EL VERBO EFFUNDERE EN LA VULGATA, Cristóbal Macías Villalobos, Universidad de Málaga.

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    En este artículo estudiaremos en profundidad toda la gama de sentidos que presenta el verbo effundere y su sustantivo derivado effusio en la Vulgata, poniendo especialmente de relieve todas las expresiones o valores contextuales que sean novedosos respecto al latín profano.

    Effundere presenta 177 ocurrencias en la Vulgata [1]. Entre sus sentidos, son profanos y propios los siguientes:

    1. ‘Derramar, verter’. Según el objeto que se derrama o vierte distinguimos:

    a) Líquidos: nubes imbrem super terram effundent (Ecl 11, 3) las nubes derramarán la lluvia sobre la tierra; tulit autem Samuhel lenticulam olei et effudit super caput eius (1Sm 10, 1) Samuel cogió una pequeña redoma de aceite y la derramó sobre su cabeza; gelum sicut salem effundet super terram (Eclo 43, 21) (Dios) derrama como la sal la escarcha sobre la tierra (cf. Gn 24, 20; Ex 4, 9; Is 57, 6; etc.).

    b) Sólidos: cum frumenta effunderent (Gn 42, 35) al verter los granos; in quo cineres effundi solent (Lv 1,16) donde suelen echarse las cenizas (cf. Nm 19, 9; 1Re 13, 3; Jn 2, 15; etc.).

    Cuando lo que se derrama es un líquido, es frecuente ver usado este verbo en contextos donde se indica el ofrecimiento de un sacrificio o una libación a Dios o a los dioses paganos. Entre los líquidos que se derraman tenemos el agua: hauseruntque aquam et effuderunt in conspectu Domini (1Sm 7, 6) sacaron agua y la derramaron delante del Señor. Ésta debe ser pura, agua lustral, para llevar a cabo la limpieza y purificación de las iniquidades humanas: et effundam super vos aquam mundam et mundabimini ab omnibus inquinamentis vestris (Ez 36, 25) y derramaré sobre vosotros agua pura y quedaréis limpios de todas vuestras inmundicias. Otras veces se derrama aceite: ille vero erexit titulum lapideum in loco quo locutus fuerat ei Deus...effundens oleum (Gn 35, 14) él levantó un monolito de piedra en el lugar en que Dios le había hablado...y derramó después aceite. Por último, aunque lo normal es que las libaciones se hagan a Dios, en una ocasión los destinatarios son dioses paganos: et ipsis effudisti libamen (Is 57, 6) y les ofreciste libaciones (a los dioses paganos en torrentes y peñas).

    De otro lado, en expresión metafórica se identifica al amado con un aceite perfumado derramado: oleum effusum nomen tuum (Ct 1, 2) tu nombre es perfume derramado. En medio de una atmósfera sensual, la esposa presiente la presencia del amado envuelto en perfumes, en concreto en aceite perfumado [2], el día de su boda [3].

    Entre los líquidos que se derraman tiene especial importancia la sangre. Ésta era para los antiguos en general un símbolo de vida y en los sacrificios era el vínculo de unión entre hombre y divinidad, por eso debía ser rociada sobre el altar cuando se mataba la víctima: et universum sanguinem victimae super illud effundes altare (2Re 16, 15) y derramarás toda la sangre sobre aquel altar. Cuando la sangre que se derrama es la de otro ser humano, effundere adquiere el sentido más concreto de ‘matar’: quicumque effuderit humanum sanguinem (Gn 9, 6) cualquiera que haya derramado sangre humana; quasi lupi rapientes praedam ad effundendum sanguinem (Ez 22, 27) como lobos que arrebatan la presa para derramar sangre.

    Por supuesto, todos estos sentidos ya estaban en profano (cf. Cic. Mil. 101; Tib. 1, 6, 48; Sen. epist. 81, 27; etc.). Sin embargo, lo que de peculiar tiene esta acepción en la Vulgata viene del especial simbolismo que la sangre tenía entre los hebreos (y los cristianos), y del uso de effundere en una serie de contextos en los que adquiere unos valores de claro origen bíblico.

    Respecto a la simbología de la sangre entre los hebreos, ésta era asiento del alma y símbolo de la vida. Y como la vida era dada por Dios, al hombre le estaba prohibido consumirla. Por ello la ley mosaica impone que antes de comer la carne de los animales, éstos deben ser desangrados. La sangre también estaba reservada a Dios, por lo que cuando se sacrificaba una víctima, el sacerdote impregnaba con ella todo el altar. Igualmente al hombre se le prohibía derramar la sangre de otro hombre, y al que mataba a un semejante Dios le negaba su protección. La sangre es también símbolo de espanto, como demuestra el que una de las peores plagas de Egipto consistió en que el Nilo convirtió su agua en sangre. También tiene un papel purificador y sella la alianza entre Dios y su pueblo: la circuncisión, un rito sangriento, es un modo de marcar en el fiel esa alianza. Por último, la sangre derramada por Cristo en la cruz simboliza la liberación de los pecados cometidos por el hombre [4].

