Daniel Riaño Rufilanchas, Aplicaciones de Macintosh a la Filología Clásica, «Instrumenta studiorum», Ediciones Clásicas, Madrid, 1998, X, 180 págs (Cristóbal Macías Villalobos, Universidad de Málaga) (Reseña publicada en Analecta Malacitana, XXII, 1, 1999, págs.).

 

    Este libro, como su autor dice, está dirigido específicamente a los filólogos, lingüistas y estudiantes universitarios de lenguas clásicas que trabajan con ordenadores Apple Macintosh y compatibles (Power Computing, Motorola, Umax, etc.). En él se dan indicaciones sobre el manejo de programas informáticos diseñados sobre todo para el ámbito de la filología clásica. Los estudiosos de clásica que trabajan con ordenadores PC pueden sacar también provecho de este manual, aunque para ello deben conocer las «técnicas básicas» del Mac. Asimismo, el posible lector no tiene por qué tener unos grandes conocimientos de informática, aunque sí debe estar familiarizado con los instrumentos y métodos del filólogo clásico.

    Tras la Presentación (págs. VII-X), dedicada a explicar el manejo del manual y a hacer saber que los programas reseñados han sido probados personalmente por el autor, el libro se estructura en siete capítulos y cuatro apéndices. De los capítulos, el 1, parte del 2 (de 2.1 a 2.3), 3, 6 y 7 son descripciones técnicas generales aplicables al entorno Mac (y a veces también a PC), mientras que de 2.4 a 2.5, 4 y 5 están dedicados expresamente a reseñar programas y utilidades destinadas al trabajo filológico en este entorno.

    El capítulo 1, «Algunos conceptos básicos» (págs. 1-8), sirve de introducción, y en él se recuerdan al usuario, más bien principiante, algunos conceptos fundamentales referidos al funcionamiento de su Mac; por ejemplo, los tipos de memoria que existen o la diferencia entre los conceptos de freeware, shareware y «dominio público».

    En el capítulo 2, «Fuentes y teclado» (págs. 9-44), se introduce al usuario en el complejo mundo de las fuentes, con especial atención a las fuentes de griego antiguo y a algunos tiparios para lingüistas o para la edición filológica de textos en Mac. Especialmente interesante es la sección 2.4, que el autor dedica al trabajo con el griego antiguo en Mac. Dentro de ésta, destacamos los apartados 2.4.1, dedicado a describir el Beta Code (BC), el estándar para la transcripción del griego antiguo más usado en la actualidad, y el 2.4.5, en el que se incluye la lista de tiparios para griego antiguo.

    El capítulo 3, «Programas de propósito general empleados en el trabajo filológico» (págs. 45-78), está consagrado a la descripción de ciertas herramientas informáticas que, aunque específicamente no están diseñadas para el trabajo filológico, pueden tener aplicación y utilidad también en este campo. Así se describen someramente y se comparan siete procesadores de textos habituales en el entorno Mac (WriteNow 4, MacWrite Pro, Microsoft Word v. 5.1, ClarisWorks v. 4, WordPerfect v. 3.0, Nisus Writer v. 4.1.2 y Microsoft Word v. 6.0.1) y se presentan dos programas, el Transcribe v. 3.21 y el Add / Strip v. 3.2.2, que permiten hacer cambios sistemáticos definidos por el usuario, como por ejemplo traducir secciones de texto escritas en una fuente y pasarla a otra que tenga distinto mapeado.

    Una de las principales aplicaciones en cualquier ordenador es un gestor de bases de datos. Entre las bases de datos de propósito general, el entorno Macintosh cuenta con el FileMaker Pro v. 2, entre las bases de datos estáticas, y con FoxPro v. 2.6, 4thDimension y FileMaker Pro v. 3, entre las bases de datos relacionales. Específicamente pensados para la confección de aparatos bibliográficos contamos con programas de bases de datos bibliográficas (PBDB). Entre las disponibles para Mac se cuentan: BookEnds Pro v. 2.0, Reference Manager v. 2.0 y EndNote v. 2.0.

    Interesante para el trabajo filológico es el manejo de programas de ocr, es decir, programas que permiten escanear textos para ser utilizado posteriormente en nuestro procesador. Se describen dos: Omnipage Professional v. 7 y TextBridge v. 3.0, que se cuentan entre los mejores del mercado, aunque tienen grandes requerimientos de memoria RAM.

