EL LICENCIADO CRISTÓBAL MOSQUERA DE FIGUEROA, ALONSO DE ERCILLA, Y EL SUPUESTO POEMA ÉPICO SOBRE LA GUERRA DE PORTUGAL, Jorge León Gustá, Barcelona (Publicado en Analecta Malacitana, XIX, 1, 1996, págs. 101-109)

 

    Existe una vieja teoría según la cual Alonso de Ercilla dedicó los últimos años de su vida, tras la publicación de la Tercera Parte de la Araucana, a la composición de un nuevo poema épico. Su materia sería la campaña de Portugal, con la victoria naval sobre Felipe Strozzi (1582) y la conquista de la Tercera (1583).

    Ercilla.jpg (669857 bytes)Esta teoría ya la expuso a principio de siglo su biógrafo, José Toribio Medina [1]. Volvía a aludir a ella Carlos Morínigo de manera muy sucinta en la «Introducción» a su coedición de La Araucana [2].

    Recientemente Arthur L.-E Askins ha vuelto a referirse a esta hipótesis, pero la desecha por falta de textos conservados [3]: los únicos que hacen referencia a ello —el romance A los veyntidos de Iulio, editado por él mismo [4], así como las estrofas añadidas a la edición póstuma de la Araucana de 1597— no son prueba suficiente.

    El origen de esta hipótesis se encuentra en dos afirmaciones aparecidas en dos obras históricas del poeta sevillano Cristóbal Mosquera de Figueroa (1547-1610).

    La primera de ellas se publica —en 1586— en un opúsculo titulado «EL CONDE TRI / VVLCIO, CAVALLERIZO / MAYOR DE LA EMPERATRIZ, PIDIO AL / EXCELENTISSIMO MARQVES DE SANCTA crvz / su Retrato y Armas, por orden de la Magestad del Emperador / rodolpho segundo, de Alemania, y Rey de / Bohemia, y Vngria. Y à esta ocasion se hizo el / presente Elogio, o Comentario».

    En él, al referirse a la victoria de labatalla de la Tercera de don Álvaro de Bazán sobre los partidarios de don Antonio en 1583, señala: 

    No trataré en este Co[m]e[n]tario mas largame[n]te destas vltimas jornadas, porq[ue] Do[n] Alo[n]so de Ercilla, en esta vltima parte de la Araucana, escriue estas victorias en verso numeroso, y procedie[n]do co[n]la felicidad felicidad q[ue] de su ingenio se espera, oscurará todos los demás escritos [5].

    Pero cuando en 1589 Pedro Madrigal publica la Tercera Parte de La Araucana, no aparece referencia alguna a esta jornada. Esto ha hecho que se minimizara el valor de la afirmación.

    En 1596 Mosquera publica una segunda obra: el Comentario en breve compendio de disciplina militar. La parte del volumen es un Elogio al retrato de don Álvaro Bazán [6], escrita hacia 1592. A primera vista, se trata de una reedición de El conde Trivvlcio. Allí su redacción ha cambiado significativamente: en el pasaje al que aludimos la nueva materia épica ya no se relaciona con La Araucana, sino que conforma un poema independiente: 

    No trataremos largamente en este elogio destas vltimas jornadas, porque don Alonso de Ercilla a començado a escriuir estas vitorias en verso numeroso, y procediendo con la felicidad que de su ingenio se espera, pondrá en oluido todos los demás escritos. Y en tanto que se publica esta obra heroyca, pondré aqui algunos de diuersos autores [7].

    La afirmación de Mosquera es clara y tajante [8]. José Toribio Medina —con su acostumbrado fervor por todo lo que rodeara a la figura de Ercilla— creyó totalmente en ella. Pero Askins torna con distancia la afirmación, pues no encuentra la explicación del cambio de la redacción de 1586 —como parte de La Araucana— como materia épica independiente [9]—.

