Los extranjerismos en la novela italiana contemporánea

Giorgia Marangon

Universidad de Málaga

 

 

 

 

1. Introducción

 

 

    Como es sabido, todos los idiomas experimentan una evolución, lenta y gradual, en la mayor parte de los casos imperceptible; en el italiano en cambio, por lo menos en los últimos diez años, la evolución es más evidente y a veces sin el control lingüístico-académico que contradistingue los idiomas como el español o el francés. No solamente tenemos que evidenciar las transformaciones fonéticas, de sintaxis y morfológicas que caracterizan y modifican el italiano en el sentido más amplio, sino aquellas que lo modifican en el sentido más genérico. En un especial del Espresso[1] de hace cinco años (19 de noviembre de 1998) dedicado a la forma de hablar de los jóvenes de fines milenio, un artículo de Raffaele Simone, (ordinario de lingüística italiana en la Universidad de Roma Tre) terminaba con un grito de alarma: «Le ultime generazioni di giovani [...] hanno sposato, senza quasi che nessuno se ne accorgesse, alcune regole del gioco culturale. Noi siamo cresciuti nella convinzione che convenisse essere articolati, strutturati, che il linguaggio dovesse essere ricco, preciso e accorto; che le distinzioni dovessero essere sfumate, e che comunque distinguere fosse meglio che confondere, fondere o mescolare. Insomma, siamo cresciuti nella convinzione che una delle funzioni principali del linguaggio sia quella di aiutarci ad essere articolati e precisi. [...] Oggi, invece, dall’universo della precisione stiamo regredendo verso quello del pressappoco: il linguaggio delle ultime leve giovanili [...] è generico. [...] Rifiuta le messe a punto precise, le focalizzazioni rigorose: lascia tutto indefinito, in una sorta di insipido brodo di significati»[2].

 

    El lenguaje genérico de los jóvenes y su forma de hablar que delimitan el paso del tiempo y de las modas no son los únicos culpables, y tampoco los mayores de la que al principio hemos llamado evolución de la lengua. La entrada masiva de los extranjerismos en la lengua italiana, más clara y cuantitativamente importante con respecto a las demás lenguas, influye en la evolución de la lengua italiana en su sentido más amplio. Comienza la dura lucha emprendida por los puristas de la edad napoleónica que tenía como objetivo el de purificar la lengua italiana de los barbarismos y, en aquel tiempo, de la influencia del francés, hoy del inglés.

 

    La influencia del inglés en nuestro léxico[3] que, a lo largo del Setecientos y del Ochocientos, sufre la mediación del francés que era la lengua de la cultura en Europa, se convierte en predominante en el Novecientos, después de la post guerra.

 

     Después de la liberación, Italia se llena de productos y de nuevas tecnologías provenientes de Estados Unidos. El inglés es la lengua de la diplomacia internacional, es la lengua que mayoritariamente influencia el italiano en la segunda mitad del siglo XX[4] , pero su impacto no fue homogéneo. Los anglicismos son mucho más numerosos en unos sectores del léxico (informática, economía, publicidad) que en la lengua común.

 

    La hit-parade de las preferencias, haber llegado al top, viajar en business class, un recorrido intenso como work in progress, un pot-pourri de citaciones: estas frases, que he cogido de los periódicos, testimonian la progresiva invasión en nuestro idioma de un elevado número de vocablos que tienen como origen otros idiomas[5]. Sigue un listado meramente ejemplificativo, de préstamos ingleses y/o angloamericanos que son de uso común. Se trata de palabras que, a lo largo de los años, han entrado en nuestra lengua: autostop, baby-sitter, bar, best-seller, jeans, bus, camping, club, cocktail, computer, derby, detective, film, handicap, hangar, hobby, hotel, jazz, jet, juke-box, killer, leader, mass media, partner, pullman, pullover, quiz, radar, rally, record, relax, slogan, smoking, week-end[6].

 

    La lengua es un instrumento del progreso, pero ¿cuál es el futuro de la lengua si, como en el caso del italiano, pierde la memoria histórica (véase el modelo florentino) y con ella la protección que tanto necesita? No existe en Italia una política lingüística,  no existe un organismo de control como por ejemplo tiene España (La Real Academia de la lengua) o Francia (L’Academie française) que modere y proteja la entrada, en algunos aspectos preocupante, de extranjerismos que, no mejoran la lengua, sino la empobrecen.

