CATEGORÍAS GRAMATICALES Y EVOLUCIÓN DE LAS RIMAS EN LA POESÍA LÍRICA ESPAÑOLA. VERIFICACIÓN ESTADÍSTICA, Pablo Alarcón Castañer, Universidad de Málaga, (Publicado en Analecta Malacitana, XVI, 2, 1993, págs. 307-319)

 

    0. Afirma Rudolf Baehr [1973: 62] que «la “ciencia” de la rima es un campo complejo que se sale de la métrica propiamente dicha, y entra en el arte de la realización literaria»; propone, consecuentemente, para su estudio investigaciones monográficas. La nuestra no va a pecar contra ese carácter monográfico, porque va a tratar sólo de una de sus múltiples clasificaciones, las rimas categoriales y no categoriales, si bien con el propósito de operar con ella para interpretar la figura en cuestión, además de verificar su aportación a la evolución formal de la poesía española. Vamos con tal fin, en primer lugar, a exponer cómo Jean Cohen (J. C.) demostró en Structure du langage poétique (SLP: 1966) la progresión cuantitativa de las rimas no categoriales a través de tres períodos de la poesía francesa: Clasicismo, Romanticismo y Simbolismo; en segundo lugar, nuestra aportación consistirá en un trabajo equivalente al teórico francés, esta vez verificado en la poesía española, con dos modificaciones importantes al corpus de investigación de SLP: la inclusión del Barroco y de la poesía lírica exclusivamente en todos los períodos. Se justifica, creemos, nuestro trabajo porque la clasificación mencionada no es tenida en cuenta en los estudios sobre la rima, cuando debiera figurar en ellos, al menos para reprobarla, después de la rotunda demostración de su operatividad por parte de J. C.

    1. TEORÍA, VERIFICACIÓN Y SIGNIFICADO DE LA RIMA EN SLP.

    Dedica J. C. gran parte del capítulo segundo de SLP a la rima. Toda su reflexión se oriente hacia la búsqueda de una función propia de la rima que se origina, lejos de la pura homofonía y de su rol de auxiliar del metro, en su relación con el significado y no sólo con el significante; en consecuencia, aunque la rima consista en una identidad parcial del significante, e implicar, no obstante, al significado. Pero no como ocurre en la lengua, donde en los casos de la motivación relativa y de la derivación existe coincidencia total de significante y significado, sino como elemento perturbador del paralelismo fonosemántico.

    La evolución histórica de la rima en poesía francesa, encaminada hacia una cada vez mayor similitud fónica –rima asonante, consonante y rica- viene desmentida por un hecho paradójico contrastado: la exigencia de los poetas de rehuir la rima fácil, esto es, la fonosemántica propiciada por las rimas categoriales. ¿Por qué el poeta rechaza esta posibilidad que le brinda la lengua? El gusto por la dificultad no explica tal exigencia, puesto que «l’art n’est pas acrobatie et il n’est pas beau pour être difficile. Personne ne mesure la valeur d’une oeuvre à la peine qu’elle a coûtée» [SLP: 82]. La complicación de la rima radica, para J. C., en otros motivos relacionados con una función más profunda que el vano ejercicio de la dificultad: romper el paralelismo fonosemántico con el fin de crear el equívoco y la ambigüedad; a ello colabora eficazmente las rimas no categoriales. El aumento de éstas en sucesivos períodos literarios reviste, para el profesor de la Sorbona, una significación tan relevante que en función de ellas constata rasgos evolutivos de la poesía en los tres períodos mencionados. He aquí los resultados [SLP: 85]:

 RIMAS NO CATEGORIALES (100 versos) 

AUTORES

NÚMERO

TOTAL

MEDIA

Corneille

16

   

Racine

22

56

18,6

Molière

18

   
       

Lamartine

25

   

Hugo

32

86

28,6

Vigny

29

   
       

Rimbaud

25

   

Verlaine

35

92

30,6

Mallarmé

32

   

    De acuerdo con el cálculo de X2, la diferencia entre Clasicismo y Romanticismo es estadísticamente significativa, mientras que la existente entre Romanticismo y Simbolismo, no lo es. Alega J. C. para este parco aumento, la escasa combinatoria de la rima francesa: «Deux rimes catégorielles sur trois constituent peut-être un taux limite. Tout au moins pour des oeuvres de longue haleine» [SLP: 83].

