explicativa o especificativa, de acuerdo con el contexto de enunciación.

 

    Ejemplos : Ha llegado el hombre, que nos ha traído las cartas

                   Ha llegado el hombre, quien nos ha traído las cartas

                  Ha llegado el hombre, el cual nos ha traído las cartas.

 

    Sigamos a este propósito lo que nos dice la Real Academia Española (19992: § 32. 1) :

 

    La oración subordinada sustantiva se difine por su engastamiento en una oración principal compleja. Al funcionar como argumento de un verbo, esta subordinada se distingue tanto de las relativas como de las adverbiales, ya que las primeras modifican a una unidad oracional entera o un predicado verbal pero sin ser argumentos del verbo.

 

    Lo más importante en esta definición es la noción de argumento verbal, lo que hace pensar de facto en los matices sintácticos y semánticos a los cuales hemos aludido anteriormente, indicando que determinan la elección modal en español, notablemente cuando tenemos cuenta de la variación de las diátesis en los verbos que funcionan en la estructura en presencia. Claro es que la subordinada sustantiva interviene en la estructura compleja generalmente como argumento del verbo, pero la alternancia modal entre el indicativo y el subjuntivo, aunque supone en todos los casos una modificación morfológica de la oración, no matiza de manera significativa el sentido general de la cláusula. Además, esta modificación conlleva a menudo una serie de enunciados parasinonímicos, o en relación parafrástica, de acuerdo con el esquema conceptualizado que el docente tiene que descubrir y explicar. Los matices funcionales entre las diferentes estructuras subordinadas, es decir la sustantiva, la relativa y la adverbial, constituyen tantas difucultades cuantos problemas que hace falta solucionar en la explicación y la identificación de cada una de las estructuras mencionadas, durante las clases de gramática.

    En la mayoría de los casos, los profesores intentan hacerlo, valiéndose de la sola fuerza de su propia imaginación, en un análisis que a menudo, desafortunadamente no integra de manera idonia alternancia modal y variación de las diátesis. En el caso de la subordinada sustantiva, el papel de argumento del verbo de la proposición principal que desempeña, por encima de la variación diatésica que le acompaña, requiere que una atención particular le sea otorgada. A este propósito, el rigor de las interpretaciones semánticas se revela pues como un aspecto tan importante como la lógica funcional de las consideraciones normativas, habitualmente vigentes en dichas circunstancias. De hecho, la pregunta que podemos hacer es la de saber si la elección modal es algo opcional en la subordinada sustantiva en español, habida cuenta de que el contenido semántico del verbo en presencia en la estructura desempeña aparentemente un papel muy significativo en dicha elección. Esta pregunta no es superflua, ya que en ocasiones, en ciertas estructuras simples[3] en español, la forma del verbo está condicionada por ciertos adverbios specíficos sin que por lo tanto estos adverbios modifiquen el sentido de la frase, independientemente del modo en presencia (el subjuntivo o el indicativo). Esto traduce de manera clara la complejidad de la cuestión. Ejemplos:

 

a) Tal vez – quizá- acaso venga mañana Juan (subjuntivo)

b) Tal vez- quizá- acaso vendrá mañana Juan (indicativo)

c) Quiero – recomiendo – pido que venga / *viene mañana Juan.

 

    A partir de estos ejemplos, se puede notar que en un caso como en otro el contenido valencial del verbo de la estructura principal, así como ciertos adverbios específocos presentes en la estructura son fuertemente solidarios de la determinación del modo verbal en la subordinada de las estructuras complejas. Por ello, tendremos los verbos cuya ocurrencia remite según las circunstancias al uso en la subordinada, sea del subjuntivo sea del indicativo. La RAE[4] (op. cit. ) nos dice, a este propósito que los verbos que expresan la duda, el deseo, la orden, el temor etc, o toda idea semejante introducen en la subordinada sustantiva el subjuntivo, mientras que los que sirven para expresar una observación remiten generalmente al indicativo. Ejemplos:

 

a)      Quiero – mando – exijo que venga- salga este alumno

b)      Quiero – mando- exijo – que *viene - *sale este alumno.