    El capítulo termina con la referencia a dos programas, Hypercard de Claris y Supercard de Allegiant Technologies, que son dos herramientas que permiten al usuario diseñar multitud de aplicaciones adaptadas a sus necesidades específicas. Entre sus prestaciones se cuentan, por ejemplo, desde la posibilidad de alterar los elementos de una lista hasta complejas aplicaciones para analizar morfológicamente un texto griego.

    El capítulo 4, «Bases de datos textuales y bibliográficas» (págs. 79-112), es uno de los consagrados por entero a describir programas y aplicaciones específicamente diseñados para el trabajo del filólogo clásico. Entre las colecciones de textos en CD-ROM, el autor menciona en primer lugar las dedicadas a los textos griegos. El más importante es el Thesaurus Linguae Graecae (TLG), proyecto cuya meta es recoger en formato electrónico todos los textos griegos conservados desde Homero hasta aproximadamente el 600 d. C. De los 73 millones de palabras que componen la literatura conservada de este período, ya se han verificado unos 71 millones.

    Para realizar búsquedas a partir del TLG (y del PHI CD-ROM) hay dos buenos programas para Macintosh, Pandora v. 2.5.3 y SNS Greek v. 3.2. Ambos pueden emplear operadores lógicos y exportar los resultados en formato RTF y sólo-texto. Las búsquedas pueden hacerse por autores u obras, aunque no limitarse a una parte de una obra. Algo diferente es el TLG Engine v. 2.02, programa para exportar textos desde el TLG y construir concordancias.

    En el terreno de la epigrafía, se cuenta con el Packard Humanities Institute (PHI) CD-ROM, que son dos discos con textos epigráficos y papirológicos griegos y latinos, y textos literarios latinos. Su principal objetivo es completar los documentos de la lengua griega antigua transmitidos a partir del primer milenio a. C. y que no entran dentro de los objetivos del TLG. No recoge, en cambio, los papiros literarios editados en las colecciones papiráceas normales. A esto se añaden colaboraciones epigráficas y papirológicas latinas.

    En lo que se refiere a la papirología, contamos con el The Duke Data Bank of Documentary Papyri (DDBDP), proyecto apoyado por el PHI, que incluye 483 volúmenes o colecciones y cerca de un 96% de los 4,4 millones de palabras que se calcula que suman todas las ediciones de papiros documentales, tablillas y ostraca griegos escritos entre los siglos IV a. C. y VIII d. C. llegados hasta nosotros. El CD también incluye los textos latinos contenidos en los volúmenes 1-46 de las Chartae Latinae Antiquiores. Para Mac está disponible el Homer in the Papyri 1.0, dos disquetes de 800 kb con el testimonio y las variantes de todos los papiros conocidos de Homero.

    Respecto al latín, los textos literarios están disponibles en Packard Humanities Institute CD-ROM, que contiene la casi totalidad de la literatura latina desde sus orígenes hasta el 200 d. C., comentarios sobre Virgilio y Horacio y los Digesta Iustiniani; Aureae Latinitatis Bibliotheca, sólo para el entorno PC con sistema MS-DOS, contiene una selección de los 59 autores principales de la literatura latina de la época republicana y alto imperial. Este último CD tiene su propio programa de búsqueda.

    A la literatura cristiana están dedicados los siguientes: CETEDOC Library of Christian Latin Texts (CLCLT-3), no disponible para Mac, que trata de editar los 250 volúmenes de que constan la Series Latina y Continuatio Medievalis del Corpus Christianorum, además de autores procedentes de colecciones como las Sources Chrétiennes o el Corpus Scriptorum Ecclesiasticorum Latinorum, la Vulgata y los pseudoepígrafes del AT. El CD-ROM incluye su propio programa de búsqueda para Windows 95. Patrologia Latina Database (PLD), no disponible para Mac, contiene en cinco CD-ROMS los 217 volúmenes de la Patrologia Latina de Migne y su programa de búsqueda es bastante completo. Thomae Aquinatis opera omnia cum hypertextibus, no disponible para Mac, recoge las obras del santo medieval (118 escritos), además de 61 obras de otros autores medievales. Lleva su propio programa de búsquedas para MS-DOS. Archive of Celtic-Latin Literature, no disponible para Mac, contiene el corpus de la literatura celto-latina desde el 400 hasta el 1200 d. C. Corpus Augustinianum, no disponible para Mac, incluye su propio programa de búsqueda.