    Sin embargo, esta explicación existe. La encontraremos sólo a través del estudio de estas dos obras de Mosquera. Para ello nos serviremos de dos prácticas de investigación. Por un lado, la historia literaria muestra el grado de relación y de amistad entre Ercilla y Mosquera, y la posibilidad que éste tuvo (especialmente hacia 1592) de estar al corriente del quehacer poético de don Alonso. Por otro lado, la crítica textual, a través del estudio de las variantes entre El conde Trivvulcio y el Elogio, muestra que: 1) El conde Trivvulcio no es en su redacción final obra de Mosquera, sino apócrifa. El crédito que podemos darle es mínimo. 2) Mosquera reescribe la versión anterior, con la intención de reintegrarlo a su pureza inicial, a su redactado original. El estudio de las variantes muestra el rigor de las palabras de Mosquera, y cómo su afirmación sobre Ercilla es plenamente fiable.

    1. La Historia Literaria

    La relación entre ambos autores ya ha sido puesta de manifiesto por diferentes críticos: J. Toribio Medina, en su exhaustiva biografía de Ercilla, y Askins, en el artículo que venimos citando. Por ello, me limitaré a resumir los puntos esenciales.

    Según Medina, ambos poetas debieron conocerse en Portugal, pero es un dato equivocado, por incompatibilidad cronológica: Ercilla participa en la batalla contra Strozzi en 1582, y Mosquera como Auditor General en la conquista de la Tercera, en 1583 [10]. Debieron conocerse, más bien, cuando, tras la victoria, Mosquera fue presentado en la Corte a Felipe II, en 1584 y es nombrado corregidor de Écija.

    En su viaje de la Corte a su nuevo destino, Mosquera pasó una breve temporada en El Viso [11], la residencia de don Álvaro, donde escribiría el primer borrador del Elogio. Mientras está en Écija, se publican estos papeles, bajo el título de El conde Trivvlcio, sin fecha ni lugar de impresión, pero con toda seguridad en Lisboa, en 1586 [12]. Su nombre no aparece en la portada, sino en el primer folio.

    El opúsculo es un Retrato del Marqués, que se inicia con un repaso de los orígenes y evolución de la casa de Bazán, cuya culminación es don Álvaro. Posteriormente, repasa la trayectoria del Almirante, cuyo acmé sitúa en la victoria sobre las tropas de Felipe Strozzi y los partidarios de don Antonio, prior de Crato, en la Tercera.

    Intercalados a la narración de los sucesos históricos se distribuye una serie de poemas. Y es aquí donde entra en escena Ercilla. Éste escribió el conocido romance «A los veyntidos de Iulio» sobre la batalla de 1582.

    Como contrapartida, Mosquera publica en la Tercera Parte de La Araucana un Elogio a Ercilla [13]. Esta colaboración mutua permite suponer una relación intensa, que llevaría a Mosquera a conocer la actividad literaria de Ercilla por esos años, y a considerarlo un «licenciado de la intimidad de Ercilla», al decir de Medina [14].

    Todo esto hace que resulte inverosímil adjudicar la autoría de la primera afirmación de El conde Trivvlcio a Mosquera.

    Los datos posteriores revelan que esta amistad se mantuvo hasta después de la muerte de don Alonso. Así, vemos que Mosquera aparece en 1592 como testigo de una carta de pago de Ercilla. Ya muerto don Alonso, Mosquera ayudó en dos ocasiones, en el año 1602, a la viuda del poeta épico, doña María de Bazán, en el cobro de ciertas rentas [15].

    Y es precisamente por esta época —en concreto, entre 1592 y 1594— que Mosquera reescribe y reedita El conde Trivvlcio con su nuevo título: Elogio al retrato de don Álvaro Bazán.

    El Elogio ha sido considerado una reedición, con ciertas variantes, de El conde Trivvlcio. Entre otras variantes —aparte del texto en prosa— destaca la nueva inclusión de un soneto cervantino («No ha menester el que tus hechos canta» [16]) y otro de Barahona de Soto («Este y aquel fanal, sacro Filipo» [17]). Por otra parte, se suprime el romance A los veyntidos de Iulio, y aparece la alusión a Ercilla y su nueva actividad literaria —que hemos transcrito al principio de estas páginas— sobre un poema épico acerca de la victoria de la Tercera y, como novedad, sin ninguna relación con La Araucana.