 

En cambio

 

                        c) Veo – noto- pienso que viene

c-      Veo- noto – pienso que *venga (estructura defectuosa)

 

    ¿Qué podemos deducir? Aquí la elección modal entre el sunjuntivo y el indicativo se presenta como el resultado de un simple desarollo morfológico en el cual la variación del modo verbal remite esencialmente a las flexiones inherentes al contenido significativo del predicado subordinante. Pero, en el caso de la polaridad negativa, el subjuntivo permite que la subordinada esté interpretada como argumento de la estructura compleja. Ignacio Bosque (1990b: 37), después de un estudio en el mismo tema nos dice lo que sigue:

 

    En aquellos casos en que un verbo rige indicativo o subjuntivo, el uso de este último indica que la subordinada es el foco de la negación. Por eso, ese modo es imposible si otro elemento es marcado explícitamente (…)

 

Para comprender mejor esas explicaciones de Bosque, vamos a tomar unos ejemplos. Sean las frases:

 

a) El decreto estipuló que el director (era / fuese) un americano.

b) No fue el director quien el decreto estipuló que,( era / *fuese) americano.

c) El decreto no estipuló que el director (era / *fuese) un americano, sino su ayudante.

 

    Aquí, notamos que, teniendo cuenta del contenido semántico de las estructuras en presencia, se presenta por una parte las construcciones en las cuales la elección del modo verbal va junto con el cambio del contenido significativo de la frase, y por otro lado, las constucciones en las que esta elección es tributaria de los elementos de especificación presentes en la estructura subordinante. Estas construcciones son- ya lo hemos dicho-, en relación parafrástica y traducen en su contorno de empleo los lazos homológicos. Los matices distribucionales que se desprenden de ello pueden ser apreciados en otras estructuras notablemente con la sustantivación del argumento. Ejemplos:

 

    a) No imagina que vino ayer → no imagina su venida ayer (sustantivo) → no imagina eso (sustantivación del argumento con el indicativo).

    b) No imaginó que viniera ayer → no imaginó su venida ayer (sustantivo) → no imaginó eso (sustantivación del argumento con el subjuntivo).

 

    A partir de estos ejemplos, ha de notar que, aunque habitualmente las gramáticas se preocupan mucho por el contenido significativo del verbo de la estructura superior (proposición principal) como elemento de determinación modal en las subordinadas en general, la elección obligatoria de un modo en español, así como la alternancia modal entre el indicativo y el subjuntivo, no dependen estrícta y únicamente del contenido de los constituyentes de la estructura subordinante. Para ilustrar nuestros propósitos, vamos a ver en las siguientes oraciones que el modo de la subordinada viene determinado por el atributo del sujeto.

 

a)      Fue lógico que acertara.

b)      Es seguro que vino.

 

    En estas frases, si nos quedamos conformes a la lógica transformacionista, será posible obtener en el segundo miembro de cada una de las dos estructuras complejas, un sustantivo como sustituto del verbo, lo que nos dará diferentes tipos de oraciones como las que siguen:

 

a)      Fue lógico su éxito → fue lógico esto / eso.

b)      Es seguro su venida → es seguro esto / eso. (que corresponde en francés a la expresión ceci / cela y en inglés a this / that).

 

    Aprovechemos para revisitar, sólo para refrescar la memoria, ciertas funciones de la subordinada sustantiva en español. A este propósito, se notará que según las circunstancias de enunciación, la subordinada sustantiva puede ser, sea complemento de nombre (dio la señal de que se fuera), sea complemento de un adjetivo (estaba contento de que le diera una buena nota), sea por último complemento de un adverbio (a pesar de que no había estudiado, esperaba un buen resultado). Notamos pues, que para cada caso, el modo verbal viene determinado por los núcleos respectivos, de los elementos cuyo sentido complementan. Esta determinación se hace generalmente de acuerdo con el contenido semántico de la oración, el cual es, como lo hemos dicho, esencialmente tributario de la variación de la diátesis de los verbos presentes en la estructura en cuestión.