     2. LA RIMA EN LA POESÍA ESPAÑOLA: TEORÍA, SIGNIFICADO Y EVOLUCIÓN DE LAS RIMAS NO CATEGORIALES.

    2.1. Teoría y significado. En nuestro caso el aparato teórico podría limitarse a la clasificación de las rimas en categoriales y no categoriales, pero queremos contextualizar esta división, sumamente escueta en SLP y sólo aludida en ocasiones [Lázaro Carreter 1993: 14], dentro de un concepto habitualmente aplicado a la rima: la dificultad. Casi todos los tratadistas sobre versificación, abordan esta cuestión a partir de muy diversas clasificaciones, entre las que nunca se encuentra, hasta donde llega nuestra información, la que aquí acabamos de mencionar. Así, por ejemplo, entre las reglas restrictivas enumeradas por T. Navarro [1966: 16-17], ésta es la más significativa para nuestro propósito de identificar dificultad y rima no categorial: «La rima es tanto menos eficaz cuanto más obvia y fácil parece». Por su parte, R. Baehr [1973: 75-77], bajo el epígrafe «La rareza de la rima», alude al progresivo aumento diacrónico de esta característica; enumera cinco restricciones, siendo la cuarta la que afectaría a las rimas no categoriales: «Tienen también poco valor la rima entre formas morfológicas (desinencias de conjugación, sufijos, etc., : dormida, vivida, sentimiento: pensamiento) porque carecen de fuerza expresiva y son fáciles de encontrar».

    La dificultad de la rima reviste, a veces, caracteres bien complejos. D. Alonso [1957: 423] comenta las rimas de un soneto de Lope, aparentemente pobres, que encierran un alto artificio: «Acerquémonos aún más, y observemos que estas rimas pobres ocultan un juego artificioso: el poeta cambia la vocal tónica -aros, -eros, -iros, -oros, -uros». A su vez, J. Domínguez Caparrós [1985-134] resalta en un poema de J. Ramón Jiménez la expresividad de una rima idéntica, proscrita a priori, salvo en caso de poliptoton. Incluso la ausencia de la rima puede interpretarse también con el rasero de la dificultad, como propone el mismo autor recién citado [1985: 94], ya que esta carencia exige una mayor elaboración del verso para evitar prosaísmos.

    Abordamos el significado de la rima desde la perspectiva de J. C., la que niega la función pobre de la rima reducida a la homofonía o como refuerzo de la marca de final de verso. El estatus de la rima adquiere su valor específico si se la encuadra dentro de una teoría global sobre la poesía; es el caso de Jakobson cuando la considera un modelo de recurrencias, constituyendo éstas, sabido es, la función poética [Lázaro Carreter 1976: 67]. Incluso cabría situarla en un cuadro aún más generalizador: el de la caracterización de las obras de arte en general por sus estructuras simétricas [F. Brioschi y C. Di Girolamo 1988: 165].

    Este es, pues, el marco en el que se cumplen las condiciones para delimitar el significado de la rima. Se trata, sin duda, de la figura fónica donde el paralelismo fonosemántico alcanza las mayores cotas, pero hay que ir más lejos. La relación entre la parte del significante (rima) y el significante total (palabra), aun no siendo estrictamente de naturaleza metonímica, no puede menos de verse afectada por el eje de la congigüidad. La tesis de J. C., incitadora de ir más allá del significante, creemos que encuentra en la formulación propuesta, un mayor rigor, pues define el recurso en cuestión en el contexto de las figuras del significado, concretamente de la metonimia que, juntamente con la metáfora, pueden constituir el fundamento o eje de toda retórica poética.

    Proviene del Formalismo ruso el significado fuerte de la rima, sin olvidar posiciones cautelosas, que compartimos, como la expuesta por los autores F. Brioschi y C. Di Girolamo [1985: 185]. Por ejemplo, en el capítulo consagrado a la diferencia verso / prosa, B. Tomachevski [1982: 107-108] considera esencial al primero las asociaciones verbales íntimas producidas de una palabra a otra, y serían las rimas las que de modo específico las propiciarían: «es la rima la que guía el pensamiento». Entre autores hispanos, quizá sea R. De Balbín [1962: 251] quien valore la expresividad de la rima con mayor fuerza, pues la hace depender de su carácter reiterativo del que no escapa ninguna actividad psíquica humana. Ciñéndonos a la poesía castellana, T. Navarro [1966: 86] reconoce la «intencionalidad» de la rima desde muy temprana época, desde el Mester de Clerecía, sin decaer en lo sucesivo. No es arriesgado, de acuerdo con los juicios emitidos, hablar de una posible lectura subliminal de los poemas a través de la rima.