    Destaca una carta final, dirigida al hijo de don Álvaro de Bazán, el nuevo Marqués de Santa Cruz. En ella, tras recordar la figura del ilustre marino, Mosquera escribe: 

    [...] suplico reciba por aora este discurso, como vna imagen o escultura, que auiendo sido afeada de manos agenas, y agenas de erudicion, sin consultarlo comigo se sacò en publico, de suerte q[ue] a sido necessario boluer a su primero autor, para darle algun lustre y colores que se le auian estragado, mezclando cosas fabulosas y sin fundamento, con las que son ta[n] ciertas y claras, como la luz del dia [18].

    Se pueden deducir dos cuestiones básicas. Primera: Mosquera repudia la autoría de El conde Trivvlcio, pues, aunque se trata de una obra suya, fue «afeada de manos agenas, y agenas de erudicion». Segunda: ha reescrito totalmente la obra, dándole un nuevo carácter —más objetivo y erudito—, de manera que se acerque a la realidad de los acontecimientos históricos.

    Por ello, como veremos ahora mismo, la reescritura ha sido especialmente minuciosa. Una comparación de ambos textos lo muestra de manera clarísima, a la vez que pone de manifiesto el conocimiento que Mosquera tenía de la última actividad literaria de Ercilla.

    Pero esto ya pertenece al estudio de variantes; es decir, a la crítica textual.

    2. La Crítica Literaria

    Como se ha indicado, El conde Trivvlcio se publicó en dos formatos, uno en «gran papel», en 12 fols. y otro en 4º, de 16 fols., ambos con texto idéntico [19]. Este libro es el que Mosquera repudia. Sólo intentando desentrañar esta actitud podrá comprenderse el verdadero alcance del cambio que va de la primera alusión a Ercilla en El conde Trivvlcio a la segunda alusión, en el Elogio.

    Mosquera rechaza la autoría de El conde Trivvlcio por su falta erudición. Esta característica, con todo, se achaca única y exclusivamente al texto (y no a los poemas que se intercalan, pues se repiten en su mayoría en el Elogio), y resulta obvio si se comparan diferentes fragmentos y sus distintas redacciones.

    Según la versión, leemos sobre el origen de la casa de Bazán:

     - En El conde Trivvlcio:

    Y porq[ue] se vea la correspo[n]de[n]cia q[ue] las virtudes tiene[n] con la verdadera nobleza, de do[n]de se deriua su esclarescido origen entre los hombres, razon será, q[ue] se escriua aqui en suma, haziendo discurso del nombre y antiguedad desta ilustrissima Casa: porque los antiguos Caualleros deste apellido y nombre de Baçán fueron siempre muy estimados de los belicosos Godos, y trae su origen dellos, porq[ue] los que lo posseyan de antes se llamauan Bastánes famosos fundadores de aq[ue]lla insigne ciudad llamada Bastán, ensalçada con su propio nombre en aquella Prouincia [...] [20].

    - En el Elogio:

   Y porque se vea la correspondencia que las virtudes tienen con la verdadera nobleza, de donde se deriua su alto y esclarecido origen entre los hombres, razon serà que se escriua aqui en suma el no[m]bre y antiguedad desta ilustrissima casa. Y para no errar en esta materia, y dezir cosas ciertas, y huyr de las fabulas q[ue] produze la lisonja indigna de historia aute[n]tica,y odiosa para los oydos zeladores de la verdad, ay necessidad de gouernarnos por autores que la professen [...] [21].

    A partir de aquí los dos textos difieren considerablemente. El conde Trivvlcio busca los orígenes de la casa de Bazán con anterioridad a la invasión musulmana, pero con raigambre hispanorromana, y los entronca, posteriormente, con los reyes godos [22].