 

Variaciones diatésicas y alternancia modal: confluencia, distancias y especificidades de los lazos

 

    Aparentemente, la gramática tradicional española no se ha preocupado mucho por la cuestión de las diátesis que ha considerado hasta una fecha reciente como sinónimas de voz[5]. Desde luego, si está admitida que la subordinación supone de manera general una «relation d’inclusion» (Roland Eluerd 1992: 203), es decir una relación jerarquíca que desemboca en un lazo de dependencia entre una estructura dicha superior llamada proposición principal, y una otra que le está subordinada sintácticamente y semánticamente, las variaciones diatésicas que les acompañan en parecidas circunstancias no pueden ser ocultadas, notablemente en la configuración general de la frase. Esto es tanto importante cuanto que en el plan formal, la subordinada presenta en español variaciones notables que nosotros podemos, por las necesidades de comprensión y de precisión pedagógicas, subdividir en dos.

    a) La primera categoría sería la de las subordinadas introducidas por un término subordinante específico tal como una conjunción de subordinación o una locución conjuntiva. Aquellas reciben el nombre de subordonnées explicites (R. Eluerd: op. cit.). Tomemos unos ejemplos:

 

    Cuando haya acabado mi deber, yo iré al parque (idea de tiempo).

    No vendrá aunque lo haya prometido (idea de concesión).

 

    Podemos utilizar también un adverbio o un pronombre interrogativo en las mismas condiciones, lo que nos dará las siguientes frases:

 

            Me pregunto dónde se ha ido este hombre.

            Me pregunto en qué piensas.

 

    En la misma perspectiva, el uso de un pronombre relativo da lugar a los enunciados del tipo:

 

            He leido el libro que me has prestado (antecedente nominal especificativa).

 

    b) La segunda categoría, la constituyen las llamadas subordinadas implícitas, es decir las que se aparentan a la parataxis que- recordémoslo- es la supresión sistemática de las subordinaciones, lo que generalmente da lugar a la yuxtaposición y al asíndetón.

 

    Ejemplo: Se lo diría, no lo creería

 

    Después de este breve repaso, y teniendo cuenta de los criterios semánticos evocados anteriormente, ha de notar que en español, las diátesis revisten varias formas[6], pero el caso que más nos llama la atención es el que remite al criterio de agente (¿qué hace X?), diferente del criterio de efecto (¿qué efecto produce X?). Al margen de esos dos criterios, muchas otras pueden funcionar. Se trata por ejemplo de las formas que evocan sea el grado de afición del agente para con la acción verbal (¿qué le pasa o ocurre a X? ), sea el criterio de acción efectuada o realizada, notablemente cuando la proposición responde a la cuestión (¿cuál es el resultado de la acción de X?), resultado que supone la implicación de un agente cuya presencia en un enunciado remite a otra pregunta (¿qué actitud tiene X?).

    Precisemos que los casos evocados aquí no son exhaustivos. Sólo son representativos de las manifestaciones recurrentes de la diátesis en español, ya que la sutileza de la semántica permitiría sin lugar a dudas, inventariar algunos más. No obstante, ya hace falta notar que en todos los contextos enunciativos, los papeles actanciales, a la par que sus valencias respectivas son tan importantes como las variaciones diatésicas que les acompaña. En esas circunstancias, y a lo dicho de Herald Weinrich (1989: 83):

 

Tandis que les communicants se déduisent d’une situation de dialogue, les actants (qui leur sont amalgamés) résultent d’une situation d’actance élémentaire, dans laquelle deux personnes (au moins) agissent ensemble en rapport avec un objet. Nous avons distingué trois actants: le sujet, le partenaire et l’objet.

 

    Este lazo tripártito de que habla H. weinrich pone sobre el tapete las manifestaciones actanciales que, en el plan formal, no pueden desarrollarse al margen de la variación diatésica en español. Por ejemplo, la situación de multiactancia aquí remite justamente a la llamada diátesis multiactancial, que supone según las circunstancias, la presencia de dos, tres e incluso más actantes en un proceso de enunciación. Ello se traduce en el presente caso por las oraciones complejas, notablemente con la subordinada sustantiva como argumento. En el caso de la diátesis cero-actancial (López García: 1996), asimilable a la frase nominal en la gramática tradicional, la presencia del segundo miembro de la oración está menos considerada, de ahí la imposibilidad de integración de una subordinada, cual sea su naturaleza. Esto se debe esencialmente a lo de que la diátesis cero-actancial funciona generalmente en las llamadas estructuras independientes.