    Entre los sentidos que gana effundere dentro de esta acepción tenemos:

    a) ‘Derramar la sangre de los culpables de un delito’ (en especial, como modo de reparar a los familiares del que ha muerto a manos de la persona cuya sangre se derrama): postquam noxiorum sanguis [5] effusus est (Nm 26, 1) después que se derramó la sangre de los culpables; et non moreretur in manu proximi effusum sanguinem vindicare cupientis (Jos 20, 9) y no muriera a manos del pariente que desea vengar la sangre derramada; ultio sanguinis servorum tuorum qui effusus est (Ps 78, 10) la venganza de la sangre de tus servidores que fue derramada.

    El derramar la sangre del culpable de un asesinato era un derecho reconocido al que actuaba como vengador por la conocida Ley del Talión. Según ésta, había que imponer al agresor el mismo trato que éste había dado a su víctima. Su formulación se recoge en la conocida frase: «ojo por ojo, diente por diente» (Ex 21, 23-25) [6].

    b) ‘Derramar sangre inocente’: ut non effundatur sanguis innoxius in medio terrae (Dt 19, 10) a fin de que no se derrame sangre inocente en medio de la tierra; quod effuderis sanguinem innoxium (1Sm 25, 31) que has derramado sangre inocente; nec sanguinem innocentem effuderitis in loco hoc (Jr 7, 6) ni derramaréis sangre inocente en este lugar; et effuderunt sanguinem innocentem (2Mc 1, 8) y derramaron sangre inocente (cf. 2Re 24, 4; 1Mc 1, 39; Prv 6, 17; etc.). Ambas expresiones ya se encuentran en profano, en concreto sanguis innoxius aparece en Liv. 8, 39, 11 y sanguis innocens, en su forma sanguis innocentium, aparece en Cic. Verr. 2, 1, 77; 2, 4, 116; 2, 5, 121; etc.

    Variante de este sentido consideramos el caso siguiente: et effudit sanguinem belli in pace (1Re 2, 5) y derramó la sangre de la guerra en la paz. La frase se refiere a los crímenes de Joab, que mató a Abner y a Amasá, jefes militares del ejército de David, que no perecieron en la guerra, sino a manos de un criminal en pleno período de paz [7].

    c) ‘Derramar Jesucristo su sangre por el perdón de los pecados’: qui pro multis effunditur in remissionem peccatorum (Mt 26, 28) el cual lo derrama por muchos para el perdón de los pecados; hic est sanguis meus novi testamenti qui pro multis effunditur (Mc 14, 24) ésta es mi sangre del nuevo testamento que se derrama por muchos.

    Por tanto, effundere en esta acepción de ‘derramar la sangre’ no es exclusivo de la Vulgata, pues está ya ampliamente atestiguado en profano. Lo único novedoso, y por tanto más propiamente «bíblico», le viene del especial simbolismo de la sangre para los hebreos y cristianos y los nuevos valores contextuales que gana, algunos de los cuales ya estaban en profano, aunque aquí tienen un alcance y una frecuencia mucho mayores.

    Otro de los líquidos que suele derramarse es el vino. Sin embargo, los ejemplos que encontramos en la Vulgata presentan un valor especial: ‘derramar el vino nuevo que representa el espíritu nuevo del Reino de Dios’: rumpuntur utres et vinum effunditur (Mt 9, 17) se rompen los odres y se derrama el vino; et ipsum effundetur et utres peribunt (Lc 5, 37) (el vino nuevo) se derramará y los odres se perderán (cf. Mc 2, 22). En estos ejemplos estamos más ante sentidos simbólicos o figurados que ante un sentido propio. En el NT el vino nuevo, que junto con la abundancia de trigo y aceite virgen eran signos de abundancia, era símbolo de la renovación total y profunda que el mensaje de Cristo representaba. Era el nuevo espíritu evangélico frente a la conducta y espíritu farisaico. Lo viejo rompe con lo nuevo. El nuevo espíritu del Evangelio y la plenitud de su contenido rompe los viejos moldes de la ley, contenidos en el AT. Otra imagen utilizada para expresar la misma idea es la del paño nuevo frente al viejo [8].

    Lógicamente, teniendo en cuenta el particular simbolismo del vino en los textos citados, el sentido aquí visto puede considerarse exclusivamente bíblico.