    La versión del Elogio es radicalmente distinta, no sólo en el estilo, sino en el espíritu. Después de citar la fuente bibliográfica consultada [23], se ciñe a ella, y sólo da datos posteriores a la invasión musulmana. Cuando no es así, indica que se trata de suposiciones a su juicio verosímiles: 

    Deste valle [valle de Batzán, o Bazán, en Navarra] tuuieron su indubitable origen los caualleros deste noble apellido: cuya antiguedad en estas montañas si se pudiera prouar, como la razon lo encamina, fundándose en fuertes conjeturas, era muy poco persuadirse ser de tiempo mas atras que la dicha batalla [Roncesvalles], pues estas tierras fueron las primeras que se poblaron en España por Tubal nieto de Noe, y por sus decendientes despues del vniuersal diluuio, y aquella su primera lengua llamada Bascuence [...]. Esta verisimilitud no se puede prouar por el descuydo de los Reyes antiguos deste reyno [...], por no hauer tenido historiadores, que con cuydado refiriessen las cosas de sus tiempos, y con diligencia inquiriessen las de los passados, de donde resulta auerlas cubierto el oluido...[24]

 

    Se encuentran, así, dos maneras completamente diferentes de proceder. Ambos tienen un mismo objetivo: otorgar la máxima antigüedad al linaje de la casa de Bazán. Pero, mientras El conde Trivvlcio casi no cita fuentes [25], y su proceder historiográfico deja mucho que desear, el Elogio es extremadamente cauto, con una actitud pre-historicista, al citar sus bases bibliográficas, y advertir cuando se trata de suposiciones o hipótesis, siempre deducibles y siempre fruto —supuestamente— de la lógica.

    El estilo de El conde Trivvlcio no parece propio de Mosquera quien, como demuestra en otros lugares, gusta de citar hasta extremos exagerados a autores y autoridades [26].

    Si se lee de nuevo atentamente el primer fragmento antes transcrito del Elogio (que, significativamente, no está en la primera versión), podremos encontrarle su justo significado:

    Y para no errar en esta materia, y dezir cosas ciertas, y huyr de las fabulas q[ue] produze la lisonja indigna de historia aute[n]tica, y odiosa para los oydos zeladores de la verdad, ay necessidad de gouernarnos por autores que la professen...[27]

    Aquí Mosquera parece advertir sobre algo. En realidad, siendo una segunda edición, es lógico comprender que se está refiriendo a los errores —incluso falta de rigor historiográfico, es decir, de «erudición»— cometidos por El conde Trivvlcio, y que ahora trata de subsanar.

3. El Apócrifo Autor

    La insistencia de Mosquera hace sospechar que éste conocería al autor apócrifo. Los datos internos de la obra apuntan al prior Iuan Ochoa de la Salde. No hay ningún dato externo que refuerce esta hipótesis, pero su presencia en el opúsculo es constante. 1) Su nombre aparece en relación, según Askin [28], con el impresor que editó El conde Trivvlcio en 1586. Efectivamente, Antonio Ribeiro había publicado la Primera parte de la Carolea en 1585, del prior Juan Ochoa de la Salde. En ella se utiliza, precisamente, el escudo con el grabado de las armas del Marqués en la portada. 2) En la portada de El conde Trivvlcio, bajo el título, aparece ese escudo de las armas del Marqués. Debajo, una cuarteta elogiosa («DE Alcides las Columnas en tu Escudo / Iustamente pintar MARQVES pudiste, / Pues, como aquel los monstros vencer pudo, / Los de tu tiempo tu tambien venciste»); va precedida por el nombre del autor: Del Prior Iuan Ochoa de la Salde à las Armas del Marques. Resulta un tanto sospechoso que aparezca su nombre en la portada, y se relegue el de Mosquera —el supuesto autor— al fol. 1, con el título que encabeza el texto [29]. Tanto esta portada, como el escudo de armas y su cuarteta, desaparecen de la versión del Elogio en 1596. 3) Es, junto a Femando de Herrera, el único historiador contemporáneo al que cita, y elogiosamente [30]. 4) El conde Trivvlcio se cierra con un soneto del mismo prior («Hagate siempre honor de eterno exemplo»). En el Elogio de 1596 ocupa un lugar intermedio, de manera que ya no abre y cierra la obra, sino que queda diluido entre otros elogios al Marqués.

    4. Final

    Un análisis más profundo de ambas obras y de sus variantes indica que las correcciones a las que Mosquera somete el texto no afectan solamente a los datos históricos u otras afirmaciones hechas por el autor apócrifo, sino que llega a los más mínimos detalles, como consecuencia de la reedición de una obra casi diez años después de su primera redacción.