 

    Los mismos lingüistas observan aparentemente tranquilos este que se ha convertido en un fenómeno lingüístico. En un discurso que se pronunció el 22 de mayo de 1995 en Bologna, para la 50ª Jornada de la «Società Dante Alighieri», Giovanni Nencioni no dramatizaba excesivamente: «non conviene – disse – dar peso agli anglismi di moda, snobistici, destinati a tramontare [...] né a quelli che ammiccano intenzionalmente all’appartenenza al costume straniero, come fast food, che in bocca italiana ha la stessa intenzione connotativa di pizza o spaghetti in bocca americana»[7]. El verdadero problema, según el prestigioso exponente de la Academia de la Crusca, son los anglicismos científicos y sobretodo los tecnológicos. Con respeto a esto sigue diciendo: «la penetrazione, nell’Italia settecentesca, della cultura illuministica per mezzo del principale suo strumento, la lingua francese,[8] che inondò l’italiano di francesismi, provocò una sdegnata reazione puristica. [...] Quel francese era la raffinata voce del più elevato strato etico e speculativo di una cultura nazionale non molto settorializzata e radicata in un profondo humus umanistico. Mentre l’inglese attuale ha assunto il compito di pragmatico interprete di relazioni internazionali e di diffusore dell’attività scientifica e tecnologica del mondo anglosassone, con spirito, se non culturalmente neutrale, prevalentemente strumentale. Funge, infatti, da lingua settorialmente specificata (bancaria, commerciale, diplomatica, informatica) oppure circuita, nei suoi limiti di lingua naturale, quei risultati delle scienze pure ed applicate che negli aspetti più esoterici ed essenziali si servono di codici artificiali accessibili ai soli iniziati»[9].

    Los anglicismos se intensifican en especial modo en unos sectores como son el del lenguaje tecnológico y científico: acquabuilding, cyberspazzatura, cyberspaziale, superstore, webmania, webgiornale[10] y el periodístico, véase unos ejemplos escogidos del periódico La Repubblica  (11 de septiembre de 2005):

 

Dollaro debole? Colpa degli States.

Il baby-racket sul pulmino della scuola.

Dodici anni al sidacalista killer.

Adesso l’audience si misura in diretta.

 

y del Corriere della sera (16 de octubre de 2005):

 

Nuova Renault Laguna. Enjoy Maturity.

Il confort in una nuova dimensione.

Utile lo stop alla caccia.

 

    En cualquier revista o periódico de hoy encontramos un uso a veces incontrolado de los extranjerismos; los mismos títulos, en primera página, son en inglés. Hay que subrayar que esta no es la tónica general de todas las lenguas; los españoles, por ejemplo, desde este punto de vista, son mucho más conservadores y lingüísticamente restrictos con respeto a los italianos. En el Manual del español urgente de la agencia Efe o en los libros de estilo del País o del ABC, encontramos ejemplos como: BLACKOUT: tradúzcase por bloqueo o por oscurecimiento (por razones militares o cuando se deja una zona sin que lleguen a ella las imágenes de televisión)[11]. Es sólo uno de los numerosos ejemplos que se podrían analizar y que Manuel Carrera Díaz, en un articulo titulado La construcción del texto periodístico en italiano y español, de 1995, así desarrolla: «un factor externo no indiferente con respecto a la variabilidad léxica es el hecho de que en Italia, a diferencia de lo que ocurre en España y no digamos en Francia, no se tiene sentido, al menos a un nivel discretamente colectivo, de la protección lingüística. La lengua italiana está, lisa y llanamente, abandonada a sí misma, y al menos por el momento la opinión mayoritaria es que es ella la que debe defenderse y modelarse por su cuenta»[12].

 

    Los extranjerismos en la construcción del texto italiano encuentran terreno fértil sobre todo en los instrumentos de la divulgación tanto escritos como orales. Hemos visto como sectorialmente y en distintos campos del lenguaje técnico, tecnológico y periodístico, los extranjerismos entran  en el uso hablado común sin encontrar grandes obstáculos. ¿Qué es lo que ocurre en el lenguaje creativo, en el de la novela? ¿Hasta qué punto los extranjerismos entran en el tejido narrativo italiano? ¿Podemos hablar cuantitativamente de extranjerismos como de dialectalismos? ¿Cómo se desarrolla el fenómeno lingüístico de la penetración de la terminología extranjera en la lengua italiana que tanto interés suscita en los ambientes no sólo académicos?