    De otro lado, relacionado con el sentido de ‘derramar, verter’ tenemos un caso en que effundere en uso absoluto significa ‘echar, servir la comida en un plato’: tollensque quod coxerat effudit et posuit coram eo et noluit comedere (2Sm 13, 9) y cogiendo lo que había cocinado lo echó en el plato y se lo puso delante y no quiso comer.

    2. ‘Extender, esparcir, expandir’: et effunde super civitatem (Ez 10, 2) y extiéndelas (brasas de fuego) sobre la ciudad; et effundebatur flamma super fornacem cubitis quadraginta novem (Dn 3, 47) y se alzaba la llama sobre el horno cuarenta y nueve codos; et cani effusi sunt in eo (Os 7, 9) y se vio cubierto de canas.

    3. ‘Arrojar, lanzar, blandir (un arma)’: effunde frameam et conclude adversus eos qui persequuntur me (Ps 34, 3) blande la lanza y ve al encuentro de los que me persiguen.

    Thesaurus recoge este ejemplo dentro de la acepción de ‘lanzar armas arrojadizas’ como sentido real [9]. Blaise, por su parte, engloba este caso bajo la acepción de ‘hacer salir, sacar’, equivaliendo a educere y lo considera propio del latín cristiano [10]. Para nosotros, al invocar el salmista que sea Yahvéh el que blanda la lanza contra sus enemigos, se trata más bien de un sentido figurado, en concreto con la acepción de ‘defender a alguien’.

    En apoyo de nuestra opinión podemos traer a colación la imagen del Señor de los Ejércitos empuñando un arma, en concreto la espada, como instrumento (y símbolo) de su castigo en el conocido como «canto a la espada» (Ez 21, 13-22). Dios también porta otras armas, como el escudo (por ejemplo, en Ps 34, 2), esta vez símbolo de la defensa o protección otorgada por éste a sus fieles [11]. En ambos casos no estamos ante sentidos reales, sino figurados, pues nos situamos en el terreno de la metáfora y del simbolismo. Sobre su adscripción no vemos razones para considerarlo bíblico.

    4. ‘Sacar, vaciar, echar fuera’: scriba regis et pontifex effundebantque et numerabant pecuniam (2Re 12, 10) el escriba del rey y el pontífice lo sacaban y contaban el dinero; et effudit intestina eius in terram (2Sm 20, 10) y echó por tierra sus intestinos (cf. 2Par 24, 11; Jb 16, 14).

    Relacionado con este sentido tenemos la frase siguiente: effusum est in terra iecur meum super contritione filiae populi mei (Lam 2, 11) se derramó por el suelo mi hígado por el quebranto de la hija de mi pueblo. La frase no indica un sentido real, sino que se trata de una expresión hiperbólica para denotar un enorme dolor: El poeta expresa su gran pesar, hasta provocar un vómito de hiel, ante la ruina de Jerusalén y Judá, y sobre todo a la vista de la muerte por hambre de niños inocentes [12]. El hígado considerado como sede del temor y del dolor ya era conocido en clásico (cf. Sen. Herc. O. 709; 1677). Aquí lo único bíblico sería en todo caso la expresión effundere iecur con el valor ya visto, que ésta sí carece de equivalente en latín profano [13].

    5. ‘Echarse, arrojarse, caer sobre algo’: et non te effundas super omnem escam (Eclo 37, 32) y no te abalances sobre la comida.

    Entre los sentidos profanos y figurados tenemos los siguientes:

    1. ‘Derrochar, malgastar, disipar’: quia effusum est aes tuum (Ez 16, 36) puesto que has malgastado tu dinero.

    2. ‘Exponer libremente, publicar, decir’, en dos expresiones, effundere sermonem y effundere loquellam: ubi auditus est non effundas sermonem (Eclo 32, 6) donde no hay quien escuche no derrames palabras; si effundat loquellam gemitus (Eclo 35, 17) si le expresa sus quejas. Es decir, la primera expresión tiene propiamente el sentido de ‘decir, hablar en vano’ y la segunda la de ‘expresar una queja’.

    Respecto a este sentido, en profano lo habitual es encontrar expresiones como effundere voces (cf. Enn. Ann. 540; Cic. Flacc. 69; Verg. Aen. 5, 482; etc.), effundere orationem/orationes (cf. Sen., Suas. 6, 15), effundere dicta (cf. Verg. Aen. 7, 292) y effundere verba (cf. Ov. Trist. 1, 3, 45; Sen. Med. 554). Por tanto, las dos expresiones que tenemos en la Vulgata eran desconocidas en profano [14].

    Dentro de esta acepción incluimos:

    2.1. ‘Expandir, difundir, divulgar una doctrina’: adhuc doctrinam quasi prophetiam effundam (Eclo 24, 46) seguiré difundiendo la doctrina como una profecía.