    2.2. Evolución de las rimas no categoriales en la poesía española.

    2.2.1. El corpus de investigación. Ya anunciamos dos diferencias importantes entre nuestro corpus y el de SLP; es el momento de justificarlas y de concretarlas. En primer lugar tenemos la invitación del propio J. C. para mejorar su corpus cuando afirma [SLP: 19]: «Ce corpus présente bien des défauts. Il reste aux autres chercheurs à utiliser un autre pour infirmer ou confirmer les résultats statistiques». Es evidente que esta encomiable actitud obliga a la crítica; y la más certera, a nuestro parecer, proviene de G. Genette [1969: 123-153] [1972: 1320]. Sostiene este autor que J. C. incluca el principio de homogeneidad, especialmente en la elección de los autores del s. XVII (Corneille, Racine, Molère). ¿Cómo justificar la elección de tres autores del género dramático para comparar la evolución de las formas poéticas con la elección, esta vez, de autores esencialmente líricos? (Romanticismo: Lamartine, Hugo,Vigny; Simbolismo: Rimbaud, Verlaine, Mallarmé).

    La heterogeneidad de géneros de un período a otro viciaría el resultado estadístico porque, evidentemente, la poesía menos transgresora ocurre en el género dramático. En consecuencia, nuestro propósito es el de atenernos exlusivamente a la poesía lírica, con lo que la muestra ganará en homogeneidad; además, en la elección de la lírica concurren razones intrínsecas: existe un consenso general de que se trata del género por excelencia de la densidad poética. Así D. Alonso reduce el corpus de su Poesía Española a la poesía, en oposición a la prosa, y dentro de la poesía, a la lírica: «A estas dos últimas categorías (rigurosamente líricas o fuertemente matizadas de lirismo) pertenecen todos los ejemplos de la presente obra». Con idéntico criterio justifica su elección G. Sobejano [1970: 146] en El epíteto en la lírica española. Para su segunda obra, J. C. [1979: 13] opta por un corpus de investigación, en esta ocasión sólo por vía de ejemplos, únicamente lírico: «... la théorie proposée ici se contentera de la poésie lyrique, que’elle tient pour le genre le plus spécifiquement poétique».

    La exclusión del Barroco, siempre según G. Genette [1969: 136], no se justifica, como quiere J. C., quien aduce el criterio de la homogeneidad de la lengua, pues no cambia fundamentalmente en los autores de la Pléiade; menos aún del Barroco o del Manierismo. En otro orden de cosas, compartimos con J. C. la validez de la elección efectuada por la tradición para dirimir la necesidad metodológica que exige que el investigador y el elector de la muestra sean diferentes. De igual modo participamos de la decisión de excluir del corpus la literatura del s. XVIII, por la escasa relevancia en la evolución de las formas poéticas, criterio que propugna también G. Sobejano [1970: 318].

    Las dos modificaciones significativas, introducidas y justificadas por nuestra parte al hilo de la opinión de G. Genette, nos conducirán a un corpus más riguroso y a unos resultados más veraces. En consecuencia, nuestra verificación se atendrá más al empirismo, que no tiene por qué admitir una evolución lineal. G. Genette [1972: 16] supone que una verificación cuantitativa sobre un corpus que por su descripción equivale al nuestro, perdería en su curva estadística «la belle régularité», por lo demás, de consecuencias imprevisibles, pero en estas circunstancias precisamente se fragua «l’empiricité historique».

    De acuerdo con lo expresado en este apartado, y a tenor de las críticas vertidas sobre el corpus SLP, proponemos el siguiente corpus de investigación (Los textos quedan reseñados en la bibliografía A) al final del artículo). 

Renacimiento

Barroco

Romanticismo

Modernismo

Garcilaso

Lope

Espronceda

Darío

Herrera

Quevedo

Bécquer

M. Machado

Fray Luis

Góngora

Rosalía

J. R. Jiménez

   2.2.2. Evolución de las rimas categoriales (Renacimiento, Barroco, Romanticismo, Modernismo). Verificación estadística. Antes de presentar el cuadro general de la evolución de las rimas no categoriales y el desglose de los cuatro períodos sometidos a estudios, nos detenemos en algunas precisiones sobre la verificación estadística. Los conceptos estadísticos utilizados en nuestro trabajo se encuentran definidos en manuales generales, ya que no es necesario un aparato teórico complejo para nuestros fines, en concreto nos hemos valido de estos dos: uno de carácter general [A.. G. Barbancho: 1989], otro de estadística aplicada a la lingüística [Ch. Muller: 1968].