    De la misma manera, hace falta notar que todas las diátesis presentes en todos los ejemplos examinados hasta ahora tienen unas características comunes. Funcionan únicamente en las estructuras superiores (proposición principal) de las oraciones compuestas. Pero, cuando nos referimos al contenido semántico del verbo, es evidente que sólo el caso de sujeto agentivo funciona en la subordinada sustantiva, y en algunos casos muy reducidos, los casos que remiten a los sujetos implicados. Recordemos que todos los casos examinados aquí estriban esencialmente en el contenido semántico del verbo respecto del sujeto. Volveremos a hablar de esto en los ejemplos subsiguientes, pero de momento, para refrescar la memoria, examinemos las siguientes oraciones.

 

            Juan quiere – grita – que su mujer regrese / *regresa hoy (subjuntivo)

            Juan piensa – supone que su mujer regresa / *regrese hoy (indicativo)

 

    Desde el punto de vista sintáctico y distribucional, nos damos cuenta otra vez de que estamos frente a dos modos, el indicativo y el subjuntivo respectivamente, en dos enunciados cuyo contenido, además de los criterios formales, es tributario de la valencia de los verbos en presencia en la estructura subordinada. Desde el punto de vista diatésico, el sujeto agentivo (Juan), tanto en la primera como en la segunda frase, presenta cada hecho como intrínseco al sujeto, de acuerdo con la variación modal. Tomemos unos ejemplos:

 

            María se hartó de que su marido era / fuese un borracho

 

    Esta oración es un paradigma de sujeto implicado presente en la estructura subordinante, notablemente con alternancia modal en la subordinada sustantiva, cuyo esquema argumentativo sería María se hartó de eso /esto. Aquí, el verbo de la subordinada nos ofrece dos posibilidades de interpretación de acuerdo con la variación de la diátesis. Por un lado, se trata de la certeza y de la efectividad de la embriaguez del marido traducidas por el indicativo, y por el otro la incertidumbre del mismo defecto traducida por el subjuntivo. Además, ha de notar que desde el punto de vista pragmático, ambos ejemplos nos ofrecen una diátesis monoactancial, que se aparta considerablemente de las demás, la diátesis bi-actancial por ejemplo, en la cual se establece una relación directa entre el sujeto agentivo y el objeto oblicuo o indirecto[7]. En esta situación de bi-actancia se profila la noción de simetría de representación que funciona en ciertas estructuras particulares como en el siguiente enunciodo. Jaime le dice a su padre que se tranquilice.

    En este ejemplo, la subordinada sustantiva funciona a continuación de una simetría agentiva-tipificada, y forma parte del sintagma verbal, notablemente en su papel de complemento del verbo de la estructura superior. Las mismas características se pueden apreciar en el siguiente enunciado, notablemente con los matices funcionales en la subordinada.

 

      Ejemplo : Jaime prefiere el hotel que está en el centro de la ciudad.

 

    En esta oración, hay la posibilidad de sustantivación de la subordinada con el siguiente esquema (Jaime prefiere el hotel del centro → Jaime prefiere esto / eso.). Desde el punto de vista sintáctico, notamos que el indicativo que en el presente caso es el modo de la subordinada, desempeña desde el punto de vista funcional el papel de ayacente nominal. Examinemos ahora esta otra frase.

 

            Jaime necesita a una secretaria que sabe / sepa hablar inglés

 

    Aquí, nos encontramos siempre en un contexto de simetría agentiva-tipificada pero con alternancia modal. Hace falta pues, decir de acuerdo con López García ; A. (1996 :211) que en las estructuras subordinadas, las diátesis bi-actanciales simétricas se identifican en función de la naturaleza del objeto en presencia, según sea tipificado o según remita a una entidad independiente (objeto afectado). En ambos casos, el sujeto puede ser agentivo efectivo, con dos varientes : implicado o afectado con respecto a la acción verbal.