    2.2. ‘Desahogar su pecho, hacer una plegaria (ante el Señor)’, en las expresiones effundere preces, effundere animam y effundere cor: unianimes preces suas Deo effuderunt (Jdt 6, 14) derramaron sus plegarias al Señor de modo unánime (cf. Ps 101, 1); sed effudi animam meam in conspectu Domini (1Sm 1, 15) sino que he desahogado mi alma ante el Señor; effundite coram illo corda vestra (Ps 61, 9) desahogad vuestros corazones en su presencia (cf. Lam 2, 19).

    En la Vulgata, effundere animam se encuentra también con el sentido de ‘desahogar el alma’: haec recordatus sum et effudi in me animam meam (Ps 41, 5) he recordado esto y mi alma se desahoga en mi interior. Por el recuerdo de su vida pasada, cuando dirigía la entrada de las peregrinaciones y procesiones jubilosas en torno al santuario de Dios, el alma del salmista se expansiona y se derrite de pena al mismo tiempo [15].

    Esta misma expresión la encontramos también en la Vulgata con el sentido de ‘abrir sus entrañas, desvivirse por, hacer todo lo posible por ayudar’: cum effuderis esurienti animam tuam (Is 58, 10) cuando hagas todo lo posible para ayudar al hambriento.

    La expresión effundere animam existía en profano (cf. Verg., Aen. 1, 98; Lucan. 5, 263), aunque con el sentido de ‘morir’; en cambio, las expresiones effundere preces y effundere cor son totalmente nuevas y por tanto bíblicas.

    Relacionado con el sentido aquí visto tenemos el de ‘derramar, desahogar ante el Señor su inquietud’ (solicitando su ayuda): effundo in conspectu eius deprecationem meam (Ps 141, 3) derramo en su presencia mi inquietud. La expresión effundere deprecationem es también desconocida en profano.

    Por tanto, aunque el sentido de ‘desahogar su pecho’ es totalmente profano, la Vulgata presenta una serie de expresiones que, o bien ya eran conocidas en profano aunque con sentido diferente como effundere animam, o bien son totalmente novedosas como effundere preces, effundere cor y effundere deprecationem.

    3. ‘Derramar, dejar salir de sí elementos espirituales’. Dentro de esta acepción que establece el Thesaurus (V-2, 223, 29 ss.) incluimos el sentido de ‘derramar el Señor su espíritu sobre los hombres’: effundam spiritum meum super semen tuum (Is 44, 3) derramaré mi espíritu sobre tu linaje; effundam de Spiritu meo super omnem carnem et prophetabunt filii vestri (Act 2, 17) derramaré mi Espíritu sobre todo hombre y profetizarán vuestros hijos; quem effudit in nos abunde per Iesum Christum salvatorem nostrum (Tt 3, 6) que lo derramó sobre nosotros abundantemente por Jesucristo nuestro salvador (cf. Is 32, 15; Ez 39, 29; Jl 2, 28; Act 2, 18; etc.). El Espíritu de Dios es la fuerza activa con la que éste interviene en la vida de los hombres y se confunde con Dios mismo, a pesar de que a veces se represente como un ente concreto que puede separarse de Dios y actuar por su cuenta. Ejerce influencias físicas y morales sobre los hombres. Su irrupción desencadena, por ejemplo, el espíritu profético y habita en aquellos que son portadores de las palabras de Yahvéh. A veces Dios derrama su espíritu sobre los hombres a través de Jesucristo [16].

    Derivada de esta acepción consideramos la de ‘derramar el Señor el espíritu de la gracia’: et effundam super domum David et super habitatores Hierusalem spiritum gratiae et precum (Za 12, 10) y derramaré sobre la casa de David y sobre los habitantes de Jerusalén el espíritu de la gracia y de la oración; et in nationes gratia Spiritus Sancti effusa est (Act 10, 45) la gracia del Espíritu Santo fue derramada sobre los gentiles.

    En todos estos casos encontramos el término spiritus con un valor no profano [17], por lo tanto effundere en esta acepción concreta debe considerarse bíblico.

    4. ‘Derramar, dejar salir cosas apartadas de los sentidos’. Dentro de esta acepción que establece Thesaurus (V-2, 224, 72 ss.) distinguimos una serie de sentidos la mayoría de los cuales tienen a Dios como protagonista. Entre ellos están:

    4.1. ‘Desplegar, hacer exhibición de poder’, en la expresión effundere virtutem: in tempore consummationis effundent virtutem (Eclo 39, 34) el día de la ira desplegarán su poder.