    El método estadístico nos ahorra trabajar con poblaciones completas, lo que sería casi imposible para un investigador, además de irrelevante. La validez de la muestra depende de que cada elemento tenga las mismas posibilidades de figurar en ella, es decir que sean elegidos al azar [Ch. Muller 1968: 19], y a condición también que la muestra sea suficientemente «grande» [Ch. Muller 1968: 55-67]; califica así este autor las muestras de 50 ítems. Para la elección de los 50 ítems al azar, se ha procedido mediante el método de muestreo aleatorio sistemático [Ch. Muller 1968: 21; A. G. Barbacho 1989: 380]. El cálculo de las medias se efectuará por el procedimiento aritmético habitual; el test de significación de diferencias mediante el método de la teoría de la información, de acuerdo con la formulación, aún en uso, de J. C. He aquí el cuadro general de la evolución de las rimas no categoriales por períodos y autores [1]:

 CUADRO A) RIMAS NO CATEGORIALES (50 ITMS)

 

 

GRUPOS

NÚMERO

PORCENTAJE

MEDIA

         
 

Garcilaso

17

34%

 

A)

Herrera

19

38%

38,6%

 

Fray Luis

22

44%

 
         
 

Lope

23

46%

 

B)

Quevedo

27

54%

52%

 

Góngora

28

56%

 
         
 

Espronceda

24

48%

 

C)

Bécquer

31

62%

60%

 

Rosalía

36

72%

 
         
 

Darío

27

54%

 

D)

M. Machado

30

60%

56%

  J. R. Jiménez 28 56%  

CUADRO B) TEST DE SIGNIFICACIÓN DE DIFERENCIAS

GRUPOS

ESTADÍSTICOS

 

VALOR LÍMITE

DIFERENCIA

A)

1,54

<

3,32

no signif.

B)

1,62

<

3,32

no signif.

C)

8,84

>

3,32

signif.

D)

0,55

<

3,32

no signif.

A)-B)

2,62

>

1,95

signif.

C)-D)

0,24

<

1,95

no signif.

    El test de significación de diferencias revela que los grupos A), B) y D) son homogéneos, al no ser significativas sus diferencias; por el contrario, el grupo C) se comporta como un grupo heterogéneo, debido al bajo porcentaje del comportamiento de la clasificación propuesta en Espronceda (48%). En la relación entre grupos, la diferencia entre A) y B) es significativa por el aumento estadísticamente relevante entre uno y otro período. La diferencia entre C) y D), no significativa, pone de relieve un estancamiento en la progresión de rimas no categoriales. Se impone un comentario por períodos con el fin de matizar estos resultados cuantitativos.

    a) La rima en el Renacimiento. Se observa en las palabras que riman un equilibrio entre las tres categorías básicas del léxico (sustantivo-sustantivo S-S, adjetivo-adjetivo A-A, verbo-verbo V-V), equilibrio que decrece de Garcilaso a Fray Luis; aparece como especialmente significativa, la disminución de verbos que riman entre sí (Garcilaso 12, Herrera 9, Fray Luis 7), siendo la categoría gramatical con más posibilidades en favorecer la rima. Se echa de menos en SLP la matización que comentamos, a que basa la evolución de las rimas en la oposición rimas categoriales / no categoriales, cuantificadas en su totalidad, sin analizar las relaciones que se establecen entre las categorías gramaticales en juego. Verificamos estadísticamente lo expuesto con el siguiente cuadro:

Garcilaso

S-S...11

A-A...10

V-V...12

Herrera

S-S...14

A-A...8

V-V...9

Fray Luis

S-S...11

A-A...10

V-V...7

    Es evidente que en todos los períodos las tres categorías objeto de la estadística anterior, solas o combinadas entre sí, representan la casi totalidad de los términos rimados; no obstante, las demás categorías, aunque en porcentajes ínfimos, resultan significativas cualitativamente por la sorpresa producida en el sentimiento lingüístico. De estas categorías infrecuentes en las rimas, en Garcilaso sólo aparece el adverbio con dos ítems; tres adverbios y un pronombre en Herrera y en Fray Luis. Por otra parte no se constata acumulación excesiva de rimas no categoriales en ninguno de los tres autores; no existen sonetos con sólo rimas no categoriales en Garcilaso, ni en Fray Luis; los de Herrera no han sido examinados en su totalidad.