    Al contrario de la relación de simetría, tenemos la de no simetría o de asimetría cuyo contenido puede también, según los contextos enunciativos ser, sea agentiva-afectada (el consejo se dijo que el presidente era el único responsable de la situación), o el de asimetría efectiva-afectada (su padre le aconsejó que se pusiera de lado). Hace falta notar que en el primer ejemplo, el papel que desempeña la pasiva refleja se dijo, supone desde el punto de vista conceptual, la presencia de un agente afectado respecto de la acción del verbo, notablemente con la posibilidad en el esquema argumentativo de decir (el consejo se dijo esto / eso ), es decir su responsabilidad.

    En cuanto a la segunda oración, el sujeto agentivo no está en nada afectado por la acción del verbo. En cambio, en el primer ejemplo, hay que subrayar la predominancia de la noción de agentividad con la posibilidad de un sujeto paciente en el giro pasivo, visto como afectado por el resultado de la acción expresada por el argumento, es decir ser responsable en una situación que la gente califica de negativa. Aquí, la presencia de ser es de tipo existencial, con la imposibilidad de alternancia modal entre el indicativo y el subjuntivo. Con este verbo, se trata justamente de lo que Bernard Pottier (op. cit) llama diathèse attributive mientras que se dijo traduce una diathèse moyenne. La incompatibilidad del sujuntivo en la elección modal aquí está dictada más por la categoría del verbo que por el tiempo, lo que hace decir a M. Camprubi (1999 : 212) que « L’aspect lexical des verbes est, on le comprend, en relation étroite avec la nuance du procès. Certaines actions entraînent plutôt l’un ou l’autre (…) ».

    Esta postura resume más o menos, lo esencial de la problemática de la diátesis en el micro-sistema español[8]. Así, se puede notar que al margen de la noción de asimetría agentiva-afectada, tendremos otro matiz marcado por la implicación efectiva del agente en el proceso, notablemente en una especie de asimetría que se traduciría en los enunciados como:

 

    Marta ama las palomas, que son / *sean pájaros domésticos.

 

    Hace falta notar que la noción de agentividad junto con la de bi-actancia, fuera de la valencia del verbo, tiene toda su significación merced al complemento del verbo que aquí es directo. De hecho, estamos en presencia de una subordinada relativa explicativa. Pero, si examinamos la oración de arriba, nos daremos cuenta de que, además de su carácter existencial, el verbo de la subordinada no deja percibir una simple instanciación de la acción verbal, sino una relación de atribución con sintagma nominal. Esta tendencia es generalmente patente cuando el sujeto es agente y el objeto afectado o implicado respecto de la acción verbal. Estas dos categorías, es decir el objeto afectado o implicado, generalmente presentes en las subordinadas sustancias, ofrecen un cuadro de análisis matizado en el cual se entremezclan contenido semántico del verbo, variación de las diátesis y alternancia modal. Esto se comprende, ya que en ocasiones, en las estructuras que sirven de soporte, los agentes pueden multiplicarse, pasando así de una diátesis bi-actancial a una diátesis tri-actancial.

    A partir de entonces, la cuestión de fondo sería la de seber si la multiplicación actancial puede ser una causa justificadora de la alternancia modal en la subordinada sustantiva en español. Dicho de otro modo, qué influencia recibe la subordinada según pasemos de una estructura mono-actancial (idea de restricción) a una estructura multi-actancial (idea de ampliación). Para las comodidades de comprensión, ha de recordar que de la estructura mono a la multi-actancial, se produce, al margen de la variación de la diátesis, un doble movimiento centrífugo y centrípeto, que se traduce notablemente por la restricción o la ampliación de la estructura en cuestión. No obstante, el impacto de la estructura subordinante sobre la subordinada completiva[9] no varía en función del « tamaño » de la estructura superior. Para la configuración de este doble movimiento centrífugo y centrípeto, nos referirnos al siguiente diagrama donde, a partir de una estructura molecular (María habla), es posible obtener una estructura más grande, notablemente con la subordinada sustantiva.