    En este sentido lo normal en clásico es encontrar las expresiones effundere impetum y effundere vires (cf. Thes. V-2, 224, 72-84), por lo que la expresión que encontramos en la Vulgata es novedosa.

    4.2. ‘Saltar de alegría; retozar como las bestias’ (en comparación, para significar el disfrute inconsciente de las riquezas): quoniam effusi estis sicut vitulus super herbam (Jr 50, 11) puesto que habéis estado retozando como un ternero sobre la hierba. En un momento en que se acerca la invasión y destrucción de Babilonia, los caldeos, inconscientes del peligro, siguen entregados a los placeres, disfrutando de los pueblos que han conquistado. Esta inconsciencia se representa mediante el ternero que salta despreocupado en el prado [18].

    4.3. ‘Derramar el Señor su ira sobre alguien, encolerizarse’, en las expresiones effundere iram, effundere indignationem y effundere furorem: effunde iram tuam in gentes quae te non noverunt (Ps 78, 6) derrama tu ira sobre la gente que no te conoció; et effudit super eum indignationem furoris sui (Is 42, 25) y ha derramado sobre él su terrible furor; effundens furorem tuum super Hierusalem (Ez 9, 8) derramando tu furor sobre Jerusalén (cf. Ps 68, 25; Eclo 16, 12; Jr 6, 11; Lam 2, 4; Ez 20, 21; etc.).

    El sentido de ‘derramar la ira, encolerizarse’ es totalmente profano e incluso las expresiones effundere iram y effundere furorem ya estaban en latín clásico (cf. Liv. 39, 34, 1; Cic. Fam. 12, 25, 4). En cambio, es totalmente novedosa la expresión effundere indignationem. Además, las dos conocidas en profano son mucho más frecuentes en la Vulgata. Por último, en profano el que «derrama su ira» nunca es una divinidad.

    Variante de las aquí estudiadas es la expresión ‘derramar las copas de la ira’, que sólo aparece en el Apocalipsis: et effundite septem fialas irae Dei in terram (Apc 16, 1) y derramad las siete copas de la ira de Dios sobre la tierra; et effudit fialam suam in terram (Apc 16, 2) y derramó su copa sobre la tierra; et secundus effudit fialam suam in mare (Apc 16, 3) y el segundo derramó su copa sobre el mar (cf. Apc 16, 4; 16, 8; 16, 10; 16, 12; 16, 17). La copa, en la que el hombre bebe el líquido que necesita para vivir, adquiere un importante simbolismo en los textos bíblicos como transmisor de la vida. El contenido de esta copa puede ser bueno o malo. Cuando es bueno, el que la bebe se llena de bendiciones; pero cuando es malo, suele contener la ira del Señor. En los ejemplos vistos, las siete copas de la ira de Yahvéh son las plagas que los siete ángeles llevan contra los adoradores de la Bestia, y que recuerdan las plagas que asolaron Egipto. Por supuesto, ‘derramar las copas de la ira’ pertenece en exclusiva a la fraseología bíblica [19].

    4.4. ‘Derramar el Señor su desprecio’, en las expresiones effundere contemptionem y effundere despectionem: effusa est contemptio super principes (Ps 106, 40) el desprecio fue derramado sobre los príncipes; effundit despectionem super principes (Jb 12, 21) derrama el desprecio sobre los príncipes. Estas dos expresiones son bíblicas por ser desconocidas en profano.

    4.5. ‘Derramar el Señor su sabiduría’: et effudit illam super omnia opera sua (Eclo 1, 10) y la derramó (la sabiduría) sobre todas sus obras; ego sapientia effudi flumina (Eclo 24, 40) yo, la sabiduría, derramé ríos. La sabiduría, aunque se concibe como una cualidad humana desarrollada por la educación y la experiencia, es básicamente un patrimonio de Dios. Es más, al hombre se le prohibió el conocimiento del bien y del mal, bajo amenaza de muerte, pues ello le habría hecho semejante a la divinidad (cf. Gn 2, 17). En el AT la sabiduría se concibe como un poder más o menos misterioso semejante al espíritu que procede de Dios con el que a menudo se identifica. En algunos pasajes, como Prv 8, 22-31, la sabiduría llega a considerarse como algo distinto a Dios, creada por él antes de todas las criaturas y como presente a su lado al crear el universo. Sin embargo, no por ello hay que considerarla una persona divina independiente de Yahvéh, sino más bien un atributo de éste personificado [20]. Las dos citas que recogemos más arriba son buena prueba de esto último.

    Por supuesto, la expresión aquí vista es bíblica por los sentidos que el término sapientia presenta, totalmente desconocidos en profano [21].

    4.6. ‘Derramar, extender el Señor su misericordia’: et effudit super eos misericordiam suam (Eclo 18, 9) y derramó sobre ellos su misericordia.