    b) La rima en el Barroco. El equilibrio cuantitativo se quiebra en las categorías básicas de las palabras rimadas entre ellas. La tendencia iniciada ya en Fray Luis con el menor número de verbos rimados, se acentúa hasta límites cercanos a la ausencia en Góngora (2). Lope, el menos transgresor en cuanto a las rimas no categoriales, aporta, congruentemente se diría, el mayor número de verbos rimados entre sí (9) del Barroco. Observemos el cuadro estadístico:

Lope

S-S...14

A-A...3

V-V...9

Quevedo

S-S...14

A-A...3

V-V...4

Góngora

S-S...11

A-A...3

V-V...2

    Las categorías infrecuentes aumentan en el Barroco, salvo en Quevedo, en número y en clases. Góngora sobresale cuantitativamente (7) y cualitativamente con la aparición de una nueva categoría hasta ahora no registrada en la muestra: el determinante. En cuanto a la acumulación de rimas no categoriales, se constata en este período una notable progresión, sobre todo en Góngora, en el que se registran sonetos y pasajes con todas sus rimas transgresoras [Sonetos: 151, 209; Soledades: 89]. El Barroco, en resumen, presenta una diferencia respecto de Renacimiento estadísticamente significativa, corroborada culitativamente mediante los considerandos de este comentario; Góngora aparece, sin duda, como el caso marcado.

    c) La rima en el Romanticismo. El desequilibrio cuantitativo en las tres categorías básicas que riman entre sí, aumenta entre sus dos autores más representativos, Bécquer y Rosalía, hasta desaparecer el adjetivo de la muestra en el caso de Bécquer. Espronceda presenta un desarrollo atípico en el muestreo de esta figura respecto de los autores del corpus del Romanticismo.

Espronceda

S-S...12

A-A...5

V-V...8

Bécquer

S-S...12

A-A...0

V-V...6

Rosalía

S-S...9

A-A...3

V-V...2

    Las categorías gramaticales infrecuentes arrojan un aumento de pronombres en las rimas, significativo en Bécquer (5) por cuanto pudiera connotar la subjetividad del período. La rima asonante caracteriza este período frente al Renacimiento y el Barroco; los porcentajes de asonantes son altos: Espronceda 20%, Bécquer 82%, Rosalía 78%. Quizá la rima asonante influya en la abundancia de rimas no categoriales, lo que explicaría en términos cuantitativos el porcentaje superior al Modernismo. La connotación el la rimar puede provenir entonces de asonantes y consonantes, como señala magistralmente F. López Estrada [1973: 93-94], si bien sería válida la aplicación de la clasificación en cuestión; las asonantes coinciden con las no categoriales (luz-tú-azul, mejor-yo-visión), las consonantes con las categoriales (bruma-espuma, sonido-gemido, etc, con la excepción de veces-desvaneces).

    d)La rima en el Modernismo. Se acentúa el desequilibrio cuantitativo entre las palabras de la misma categoría gramatical que riman entre sí, con especial incidencia en Darío y J. R. Jiménez, en cuyas muestras están ausentes los verbos rimados; insistimos en el matiz transgresor de esta renuncia ya formulada en el comentario a Góngora. El descenso de rimas asonantes en este período frente al Romanticismo (Darío 14%, M. Machado 30%, J. R. Jiménez 54%) ha camuflado, insistimos el aumento previsible de las rimas en cuestión de un período a otro.

Darío

  S-S...19

A-A...4

V-V...0

M. Machado

S-S...9

A-A...5

V-V...5

J. R. Jiménez

  S-S...19

A-A...3

V-V...0

    Las categorías infrecuentes registran en la muestra la novedad de la aparición de la conjunción en J. R. Jiménez. Otros factores recurrentes de la transgresión alcanzan especial intensidad en este período: las rimas ricas y esdrújulas, ya abundantes en Góngora, las rimas exóticas (Darío: 86-87 clown-Brown, yo-Pierrot, bandolín-spleen, 177 fuese-S). La abundancia, incluso la esclusividad, de rimas no categoriales en poemas completos (J. R. Jiménez: 202, Darío: 196).