    Se lee en El conde Trivvlcio: «[...] Retrato deste Capitan famosissimo, que yo vi feliçeme[n]te delineado y colorido por mano del ingenioso Phelipe de Liaño en Madrid este año de 1584» (s. n., pero fol. 11v.). En el Elogio, en cambio, se lee: «[...] retrato deste Capitan famosissimo, que yo vi co[n] particular propiedad y biueza colorido, por mano del ingenioso Felipe de Liaño en Madrid, año 1584» (fol. 182v.). Aparte de los cambios estilísticos, nos importa la desaparición del demostrativo «este año de 1584», [1586]; «el año 1584», [1596]. Mosquera ha reescrito el fragmento consciente de que el año 84 ya no es cercano al lector.

    Esta corrección es fundamental para el objetivo que nos hemos propuesto, pues demuestra ya definitivamente cómo Mosquera corrigió concienzudamente los errores —y los que no lo eran— de la edición apócrifa. La conclusión es obvia.

    En 1586 el autor apócrifo dice que Ercilla está preparando algún canto para la Tercera Parte de la Araucana sobre la campaña de la Tercera. Por su parte, la versión «autorizada» de 1596, reescrita minuciosamente años después, insiste sobre el proyecto de don Alonso de la Tercera como materia épica, pero no se asocia en ningún momento a la Araucana, sino que se considera independientemente.

    La alusión apócrifa de 1586 tiene una explicación plausible: Ochoa de la Salde —o quien fuese, pero en ningún caso Mosquera—, al ver la referencia a Ercilla, la asoció —sin un conocimiento directo de sus actividades—, a su conocido poema, del cual aún tenía pendiente de publicación una Tercera Parte. Pero al reescribir Mosquera el Elogio, entre 1590 —fecha de la princeps de la Araucana— y 1594 —fecha de la muerte de Ercilla—, el licenciado sabía que «don Alonso de Ercilla a començado a escriuir estas vitorias en verso numeroso...». Es decir: estaba inmerso en un nuevo proyecto —probablemente hacia 1592, cuando Mosquera figura como testigo en la mencionada carta de pago de Ercilla—, proyecto que ya no era la Araucana, por lo que no la cita. Se trataría, más bien, de otra «obra heroyca» que, evidentemente, la muerte hizo que no se acabase, tal como ya supuso Medina en la edición monumental del poema ercillano. Este proyecto, como es lógico suponer, tendría como tema la batalla de las Azores, o, en general, la campaña de Portugal, de la que la victoria de don Álvaro Bazán sobre Felipe Strozzi fue la batalla decisiva [31]. Su relación con el romance «A los veyntidos de Iulio» es evidente, de ahí que se suprimiera [32].

 

NOTAS

[1] Alonso de Ercilla, La Araucana, vol. III (Ed. del Centenario, José Toribio Medina), Santiago de Chile, 1910-1917, pág. 197.

[2] M. A. Morínigo, «Introducción biográfica y crítica» a A. de Ercilla, La Araucana (ed. de M. A. Morínigo e I. Lerner), vol. I, Castalia, 21987, Madrid, 2 vols., págs. 14-15.

[3] Arthur F.-Askins, «El romance de Ercilla A los veyntidos de Iulio», en Homenaje a Eugenio Asensio, Gredos, Madrid, 1988, págs. 57-66.

[4] Vid. loc. cit.

[5] Fol. 9v.

[6] El libro se compone de tres obras temática y estructuralmente independientes. La primera, que da título al volumen, es un relato de la conquista de la isla de la Tercera. Le sigue, a partir del fol. 136, las Reglas de vida que el diácono Agapito escribió para el emperador Iustiniano, traducción de un libro bizantino, probablemente a partir de alguna traducción latina —quizá de Iulio Ferreto— (sobre ello, vid. Bravo García, «Dos traducciones de Agapeto impresas en el siglo XVI», en Revista de Filología Románica, II, 1984, págs. 225-232). La tercera obra, que es la que ahora nos ocupa, va del fol. 151 al 184.