 

 

2. Los extranjerismos en la novela italiana de hoy

 

 

    Para contestar a estas preguntas he tomado como modelo de investigación 35 novelas publicadas en Italia entre 1992 y 2003; no se trata de una selección casual: el grupo dominante se constituye de las novelas finalistas del premio «Un autore per l’Europa», que tiene lugar cada año en Alassio, en la provincia de Génova. Mi búsqueda, como se puede observar, es bastante aleatoria, pero espero sea, por lo menos en cierta medida, representativa.

 

    El resultado que puedo anticipar ha sido el siguiente: de las 35 novelas objeto de análisis, 24 no presentan elementos lingüísticos extranjeros de relieve, mientras que 11, se valen de las lenguas extrajeras dominantes: inglés, francés y alemán. En las páginas que siguen trataré de explicar en qué medida y en qué forma aparecen estos elementos lingüísticos.

 

 

3. Las zonas de presencias de los extranjerismos

 

 

    Es interesante evidenciar como los extranjerismos aparecen en el tejido narrativo en las obras literarias como la de:

 

            S. MALDINI:

 

            - «L’handicap degli editori sono gli editors» (pág.41)

- «da una parte c’erano questi nordici introversi e sognanti, dall’altra i fautori della chiarezza, dell’esprit de géométrie» (pág. 84)

 

 

D. DEL GIUDICE:

 

- «Al posto dei numeri c’erano quattro piccole parole di colore diverso, don’t sul mezzogiorno, be verso le tre, too al posto delle sei, late!» (pág. 17)

- «Dalla radiolina veniva uno swing e vecchie canzoni francesi» (pág. 37)

 

G. RUGARLI:

 

- «Due uomini di valore che mi iniziarono al consumo del formaggio light» (pág. 20)

- «L’accompagnai a giocare con l’hula hoop» (pág. 29)

- «Purtroppo la routine è un massacro» (pág. 33)

- «sullo sfondo si ripeta un leitmotiv dove si ingloba tutto» (pág. 169)

 

L. PARIANI:

 

- «rientrando nel bunker» (pág. 114)

 

G. BETTIN:

 

- «Ricorda il nostro festival?» (pág. 94)

 

R. MATTEUCCI:

 

- «con assurdi e preziosi look all’occidentale, ray-ban, stivali da cow-boy, i bolerini» (pág. 109)

- »attorniata da un gruppo di tre monelli venditori di chewing-gum» (pág. 118)

 

 

    No entramos aquí en la difícil cuestión de distinguir entre extranjerismos necesarios y no necesarios, pero tenemos que preguntarnos si esta toma de posición lingüística por parte de los extranjerismos es una operación antidemocrática, porque es enigmática, como enigmático es el uso indiscriminado de eslogan, más frecuentes en el mundo del periodismo pero no ausentes en el narrativo como: gip (giudice per le indagini preliminari - juez para las investigaciones preliminares), gup ( giudice per le udienze preliminari – juez para las audiencias preliminares), csm (consiglio superiore della magistratura – consejo superior de la magistratura), etc.

 

 

3.1. Longitud de las secuencias lingüísticas de los extranjerismos

 

 

    En la mayor parte de los casos los extranjerismos aparecen en forma aislada en la secuencia narrativa italiana:

 

R. BARBOLINI:

 

- «Lorenzo Pieroni aveva la casa piena di godemichés» (pág. 50)

- «Dev’essere out of mind» (pág. 138)

- «Addio, noble art» (pág. 172)

 

S. MALDINI:

 

- «se la parole ha esaurito la sua ricchezza espressiva, la langue resta un codice arcaico» (pág. 78)

 

 

R. RUGARLI:

 

- «in previsione del grande défilé» (pág. 37)

- «Un plastico sofisticato e il timer al meno è stato ritrovato il timer?» (pág. 67)

- «Si precipitò dal concierge» (pág. 191)

 

    A veces nos encontramos con frases enteras y párrafos en lengua extranjera como en las novelas de R. Rugarli: introduce tres páginas en lengua inglesa (págs. 103-105) sin darnos ninguna explicación sobre el por qué de tal elección ni sobre el significado de lo que escribe: The foreigners of Trastevere, who had arrived from other places in the world, said: this is the country of sunshine? (pág. 103); D. Del Giudice: largas frases en lengua inglesa: (págs. 73-75); S. Maldini: (págs. 81-82), R. Barbolini: (pág. 25), y M. Maggiani: que utiliza el inglés y el español (págs. 125, 309, 377): Adiós con el corazón que con el alma no puedo, al despedirme de ti, al despedirme me muero. (pág. 125)