Cuadro de texto:  María habla del plan que le permite / permita salir de apuro (agentivo afectivo tipificado)
                                       María habla de su plan (agentivo afectivo)
                                               María habla (agentivo)
                                                 ( Epicentro)
 
                                                Habla de eso / esto 
                                         (sustantivación)
Movimiento                                                                                 Movimiento 
Centrípeto (restricción)                                                              centrífugo (ampliación)

  

 

 

 

 

 

 

 

 


 

    En el caso de la diátesis tri-actancial clásica, se trata simplemente de un enunciado que en el plan formal asocia a un sujeto agente un paciente y un objeto, de tal manera que el objeto desenpeñe la función de complemento segundo. Para ilustrarlo, examinemos esta frase:

 

    A María, Juan le comunica todos sus planes que permiten / permitan la salida de crisis.

 

    Aquí, es una subordinada relativa. En cambio,se trata de una diátesis agentiva afectiva tipificada, con alternancia modal puesto que los dos agentes en presencia, a saber María y Juan están interesados por el proyecto, uno como autor y otro como partidario, aunque pasivo. El proyecto en cuestión, a partir del momento en que está descrito y presentado por su autor, corresponde a un tipo preciso conocido de los dos, de ahí su carácter tipificado. En cambio, en esta otra estructura casi idéntica a la precedente, se trata de algo diferente desde el punto de mira conceptual.

 

    Ejemplo : Pedro le alquila una casa a una agencia imobiliaria.

 

    En esta oración, se trata de un complemento converso, con la presencia de un sujeto y de un contra-sujeto que son respectivamente Pedro y una agencia imobiliaria. Desde el punto de vista sintáctico, Pedro es en realidad sujeto mientras que la agencia imobiliaria desempeña el papel del llamado suplemento (E. Alarcos Llorach :1980), que corresponde al complemento directo en la perspectiva tradicionalista. Pero al mismo tiempo, si se puede reconocer que toda compra supone una venta, el mismo enunciado implica una relación complementaria conversa implícita que se traduce como siguiente : una agencia imobiliaria alquila una casa a pedro.

    En esta nueva oración, merced al contenido semántico del verbo alquilar que remite a la vez al sujeto y al objeto, los papeles se inversan sin que por lo tanto haya una modificación en el contenido significativo del enunciado. Se trata pués, en esta segunda oración en particular, de una diátesis agentiva afectada implicada, es decir aquella que supone a la vez el agente, el acusativo y el genitivo. Intentemos ahora transformar el mismo enunciado en estructura compleja, con vista de apreciar el impacto de los matices diatésicos en la subordinada. Ejemplo: Pedro alquila una casa a una agencia imobiliaria que está en Sevilla.

    Ya hace falta señalar aquí la proximidad del complemento de objeto segundo (el famoso O2 de Bernard Pottier), respecto de la subordinada, lo que explica su postura de puesta de relieve, habida cuenta de su naturaleza de antecedente, situándonos de facto en presencia de una subordinada relativa y no de una subordinada sustantiva. Aquí, que no es evidentemente una conjunción de subordinación sino un pronombre relativo, de ahí la imposibilidad de la alternancia modal entre el subjuntivo y el indicativo en la estructura inferior. En esta perspectiva, ha de notar que en español, las diátesis tri-actanciales en particular, cuyo valor categorial remite a los matices agentivo efectuado implicado, o agentivo efectuado afectado conllevan casi exclusivamente la subordinada relativa, a diferencia de los enunciados bi-actanciales, que remiten a la subordinada sustantiva en su inmensa mayoría. Precisemos que todos los casos de bi-actancia examinados hasta ahora corresponden al modelo general de sujeto agentivo, respecto de un contra-sujeto (objeto indirecto) implicado. Todos funcionan casi exclusivamente en la estructura subordinante.