[7] Comentario en breve compendio de disciplina militar [...]. En Madrid, por Luis Sánchez, año 1596, fols. 174-175.

[8] Puede sorprender el hecho de que esta frase se publique en 1596, dos años después de la muerte de Ercilla, ocurrida en 1594. La explicación es lógica: las aprobaciones del Comentario nos indican que la obra estaba acabada mucho antes, pues se fechan el 23 de Noviembre de 1951 y el 8 de Junio de 1952; en cambio, el privilegio es del 24 de Agosto de 1954. Algún contratiempo —quizá las ocupaciones del propio Mosquera— retrasaría la publicación hasta verano del 96. Es importante advertir que el propio autor añadió una carta final dirigida al hijo de Don Álvaro fechada el 25 de Mayo de 1596, y de la que tendremos ocasión de hablar.

[9] Arthur L.- E Askins, op. cit., pág. 66. Para él este párrafo «ha dado a su vez más alas a la idea de que Ercilla en sus últimos años escribiese un poema (¿otra epopeya?) sobre los hechos del Marqués mismo».

[10] La participación directa de Ercilla en la campaña de Portugal no está demostrada, pero así la supone Medina (op. cit., vol. III págs. 148-149) y acepta como obvia, a la vista de otros datos, Askins, op. cit., pág. 57.

[11] Allí hizo erigir una lápida conmemorativa de la victoria de la Tercera, fechada en «Kalend. Ianua. Ann. 1585» (El conde Trivvlcio, fol. 11v.).

[12] Askins, op. cit., pág. 62.

[13] Este Elogio acabó publicándose al principio de la ed. completa del poema épico a partir del siglo XVII, hasta 1827, año en el que el impresor barcelonés Juan Francisco Piferrer lo suprime, tendencia que siguen los editores modernos. No se publica ni en la ed. conjunta de Morínigo y Lerner, Madrid, Castalia, 1979, ni en la de Lerner, Cátedra, Madrid, 1993. Por otra parte, para Askins, loc. cit., pág. 65, este cruce de colaboraciones entre Ercilla y Mosquera, tendría unos objetivos más amplios, pero sería un proyecto que naufragaría «por cualquier motivo». Para las eds. antiguas de La Araucana, vid. Medina, op. cit., vol. IV, págs. 15 y sigs.

[14] Medina, op. cit., vol. III, pág. 83.

[15] Medina, op. cit., vol. II, pág. 389, doc. CCCXCV; págs. 509-510, docs., DXXII y DXXIII, respectivamente.

[16] Fols. 177-178.

[17] Fol. 183.

[18] Fol. 184v. El subrayado es mío.

[19] Askins, op. cit., pág. 62.

[20] Fol. 3.

[21] Fol. 154. Subrayo las variantes.

[22] «[...] y por el valor y esfuerço de sus personas en muchas empresas y victorias los Godos se aco[m]pañaron dellos, y se señalaron en sus conquistas. Y affirman autores hauer hauido tres Reyes deste appellido, como don Tulgas Scinda (segu[n]do deste nombre) de Bastán, en la era de 683. El segu[n]do Do[n] Cindas vindo de Bastán, era de 685. El tercero Don Recisvindo de Bastán, era de 695. Y los Condes Don Gonçalo y Don Nuño Go[n]çalez de Bastán, que biuian año de 892 y 1030». (El conde Trivvlcio, fol. 3). Incluso convierte a un Bazán —don Alonso Gonçález de Bastán— en el único superviviente de la batalla del Guadalete, «q[ue] fue de los q[ue] se retiraron y recogiero[n] a vna parte de los mo[n]tes Perencos, q[ue] diuide à Fra[n]cia de España, do[n]de por su valor y esfuerço todos le nombraron alli por su Capita[n], y defensor, para q[ue] los gouernasse y amparasse de alli adela[n]te». (El conde Trivvlcio, fol. 3).