  

3. 2. Las formas de la integración

  

    Interesante es también averiguar en qué forma y medida el elemento lingüístico extranjero se integra, implícita o explícitamente, en el tejido de la lengua italiana; a veces la palabra se mimetiza como si fuese italiana:

 

L. PARIANI:

 

- «in quel film tu e Maria vi siete dette che lei era la donna più bella del mondo» (pág. 85)

- «rientrando nel bunker» (pág. 114)

 

R. BARBOLINI:

 

- «l’assalto al Festival di Sanremo» (pág. 82)

- «Eravamo beat, eravamo pop, eravamo rock» (pág. 82)

- «Fu per lui un vero shock» (pág. 150)

- «Di qui la cattiva coscienza, il desiderio di espiazione che induce i maialicidi a processioni e penitenze, a contraltare della loro improsciuttita Weltanschauung» (pág. 176)

 

D. DEL GIUDICE:

 

- «il ragazzo alla fermata e l’autobus che arrivava da sinistra» (pág. 23)

- «fotocopie di tabelle alimentari, fax pubblicitari» (pág. 29)

 

G. RUGARLI:

 

- «Da quale tunnel?» (pág. 239)

- «Mi trovai tra le mani un poker servito, e fu bricolage l’allestimento di un detonatore» (pág. 297)

- «e fece cenno al peluche che reggevo sotto il braccio» (pág. 302)

 

R. PERRONE:

 

- «in un frusciare delizioso di stoffa e collant» (pág. 15)

- «una perdizione tutta particolare, generata dalla follia del football» (pág. 35)

- «a puntare gli occhi verso l’entrata del night» (pág. 35)

- «Doveva averli visti insieme, di ritorno dal derby» (pág. 58)

- «catturata dalla speranza di assistere a un gol» (pág. 67)

- «Tre giorni, viaggio in pullman di notte» (pág. 95)

 

R. MATTEUCCI:

 

- «Traccia l’identikit della donna medesima» (pág. 39)

- «con un sacchetto di plastica rigida del duty free» (pág. 49)

- «le professoresse strizzate nei jeans» (pág. 80)

 

A. PENNACCHI:

 

- «gli aveva fatto vedere il campo da football, quello di pallacanestro, il ping-pong» (pág. 9)

- «Tutte in bikini» (pág. 81)

 

    Muy a menudo, las secuencias lingüísticas en lengua extranjera aparecen claramente evidenciadas mediante el uso del cursivo, parece ser una necesidad del autor que es consciente de decir algo poco claro o que necesita una mayor atención por parte del lector:

 

 

G. RUGARLI:

 

- «lavora da sommelier» (pág. 156)

- «Mi accolse in un négligé succinto» (pág. 305)

 

D. DEL GIUDICE:

 

- «e di nuovo lessi don’t be too» (pág. 20)

 

R. MATTEUCCI:

 

- «Poi rimase assis en chandelier sotto la mimosa irta di spine» (pág. 153)

 

    O aparecen entre comillas:

 

G. RUGARLI:

 

- «It’s closed» osservò il guardiano. «I would like» esordì Daniele. Si corresse: «Please, I need to go in. It’s very important» (pág. 195)

 

4. Traducción o integración

 

    El autor, a veces nos brinda la traducción del texto en lengua extranjera, otras lo deja simplemente en versión original sin preocuparse de si el lector sabe o no comprenderlo. Para el primer caso, cito la novela de S. Maldini:

 

   - «Tentai di provocarlo mandandogliene due in inglese, unforgettable (indimenticabile), e unbelievable (incredibile)» (pág. 127)

- «Ti prego di accettare questi due aggettivi in tudesco, rechtswissenschaftlich (giurisprudenziale) e perlmutterartig (madreperlaceo), e una parola, feuerversicherungsgesellschaftlich, che significa (facente parte di una società di assicurazione contro il fuoco)» (pág. 127)

 

 

mientras que para el segundo caso, la de R. Rugarli (págs. 103-105), que es, desde mi punto de vista, el caso más significativo y claro considerando que las secuencias lingüísticas en lengua inglesa son largas y no puntuales como en los ejemplos anteriores hemos podido comprobar.