    4.7. ‘Derramar el Señor bendiciones’: et effudero vobis benedictionem usque ad abundantiam (Mal 3, 10) y derramaré sobre vosotros bendiciones en abundancia.

    En estos dos casos podemos hablar de un valor bíblico dado que la misericordia como atributo de Dios y la bendición como el favor que Dios otorga a sus fieles son dos sentidos propios del latín bíblico y cristiano [22].

    4.8. ‘Derramar el Señor el mal sobre alguien, castigar a uno’: et effundam super eos malum suum (Jr 14, 16) y derramaré sobre ellos el castigo por su pecado.

    La expresión effundere malum es bíblica, pues no está atestiguada en el latín profano.

    5. ‘Derramar, de modo que no queda nada; corromper, consumir, perder, volver inútil’. Dentro de este sentido establecido por el Thesaurus (V-2, 226, 44 ss.) distinguimos las siguientes acepciones:

    5.1. ‘Desfallecer, sentir desánimo’: sicut aqua effusus sum (Ps 21, 15) me derramo como el agua. La frase puede describir tanto un estado de agotamiento físico total, como también en sentido metafórico para indicar la postración moral que sufre el justo al verse acosado por sus enemigos y, aparentemente, al estar abandonado por Dios [23].

    5.2. ‘Debilitarse la fe’: paene effusi sunt gressus mei (Ps 72, 2) estuvieron a punto de resbalar mis pasos. El poeta reconoce que ha estado a punto de perder la fe al contemplar la prosperidad de los malvados, ante la que ha llegado a sentir envidia [24].

    Estos dos sentidos, que derivarían del más general de ‘desfallecer, debilitarse’, son considerados por Blaise como propios del latín cristiano [25].

    5.3. ‘Desvanecer, perder, despreciar’: gratiae autem fatuorum effundentur (Eclo 20, 13) las gracias de los necios se desvanecerán.

    5.4. ‘Desenfrenarse, caer en la perversidad, actuar contra derecho’: effusus es sicut aqua (Gn 49, 4) te desbordaste como el agua; et errore Balaam mercede effusi sunt (Jud 1, 11) y por el error de Balaam se desenfrenaron por un salario.

    La primera frase se dice de la actuación de Rubén, hijo de Jacob, que al subir al lecho de su padre y cometer incesto, perdió la primacía, a pesar de ser el primogénito, y la posibilidad de que la tribu a la que representaba ejerciera la jefatura sobre las demás. El comportamiento contrario a derecho se compara con el agua desbordada porque esta misma es imagen de destrucción, como se refleja perfectamente en el episodio del Diluvio, y será también una de las manifestaciones de la cólera de Dios [26].

    En la segunda frase, en la que se habla de los falsos doctores, Balaán, personaje que junto con Caín y Coré son ejemplos prototípicos de personas perversas, simboliza la caída en el mal de alguien. Balaán fue quien aconsejó a Balac que indujera a los israelitas a la idolatría mediante las mujeres madianitas [27].

    Una última observación sobre este verbo: como hemos podido comprobar por los ejemplos que preceden, en la Vulgata, como también sucedía en profano, es muy corriente que aparezca en voz pasiva.

    Directamente derivado de effundere tenemos el sustantivo effusio. Éste sólo presenta seis ocurrencias en la Vulgata y sus sentidos son los siguientes:

    1. ‘Acción de derramar’, que era el sentido básico del término en profano. Lo que se derrama es fundamentalmente la sangre: et effusionem sanguinis (Jdc 9, 24) y el derramamiento de sangre (cf. Eclo 27, 16). Un valor más concreto es la referencia que se hace al acto ritual de derramar la sangre del cordero, que tenía lugar durante la pascua judía: fide celebravit pascha et sanguinis effusionem (Hbr 11, 28) por la fe celebró la pascua y la aspersión de sangre.

    2. ‘Acción de dar a luz, parto’: atque in ipsa effusione infantum unus protulit manum (Gn 38, 27) y en el momento mismo de dar a luz uno de los niños sacó una mano. Este sentido Blaise lo da como propio del latín cristiano [28]. Thesaurus (V-2, 228, 44-45) se limita a recogerlo bajo la acepción de ‘emisión de cosas diversas’. Nosotros compartimos la opinión de Blaise, pues effundere ya presentaba en profano este sentido particular de ‘dar a luz, parir’ (cf. Thes. V-2, 222, 18 ss.), por lo que no es de extrañar que el sustantivo de él derivado haya desarrollado también este valor de ‘acción de dar a luz’, aun cuando Thesaurus no lo recoja como una acepción particular.