[23] «[...] y entre muchos [autores] que he visto co[n] particular desseo de acertar en esto, ninguno he hallado co[n] mas puntualidad que Esteuan de Garibay criado del Rey don Felipe segundo nuestro señor, y su Chronista; de cuya legalidad en sus escritos tiene tanta noticia España, como parece por su historia general, à la cual he ydo siguiendo para escribir desta casa antiquissima [...]» (fols. 154-155).

[24] Fols. 155-156. Los subrayados son míos. Con todo, no deja de sorprender —por decirlo de algún modo— hasta dónde podía llegar la verosimilitud de la época.

[25] Sólo cita en algún momento de estos párrafos transcritos, «la Chronica de España reformada primera parte capitulo segundo» para referirse al valle de «Bastan», como valle de «Baçan», sin hacer alusión a ningún otro dato.

[26] Vid., por ejemplo, un fragmento del principio del Comentario, en el mismo volumen. Si bien no lleno de citas, sí de alusión monótona a autores, tanto antiguos como modernos: «Y assi conforme a Eliano, el que mejor entendio en formar esquadrones, fue Homero, y el en su Iliada hizo particular memoria de los caualleros que fueron señalados en este primor: y Pirro Epirota escriuio la forma de ordenar vn exercito, y su hijo Alexa[n]dro, y Possidonio Stoico, y Iphicrates, y Onosandro Platonico, y Xenofon, y el Emperador Leo[n] Quinto, Celso, Trajano, y Adriano, y Rafael Volaterrano, en el libro treynta de su Filologia, que refiere algo desto entre los Latinos, co[n] Vegecio, y Iulio Frontino, Iulio Ferreto Iurisco[n]sulto, de re militari terrestri, & nauali, y Valerio de disciplina militar, y Polibio libro sexto, y Guillermo Choul, en Frances, en su discurso de religio[n] y disciplina militar, y Antonio Cornazano, q[ue] lo trata particularm[n]te, y en Italiano Alfonso Adriano, Marco Lauro Georgieri, Nicolao Tartalia, y Botero de la ragion de stato lib. 6 [...]» (fols 4-5, por errata, 8). Las alusiones continúan unas cuantas líneas más. Ya J. A. Maravall, que comenta este pasaje en su libro Antiguos y modernos, Madrid, Sociedad de Estudios y Publicaciones, 1966, señala que Mosquera obra así «por seguir un hábito, aunque le parece absurdo» (pág. 549). La considere absurda o no la costumbre, la repite en el prólogo que escribe a Canciones y Villanescas de Francisco Guerrero (publicado en Venecia en 1589; también puede consultarse en Gallardo, Ensayo, vol. III, col. 135), con alusiones a autores, mitos, etc. Este hábito al que se refiere Maravall estaría particularmente extendido en los círculos sevillanos, si atendemos a las referencias eruditas de las Anotaciones herrerianas.

[27] Fol. 154.

[28] Askins, op. cit., pág. 63.

[29] Este título que, por otra parte, se corresponde con el que se publicará en 1596, es el siguiente: «ELOGIO / AL RETRATO DEL EXCELENTISSIMO / Señor Don Aluaro de Baçán, Marques de Sancta Cruz, señor de las / Villas del Viso y Valdepeñas, Comendador mayor de León, del / Co[n]sejo de su Magestad, y su Capitan General del mar Oceano, / y de la gente de guerra del Reyno de Portugál. / Del licenciado Mosquera de Figueroa». Sigue un retrato del Marqués y, debajo, se inicia el texto del elogio.

[30] «Todas estas e[n]presas sumariame[n]se te verán tratadas en la Carolea Inchiridio[n] de Iuan Ochoa de la Salde, do[n]de procede por Annales co[n] particular curiosidad de los tie[n]pos» (fol. 6v.).

[31] Aunque no es mi intención entrar en la polémica, esta misma relación se guarda con el canto final de la Araucana y las adiciones póstumas de 1597, un canto que está tan alejado temática, argumental como estructuralmente del poema. Sobre ello, vid. J. Durand, «La Araucana en sus 35 cantos originales», Anuario de Letras (México), 16, 1978, págs. 291-294.

[32] No quisiera acabar estas líneas sin expresar mi gratitud a Rosa Navarro Durán, quien tan certeras indicaciones me hizo sobre ellas.