 

    En fin, podemos confirmar las hipótesis iniciales, demostrando en efecto como los extranjerismos han entrado, a veces de una forma preocupante, en el tejido lingüístico italiano, no sólo en el lenguaje técnico-comercial sino también en el cotidiano y creativo. Algunos de estos términos son inevitables porque van asociados a una tecnología casi toda de importación, y son comunes a todo el mundo.  De una palabra extranjera derivan otras palabras que no tenemos más remedio que incluir en nuestro vocabulario como si de palabras italianas se tratara. Véase por ejemplo la palabra computer; a partir de esta se ha formado el verbo computerizzare, que se conjuga como caratterizzare. Véase film que ha dado origen a filmare por ejemplo y todas aquellas que, como hacen otros idiomas, como por ejemplo el español, podríamos traducir con palabras italianas que ya han pasado de moda por culpa de la invasión de los extranjerismos y la poca restricción por parte de una sociedad, como es la italiana, demasiado abierta a las influencias extranjeras. En español la palabra inglesa computer no se utiliza porque se traduce con la palabra ordenador, lo mismo pasa con film/película, jeans/vaquero, y muchísimas más que ahora no es oportuno enumerar.

 

 

5. Las razones de los extranjerismos

 

 

    Llegados a este punto, la pregunta más obvia es: ¿Por qué se utilizan los extranjerismos en el tejido narrativo de la novela italiana en lengua original?

 

    Las respuestas son por lo menos tres; 1) como decía antes, unos términos son inevitables, el uso del extranjerismo es imprescindible porque, como en el caso de film, sport, pulman, autobus, etc., hacen parte, junto a las palabras que de estas derivan, al uso cotidiano de la lengua y se aprenden no como palabras extranjeras sino italianas. El novelista italiano se limita a insertarlas en el tejido narrativo porque traducirlas podría resultar difícil si no imposible. Como podría por ejemplo G. Rugarli traducir: «purtroppo la routine è un massacro»; u G. Bettin: «ricorda il nostro festival?»; se trata de extranjerismos que, como decíamos antes, han entrado de lleno en el uso cotidiano de nuestro idioma.

 

    2) Otra posibilidad es el uso de palabras técnicas que el italiano ha cogido de otros idiomas: leimotiv, weltanschauung por ejemplo y que se usan sabiendo que son extranjeras pero que, no por eso, pierden su significado que resulta siempre más complicado traducir en nuestro idioma. Se puede utilizar la expresión de lengua en la lengua: el extranjerismo penetra en el tejido lingüístico italiano tanto que se convierte en vocablo de uso corriente, véase menu, toilette, gaffe, etc.

 

    3) Hay que valorar también la exigencia, por parte de los autores que son elemento de esta investigación, de exhibir, a veces de manera esnob, y otras por razones de expresión, el uso de una lengua que no sea el italiano, con mucha naturalidad, evidenciando y traduciendo las palabras en cuestión, para modernizar la obra, para centrar la atención sobre secuencias concretas, para razones de marketing y venta, o simplemente porque las lenguas extranjeras entran en el tejido narrativo italiano sin encontrar  ningún obstáculo.

 

    La conclusión es bastante obvia, no por eso menos preocupante; el lenguaje creativo italiano abre sus puertas de forma evidente, con respeto a otros países como España y Francia, a los extranjerismos y como dije en un artículo anterior a los dialectalismos[13], demostrando hasta que punto la lengua literaria italiana no se coloca lejos de la realidad, aquella realidad cotidiana cercana no sólo al lector especialista o filólogo sino también al lector común, al lector de novelas.


 

 

 

 

LISTADO DE NOVELAS

 

 

R. BARBOLINI, Il punteggio di Vienna (Milano 1995)

G. BETTIN, Nemmeno il destino (Milano 1997)

D. DEL GIUDICE, Mania (Torino 1997)

M. MAGGIANI, La regina disadorna (Milano 1998)

S. MALDINI, La stazione di Varmo (Venezia 1994)

R. MATTEUCCI, Libera la Karenina che è in te (Milano 2003)

G. MONTESANO, Nel corpo di Napoli (Milano 1999)

L. PARIANI, La perfezione degli elastici (e del cinema) Milano 1997

A.  PENNACCHI, Il fasciocomunista (Milano 2003)

B.   R. PERRONE, Zamora (Milano 2003)

G. RUGARLI, L’infinito, forse (Alessandria 1995)

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 


 

[1] Revista italiana semanal.