    En conclusión, podemos decir que a través del discurso, la lengua opera generalmente una elección drástica de elementos que constituyen la trama de comunicación, dando así lugar a las diferentes diátesis: activa, media o atributiva (B. Pottier op. cit.: 131). Estas diátesis presentan desde el punto de vista semántico y sintáctico manifestaciones que son tributarias del contexto de enunciación, traduciendo así lo que Pottier llama « ambiguïté des structures syntaxiques ».Sigamos lo que dice en la obra citada (pág 104) « Les moyens syntaxiques sont limités, alors que les désirs sémantiques sont immences. ».

     Habida cuenta de esto, y revisitando las estructuras evocadas, nos damos cuenta de que la diátesis es la osociación entre las funciones sintácticas que un verbo asume y las funciones semánticas que remiten al contexto del discurso. Desde el punto de vista pragmático, y de acuerdo con la alternancia modal notablemente en las frases complejas, esas diferentes diátesis explican las mutaciones que se operan en la lengua permitiendo al mismo tiempo captar verbalmente la realidad que nos rodea.

     En esta perspectiva, y así como lo ha demostrado la teoría de la catástrofe[10], estas formas de cambio son permanentes en gramática moderna. Por esto, pensamos evidentemente que todos los esquemas a nivel de las diátesis (mono-actancial, bi-actancial, tri-actancial, etc) corresponden a las diferentes manifestaciones morfosintácticas que nos ofrece la lengua, cual sea su naturaleza. Refiriéndonos a todos esos matices, es evidente que en todo enunciado, existe una especie de «tensión» que conduce a una bipolaridad sintáctica y semántica –como ya se ha dicho–, bipolaridad que desemboca en un textus que, a lo dicho de Hubert Nyssen (1993: 15) es un tejido o una trama, es decir una mezcla de elementos diversos que sólo pueden combinarse según las modalidades de enunciación y las mutaciones de las diátesis que les acompañan. No obstante, esta «toile» (Barthes 1973 :101) no puede funcionar arbitrariamente por simple asociación o additionnement. Ella respeta una programación rigorosa que obedece a las reglas precisas, tanto desde el punto de vista de la lengua que del discurso. Es lo que justifica en gran parte el presente estudio sobre las diátesis en relación con la alternancia modal en las estruturas subordinadas sustantivas.

    En resumidas cuentas, hay que dicir que los enunciados no son meras unidades sintácticas porque en todas las circunstancias, su configuración les asigna funciones específicas que son las de informar y de significar. De ahí esta afirmación de A. Narbona Jiménez:

 

 No se trata de negar la pertinencia significativa de la estructuración sintáctica, incluso ha de sostener que debe seguir siendo prioritaria en el análisis, ya que las oposiciones funcionales han de tener, por fuerza, manifestación material.

 

       Suscribiendo enteramente a esta visión, añadimos para terminar, que en todo contexto de comunicación, la elección judiciaria de los elementos es fundamental, puesto que la incongruencia afecta no sólo los paradigmas de los morfemas y de las palabras, sino también la organización sintáctica de la frase. Las diátesis, en todas las circunstancias, desempeñan (y desempeñarán siempre) en esto un papel determinante cuyos contornos hará falta definir absolutamente. Es una tarea que interpela a todos los docentes y otros profesionales de los idiomas que somos, ya que a lo dicho de S. Gutiérrez Ordoñez (1997): «La selección semántica no constituye prueba de nuclearidad sintáctica».

 

 

NOTAS:

 

[1] Se puede referir a la definición que nos ofrece Bernard Pottier (1992 : 131) cuando hablando de la diátesis, dice lo siguiente : La diathèse concerne l’orientation de la relation prédicative. Ceci suppose une base et un prédicat qui renvoie à trois variantes :attributive, moyenne, active.

[2] La gamática tradicional habla de transposición (Alarcos Llorach 1980 : 274)

[3] No podemos hablar de structuras complejas sin evocar también las estructuras simples que constituyen la base de las estructuras complejas.