    3. ‘Manantial, fuente; abismo, fondo’: et apparuerunt effusiones maris et revelata sunt fundamenta orbis (2Sm 22, 16) y aparecieron los manantiales del mar y quedaron al descubierto los cimientos de la tierra. Según las creencias hebreas, el Océano primordial que al principio cubría toda la tierra fue dividido por Dios el segundo día de la Creación en dos mitades, una situada en la parte superior del firmamento, en una especie de depósitos que Dios abría a voluntad (dando origen a la lluvia), y otra en la parte inferior del mundo, y que era llamada tehom, sobre la que se apoyaba la tierra y de donde provenía el agua de ríos y fuentes. Con la expresión effusiones maris se está aludiendo a esta segunda.

    Sobre la adscripción de este sentido, Blaise ni siquiera lo recoge y Thesaurus (V-2, 229, 8) se limita a incluirlo bajo la acepción de ‘efusión, emisión de líquidos diversos’. Nosotros, en cambio, lo consideramos bíblico, pues reproduce un aspecto muy concreto de la imagen del mundo que tenían los hebreos.

    En fin, como hemos visto effundere no aporta en la Vulgata ningún sentido realmente nuevo, desconocido en latín profano, e incluso algunas de las expresiones en las que participa ya eran conocidas por éste. Lo más novedoso está en que lleva como objeto sustantivos usados en acepciones de claro sentido bíblico (spiritum, misericordiam, benedictionem), y que participa en expresiones que, aunque conocidas del latín profano, aquí presentan sentidos nuevos (como effundere animam) o, simplemente, que las expresiones de las que forma parte son totalmente desconocidas en profano (como effundere preces, effundere cor, effundere sermonem, effundere loquellam, effundere contemptionem/despectionem, effundere virtutem, etc.). Es decir, a menudo lo «bíblico», lo novedoso de la lengua de la Vulgata, está en los contextos en los que se aplica un determinado sentido ya conocido por el latín profano y en la «fraseología».

 

NOTAS:

[1] Sobre effundo y effusio cf. B. Fischer (ed.), Novae Concordantiae Bibliorum sacrorum iuxta Vulgatam versionem critice editam, 5 vols., Stuttgart, 1977, en vol. II, 1703-1705; Thesaurus Linguae Latinae, V-2, 214-229, s. v. effundo y effusio. Las citas de autores profanos siguen el sistema de abreviaturas del Thesaurus. Para el trabajo con los textos bíblicos hemos utilizado también el programa BibleWorks for Windows de HERMENEUTIKA Computer Bible Research Software, Seatle, 1993-1994. Para el trabajo con textos latinos profanos hemos utilizado la Aureae Latinitatis Bibliotheca, CD-ROM dei testi della letteratura latina, Zanichelli editore, Bolonia, 1991, y los programas PHAROS Versión 0.2 y MUSAIOS Versión 1.0b que permiten el manejo del CD-ROM de textos latinos PHI CD-ROM #5.3, The Packard Humanities Institute Compilation, 1991.

[2] En la Biblia el aceite posee un importantísimo valor simbólico como representación del espíritu divino, de ahí que ser ungido era un modo de indicar la vinculación de alguien con Dios. Sobre los sentidos simbólicos de este término, cf. Manfred Lurker, Diccionario de imágenes y símbolos de la Biblia, Ed. El Almendro, Córdoba, 1994, pág. 10, s. v. Aceite.

[3] Profesores de Salamanca, Biblia Comentada, IV, BAC, Madrid, 21967, pág. 939.

[4] Cf. André-Marie Gerard, Diccionario de la Biblia, Anaya & Mario Muchnick, 1995, págs. 1326-1328, s. v. Sangre.

[5] La expresión sanguis noxius, «sangre culpable», y sanguis noxiorum, «sangre de los culpables», ya existían en profano, en concreto en Petron. 81, 6 y Plin. Paneg. 34, 4.

[6] Cf. André-Marie Gerard, op. cit., pág. 1411, s. v. Talión. La cita de Éxodo dice exactamente: 23 sin autem mors eius fuerit subsecuta reddet animam pro anima 24 oculum pro oculo dentem pro dente manum pro manu pedem pro pede 25 adustionem pro adustione vulnus pro vulnere livorem pro livore, pero si viniera a continuación la muerte de ella, pagará vida por vida, ojo por ojo, diente por diente, mano por mano, pie por pie, quemadura por quemadura, herida por herida, golpe por golpe.

[7] Profesores Compañía de Jesús, La Sagrada Escritura: Texto y comentario, AT, II, Madrid, BAC, 1968, págs. 548-549.

[8] Cf. André-Marie Gerard, op. cit., pág. 1472, s. v. Vino y Profesores de Salamanca, op. cit., Va, Madrid, BAC, 31977, págs. 149-150.