    Aunque nos hemos detenido en el modernismo, por respetar una equivalencia con SLP, la preocupación del poeta por evitar las rimas categoriales ha continuado, hasta grados que podíamos tachar de obsesivos, como es el caso que reseña Lázaro Carreter [1993: 13] con motivo del centenario de Jorge Guillén; citamos el párrafo que no tiene desperdicio: «Cuando el verso libre invade la poesía europea, él [J. Guillén] se afinca en la métrica regular, imponiéndose rigores antes no exigidos. Así, por ejemplo, se obliga a no permitir la rima entre palabras de idéntica categoría gramatical; rimará, por tanto, un nombre con un adjetivo o con una forma verbal, pero jamás con otro nombre. Cuando percibí esta rareza, le pregunté el porqué: porque deseaba que nada entrara en el verso sin pasar por la aduana de su propia iniciativa. Al escribir, el lenguaje se anticipa al acto creador haciendo propuestas para la rima: «hermosura» atraerá a «anchura», «hartura», «ternura»... «Si las relaciones son demasiado próximas —me escribía desde California en 1976— ellas funcionan por sí mismas de modo automático, y el autor casi no interviene». Con la regla que se había impuesto, eliminaba esa «extrema facilidad automática».

    Hasta aquí nos hemos movido dentro de unas estadísticas de magnitudes globales, cabe preguntarse si la clasificación de las rimas en cuestión, es productiva en la caracterización estilística de textos cortos, poemas o segmentos de poemas. A priori, por deducción, es lógico que tal cosa ocurra: lo que se predica del todo, debe predicarse de la parte Un ejemplo comprobatorio. El el comentario de A. Carballo Picazo [1973: 62-78]: «En torno a «Mientras por competir con tu cabello» de Góngora, se lee: «... coinciden [en el soneto] rasgos del barroco esenciales: la violencia, la tensión, el dinamismo... la complicación en el artificio». Comparemos las rimas, desde nuestro enfoque, del soneto de Góngora con las del tantas veces parangonado soneto de Garcilaso «En tanto que de rosa y d’azucena»:

 

Garcilaso

Góngora

   

A - Sustantivo

A - Sustantivo

B - Sustantivo

B - Adverbio

B - Adjetivo

B - Sustantivo

A - Adjetivo

A - Adjetivo

   

A - Sustantivo

A - Verbo

B - Adjetivo

B - Adjetivo

B - Adjetivo

B - Adjetivo

A - Verbo

A - Sustantivo

   

C - Sustantivo

C - Sustantivo

D - Adjetivo

D - Adjetivo

E - Sustantivo

C - Adjetivo

   

D - Adjetivo

D - Adjetivo

C - Adjetivo

C - Adverbio

E - Sustantivo

D - Sustantivo

    La asimetría es obvia, pero, sobre todo, dos adverbios en las rimas del soneto de Góngora, ausentes en Garcilaso (incluso el verbo en el verso inicial del segundo cuarteto, en lugar de la posición final que ocupa en el de Garcilaso) violentan, tensan, dinamizan y colman de artificio —parafraseamos a Carballo Picazo— la versión del «viejo tópico» en Góngora. El carpe diem se transforma, y la rima da cuenta de ello también.

    3. CONCLUSIONES

    Una comparación simétrica con los resultados de SLP no es factible, dadas las diferencias ya señaladas entre ambos corpus; no obstante, procede la equiparación de forma matizada. Existen datos coincidentes fundamentales: la progresión de las rimas no categoriales en una y otra literatura; por otra parte, reviste también especial relevancia que la diferencia entre clásicos y románticos sea significativa, en términos estadísticos, y que no sea significativa entre románticos y simbolistas, en ambas literaturas. Para la poesía española la dificultad estriba en la atribución del término «clásico» a los autores elegidos para el Renacimiento y el Barroco. No obstante, para la evolución del fenómeno en estudio, sí es pertinente que las diferencias entre nuestro primer grupo (Renacimiento) y el segundo (Barroco) sean significativas; y a fortiori comparadas con el Romanticismo. Los dos últimos grupos de una y otra poesía (Romanticismo - Simbolismo / Romanticismo - Modernismo) no presentan diferencias significativas, y ello por la imitación de la combinatoria de las rimas según J. C. Creemos que se trata de datos que justifican la validez de la tesis de J. C., y su aplicación a la producción poética en otra lengua.