[4] Real Academia Española

[5] Remitimos a este propósito a los trabajos de M. Iglesias Banco (1991): La voz en la gamática española, Universidad de León pp 18-19, notas 2 y 3. Pero en Tesnière (op. cit), la diátesis se presenta como las subdivisiones de una voz, en función del número de los actantes a los cuales se remite el verbo. Esta postura difiere considerablemente de la de la Escuela tipológica de Leningrado que considera la voz como esquemas secundarias derivadas de cada diátesis primaria.

[6] Además de los trabajos de López García. Á (1996) de los cuales nos hemos inspirado abundantemente, se puede referir también a los análisis de Baez José. P (1992) : « Funciones semánticas oracionales », L. E. A, VII pp 55-85 ; o a Devis Marquez. P (1992): « Algunos casos de neutralización en el nivel sintáctico oracional », Verba, 19, pp 257-274.

[7] Aquí, el objeto oblicuo o preposicional que E. Alarcos Llorach (1980) designa bajo el vocable de suplemento remite en la tradición funcionalista española a un complemento preposicional explícito y obligatorio. Ejemplo : Juan vive en Madrid.

[8] M. Camprubi ha investigado sobre el tema de la diátesis, particularmente la diátesis atributiva. En su perspectiva y refiriéndose al verbo ser, él piensa que es un grado intermedio de subducción que desembocaría en la cópula (atributiva en su sentido estricto), y el grado máximo, el auxiliar del participio pasivo, mientras que el antes o grado mínimo sería el del existencial, siendo el situativo uno de los casos de empleo en el discurso de este último valor o « posisión » en el eje.

[9] Para las precisiones de orden terminológicas, recordamos que según los autores, se puede hablar sea de la subordinada sustantiva (M. Grevisse), sea de la subordinada completiva introducida por que (Robert Léon Wagne y J. Pinchon), sea de la subordinada conjuntiva pura (H. Bonnard).

[10] Esta teoría ha sido desarrollada por W. Wildgen (1982) : catastrophe Theoretic Semantic, Amsterdam, John Benjamins. Remitimos también a los trabajos de J. Petitot-Cocorda « Syntaxe topologique et grammaire cognitive », Langages, 103, 1991, 97-124.

 

 

BIBLIOGRAFĺA

 

1- Academia Española Real (1999): Gramática descriptiva de la lengua española : Las construcciones sintácticas fundamentales ; Relaciones temporales., Aspectuales y modales, Madrid, Espasa Calpe.

2- Alarcos Llorach, E. (1980): Estudios de gramática funcional del español, Madrid, Gredos.

3- Barthes, R. (1973): Le plaisir du texte, Paris, Le Seuil.

4- Bosque, I. (1990b): Las bases gramaticales de la alternancia modal. Repaso y balances en indicativo y subjuntivo, Madrid, Taurus, págs 13-66.

5- Camprubi, M. (1999): Questions de linguistique romane contrastive ; espagnol, catalan, français, Toulouse, P.U.M.

6- Eluerd, R. (1992): Langue et littérature ; grammaire, communication, techniques littéraires. Paris, Nathan.

7- Gutiérrez Ordoñez, S. (1997): Principios de sintaxis funcional, Madrid, Arco/Libro.

8- López García, Á. (1996: 211): Gramática del español: La oración simple, Madrid, Arco/Libro.

9-Martínez Gómez, E. (2003): «Las perífrasis verbales en español», en Revista Electrónica de Estudios Filológicos, Universidad de Murcia, Junio 2003.

10- Narbona Jiménez, A (1989): Las subordinadas adverbiales impropias en español, Málaga, Agora.

11- Nyssen, H. (1993): Du texte au livre. Les avatars du sens, Paris, Nathan, «Le texte à l’œuvre».

12- Petitot-Cocorda, J. (1991): «Syntaxe topologique et grammaire cognitive», Langages, 103, 97-124.

13- Pottier, B. (1992): Théorie et analyse en linguistique, Paris, Hachette Supérieur.

14- Tesnière, L. (1969): Eléments de syntaxe structurale, Paris, Klincksieck.

15- Weinrich, H. (1989): Grammaire textuelle du français, Paris, Didier/Hatier.

16- Wildgen, W. (1982): Catastrophe Theoretic semantics, Amsterdam, John Benjamins.