[9] Thesaurus Linguae Latinae, V-2, 218, 50-62.

[10] A. Blaise, Dictionnaire Latin-Français des auteurs chrétiens, Brepols, Turnhout, 1954, pág. 301, s. v. effundo, acepción.

[11] Manfred Lurker, op. cit., págs. 93-95, s. v. Escudo y Espada.

[12] Profesores Compañía de Jesús, op. cit., AT, V, Madrid, BAC, 1970, pág. 654.

[13] Sobre todo esto, cf. Thes. VII-1, 245, 80 ss.

[14] De estas dos expresiones loquella (o loquela) sí aparece en profano con fundere, del que effundere es una de sus formas derivadas (cf. Lucr. 1, 39; Verg. Aen. 5, 842), no así sermo.

[15] Profesores Compañía de Jesús, op. cit., AT, IV, Madrid, BAC, 1969, pág. 173 y Profesores de Salamanca, op. cit., IV, pág. 361.

[16] Cf. H. Haag et al., Diccionario de la Biblia, Herder, Barcelona, 1987, 611-619, s. v. Espíritu de Dios y A.-M. Gerard, op. cit., págs. 398-400, s.v. Espíritu de Dios, Espíritu Santo, Santo Espíritu.

[17] Sobre los valores de este término típicos del latín cristiano, cf. A. Blaise, op. cit., s. v. spiritus, pág. 771, acepciones 9, 10 y 11.

[18] Profesores de Salamanca, op. cit., III, BAC, Madrid, 21967, pág. 690.

[19] Manfred Lurker, op. cit., págs. 69-70, s. v. Copa y cáliz; Profesores de Salamanca, op. cit., VII, Madrid, BAC, 1965, págs. 469-479.

[20] Cf. H. Haag et al, op. cit., 1742-1745, s. v. Sabiduría, y André-Marie Gerard, op. cit., págs. 1286-1288, s. v. Sabiduría.

[21] Sobre los sentidos cristianos de sapientia, cf. A. Blaise, op. cit., pág. 738, acepciones 3, 4, 5, 8 y 9 especialmente.

[22] Sobre ambos términos cf. A. Blaise, op. cit., pág. 534, s. v. misericordia y págs. 112-113, s. v. benedictio.

[23] Profesores de Salamanca, op. cit., IV, págs. 281-182.

[24] Profesores de Salamanca, op. cit., IV, pág. 477.

[25] A. Blaise, op. cit., pág.301, s. v. effundo, 1ª acepción.

[26] Cf. André-Marie Gerard, op. cit., pág. 50, s. v. Agua y O. García de la Fuente, «Significados y simbolismo de Aqua (el agua) en la Vulgata», AnMal XVIII (2), 1995, págs. 297-298. Ejemplos del agua desbordada como símbolo de destrucción tenemos en: Is 8, 7-8; 17, 12-13; Jr 47, 2; Os 5, 10; etc.

[27] Profesores Compañía de Jesús, op. cit., NT, III, Madrid, BAC, 21967, págs. 567.

[28] A. Blaise, op. cit., pág. 301, s. v. effusio.

[29] Cf. H. Haag et al., op. cit., 1354, s. v. Océano y A.-M. Gerard, op. cit., págs. 27-28, s. v. Abismo.

 

RESUMEN PARA REPERTORIOS BIBLIOGRÁFICOS

  

TÍTULO: EL VERBO EFFUNDERE EN LA VULGATA.

AUTOR: Cristóbal Macías Villalobos.

LUGAR: Universidad de Málaga.

TÍTULO DE LA REVISTA: Analecta Malacitana (versión electrónica), III, 1999.

RESUMEN: En este artículo analizamos todos los sentidos que el verbo effundo y su sustantivo derivado effusio presentan en la Vulgata, con especial atención a aquellos usos contextuales y expresiones que son novedosos respecto al latín clásico.

ABSTRACT: In this article we study all the senses that the verb effundo and its derived noun effusio present in the latin Vulgate, specially those contextual uses and expressions that are new with respect to classic Latin.

NOTAS: Estudio de los valores léxicos de effundo en la Vulgata.

DESCRIPTORES: Lexicografía / Latín bíblico / Traducciones de la Biblia.

KEY-WORDS: Lexicography / Biblical Latin / Bible translations.

IDENTIFICADORES: Vulgata / Biblia / sangre / Ley del Talión / vino / Señor de los Ejércitos/ alma / Espíritu de Dios / Thesaurus / copas de la ira / sabiduría de Dios / tehom.

PERÍODO HISTÓRICO: Imperio Romano, época tardía (finales del s. IV-principios del s. V d. C.).