    Las rimas no categoriales de nuestra poesía arrojan porcentajes muy superiores a los de la poesía francesa en todos los períodos. Considerando el Renacimiento y el Barroco como un solo grupo, el porcentaje se eleva al 45% frente al 18% de los clásicos franceses; el 60% de nuestros románticos frente al 28% del mismo período francés, y al 56 % de los modernistas frente al 30,6% de los simbolistas. Para la diferencia de los clásicos existe una razón coherente con los presupuestos anteriores: la diferencia de géneros, líricos frente a dramaturgos. Para las diferencias tan altas en los períodos restantes aventuramos dos causas: el uso abundante de rimas asonantes y el carácter breve de los poemas de nuestra muestra en la poesía española en oposición al uso exclusivo de la rima consonante y de extensos poemas en la poesía francesa.

    Ningún autor de los tres grupos analizados en SLP queda fuera del grupo mediante el test estadístico, pues la diferencia entre los tres autores de cada grupo no es significativa. Se cumple tal condición en los grupos fijados en nuestra investigación, salvo en el Romanticismo debido al bajo porcentaje registrado por Espronceda, quizá un rasgo más de su dependencia formal del neoclasicismo. De forma equivalente con SLP, nuestra estadística viene a confirmar la homogeneidad formal de los períodos tradicionalmente establecidos por Historia de la Literatura; incluso dentro de cada período el aumento de transgresión en esta figura ha respetado el orden que va de los iniciadores de movimientos literarios a los culminadores de los mismos. La línea de progresión transgresora más «apolínea» registrada por SLP en este recurso, se quiebra en nuestra investigación en cierto modo, creemos que en aras de un empirismo intencionadamente más complejo. La historia de las formas en la literatura está aún por hacer, según G. Genette (1969: 18-18); en esta línea elogia a SLP como «un des ouvrages» «théoriques» parus jusq’á maintenant en France».

 

BIBLIOGRAFÍA

    A) Bibliografía del corpus

    Garcilaso de la Vega, Poesías castellanas completas, ed. de Elías Rivers, Madrid, Cátedra, 1972.

    Fray Luis de León, Poesía, ed. de M. Durán y M. Atlee, Madrid, Cátedra, 1985.

    Fernando de Herrera, Poesía castellana original completa, ed. de C. Cuevas García, Madrid, Cátedra, 1985.

    Lope de Vega, Lírica, ed. de J. M. Blecua, Madrid, Castalia, 1981.

    Francisco de Quevedo, Poesía original completa, ed. de J. M. Blecua, Barcelona, Planeta, 1981.

    Luis de Góngora, Romances, ed. de J. M. de Cosío, Madrid, Alianza Editorial, 1980.

– Sonetos completos, ed. de B. Ciplijauskaité, Madrid, Castalia, 1969.

Soledades, ed. de D. Alonso, Madrid, Alianza Editorial, 1982.

    José de Espronceda, Poesías líricas y fragmentos épicos, ed. de R. Marrats, Madrid, Castalia, 1970.

    Gustavo Adolfo Bécquer, Leyendas. Cartas desde mi celda, ed. de M. P. Pañolo, Barcelona, Planeta, 1982.   

    Rosalía de Castro, En las orillas del Sar, ed. de M. Mayoral, Madrid, Castalia, 1986.

    Rubén Darío, Azul. Prosas profanas, ed. de A. P. Debicki y Michael J. Doudoroff, Madrid, Alhambra, 1985.

    Manuel Machado, Antología (Prólogo, notas y selección de M. De García Ifach), Barcelona, Libros Ríos nuevo, 1982.

    Juan Ramón Jiménez, Segunda antología poética (1898-1918) (Prólogo de Leopoldo de Luis), Madrid, Espasa-Calpe, 1980.

 

    B) Bibliografía que se cita.

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NOTA

[1] Para el cálculo de X2, cfr. Ch. Muller, op. cit., pp. 45-55, aunque la aplicación, por nuestra parte, se realizará de acuerdo con las indicaciones de las consultas realizadas al Departamento de Estadística y Econometría de la Universidad de Málaga. J. C. operó estadísticamente con el aparato teórico-práctico según F. Bacher [1957: 13-25]; tal procedimiento se considera válido actualmente, según el citado Departamento, por lo que los testsde significación serán verificados por dicho procedimiento.