[2] «Las últimas generaciones de jóvenes […] han cogido, sin que nadie casi se diese cuenta, algunas de las reglas del juego cultural. Nosotros nos hemos criado convencidos que había que ser articulados, estructurados, que el lenguaje tenía que ser rico, preciso y sagaz; que las distinciones tenían que ser matizadas, y que, de todas formas, distinguir fuese mejor que confundir, fundir o mezclar. En fin, non hemos criado convencidos que una de las funciones principales del lenguaje es la de ayudarnos a ser articulados y precisos. […] Hoy, en cambio, del universo de la precisión estamos regresando hacia el del poco más o menos: el lenguaje de las últimas generaciones de jóvenes […] es genérico. […] Rechaza la puesta a punto precisa, las focalizaciones rigurosas: deja todo indefinido, en una especie de sopa de significados sin sabor»

[3] G. Cartago, «L’apporto dell’inglese», in L. Serianni e P. Trifone (eds) Storia della lingua italiana, Einaudi, Torino, 1994, págs. 721-750.

[4] G. Italiano, Parole a buon rendere ovvero l’invasione dei termini anglo-itaiani, Cadmo, Fiesole, 1999; I. Klajn, Influssi inglesi nella lingua italiana, Olschki, Firenze, 1972.

[5] Para más información de carácter lingüístico, véase: T. De Mauro, M. Manzini, Parole straniere nella lingua itaiana, Garzanti, Milano, 2000.

[6] G. Rando, Dizionario degli Anglisminell’italiano post unitario, Olschki, Firenze, 1987. La influencia del inglés en la lengua italiana de hoy está documentada en muchos diccionarios generales (Zingarelli, por ejemplo), y en diccionarios especializados como el de M. Görlach (A Dictionary of European Anglicisms, Oxford University Press, 2001) que documenta el uso de los anglicismos en 16 lenguas europeas, incluido el italiano.

[7] «No conviene – dijo – dar demasiada importancia a los anglicismos que están de moda, esnobisticos, destinados a desaparecer […] y tampoco a los que guiñan intencionalmente a las costumbres extranjeras, como fast food, que en boca de un italiano tiene la misma intención connotativa de pizza o spaghetti en boca de un americano».

[8] Profundizamos el argumento citando a Giacomo Leopardi y las consideraciones que hizo sobre la influencia del francés en la lengua italiana; en Zibaldone, 2501-2502-2503. «Certo è che non ripugna alla natura né delle lingue, né degli uomini, né delle cose, e non è contrario ai principii eterni ed essenziali dell’eleganza, del bello, che gli uomini di una nazione esprimano un certo maggiore o minor numero d’idee con parole e modi appresi e ricevuti da un’altra nazione, che sia seco loro in istretto e frequente commercio, com’è appunto la Francia rispetto a noi (ed anche ad altri europei) per la letteratura, per le mode, per la mercatura eziandio, e generalmente per l’influenza che ha la società e lo spirito di quella nazione su di tutta la colta Europa».

[9] «La penetración, en la Italia del Setecientos, de la cultura iluminada a través de su principal medio, la lengua francesa, que inundó el italiano de francesismos,  provocó una indignada reacción de los puristas. […] Aquel francés era la refinada voz del más elevado nivel ético y especulativo de una cultura nacional no muy sectorializada y radicada en un profundo humus humanístico. Mientras que el inglés actual asumió la función de pragmático intérprete de relaciones internacionales y de difusor de la actividad científica y tecnológica del mundo anglosajón, con espíritu, si no culturalmente neutral, prevalentemente instrumental. Se caracteriza en efecto por ser una lengua especifica (bancaria, comercial, diplomática, informática) o técnica que se sirve de códigos artificiales accesibles solo por expertos ».

[10] P. Zolli, Le parole straniere, Zanichelli, Bologna, 1991;R. Gusmani, Saggi sull’interferenza linguistica, Olschki, Firenze, 1993.

[11] Libro de estilo de ABC, Barcelona, 1993, pág. 91.

[12] M. Carrera Díaz, «La construcción del texto periodistico en italiano y español», in La Costruzione del testo in italiano, sistemi costruttivi e testi costruiti, Atti del seminario Internazionale di Barcellona (25-29 aprile 1995), Franco Cesati Editore, Barcelona, pág. 115.

[13] M. Carrera Díaz, G. Marangon, «Lengua y dialecto en la novela italiana contemporánea», in Philologia Hispalensis, vol. XV, 2001, págs. 33-42.