    En cuanto a la epigrafía latina, el más importante es Epigraph: A Database of Roman Inscriptions, versión electrónica del CIL, vol. VI, en un formato bastante distinto al de los archivos epigráficos del PHI. Contiene un programa de búsqueda para Mac.

    En el terreno de la lexicografía sólo está disponible el CETEDOC Index of Latin Forms on CD-ROM (CILE), sin software para Mac, que incluye una formidable base de datos con formas léxicas latinas recogidas de los fondos informáticos del CETEDOC. Hay que advertir que está comenzando a desarrollarse una versión electrónica del Thesaurus Linguae Latinae (TLL). Próximamente aparecerá el Opera Latina, CD-ROM con el texto latino analizado morfosintácticamente de 77 obras de 18 autores clásicos latinos desde Catón hasta Plinio el Joven. Otros CDS de interés son In principio. Incipit Index of Latin Texts v.3, base de datos de incipits latinos que reúne ya unas 500.000 entradas, y la Bibliotheca Iuris Antiqui (BIA), reunión de tres bases de datos sobre derecho antiguo.

    En cuanto a la Biblia, el autor presenta dos programas fundamentales: acCordance v. 2.1, programa para el estudio de testimonios bíblicos en hebreo, griego y en varias lenguas modernas, y Online Bible v. 2.5.2, programa freeware que está pensado para el estudio de los textos bíblicos, sobre todo desde un punto de vista religioso, aunque también filológico y lingüístico.

    En formato electrónico se puede encontrar también parte de la bibliografía que existe sobre los estudios clásicos. Entre los programas disponibles destacamos: Bibliographie Papyrologique 1.0, recoge bibliografía sobre papiros, historia y cultura del Egipto ptolemaico, romano y bizantino; The Database of Classical Bibliography (DBC) v. 2, versión electrónica ampliada de L’année Philologique, que en su segunda edición recoge ya los vols. 45-60 (1974-1989); GNOMON bibliographische Datenbank, disponible sólo para Windows 3.1, es una versión electrónica de la conocida base de datos con unos 190.000 registros bibliográficos sobre filología clásica, historia antigua y arqueología (desde 1925 hasta la actualidad).

    En el apartado «multimedia» el autor reseña sobre todo dos CD-ROMS: Perseus # 2.0, que trata de integrar en una única base de datos gran cantidad de material (textos, fotografías, mapas) referido al mundo griego antiguo, en particular al siglo v ateniense; y el Vergil reference CD-ROM, con la edición oxoniense de Hirtzel, una traducción inglesa de la misma y diversas obras de referencia.

    El capítulo 5, «Aplicaciones específicas para filología clásica» (págs. 113-134), está dedicado a presentar diversas utilidades específicas para el trabajo del filólogo o del lingüista. Así, para el análisis gramatical el autor reseña dos programas: PC-KIMMO v. 21b5, analizador morfológico basado en el modelo de dos niveles de Kimmo Koskeniemmi, y el PC-PATR v. 0.97a9, analizador sintáctico correspondiente al morfológico ya mencionado. Para el análisis sintáctico y la anotación gramatical de textos tenemos sobre todo el IT v. 1.01r7, programa shareware de pequeño tamaño que permite crear corpora de textos analizados por el usuario, y Aristarchus 1b, aplicación creada por el autor de este manual, pensada para recoger la mayor cantidad de información gramatical a partir de un análisis sintáctico realizado directamente sobre el ordenador. Para la edición crítica se presentan dos programas, Collate v. 2, diseñado para la colación de manuscritos o de cualquier texto pasado a formato electrónico dentro de un Macintosh, y Multimodular Philological Workstation, programa que trata de abarcar casi todas las fases de que consta una edición crítica. Para la creación de léxicos, índices y concordancias se presentan los siguientes: AnyText, Conc 1.76b, Concorder v. 2.0.1, Free Text Browser v. 1.02 y Lexis v. 2.08, el más completo y rápido de todos.

    Entre los programas para la enseñanza del griego y del latín, destacamos: Introduction to Attic Greek, uno de los mejores para introducir al alumno en el estudio del griego antiguo, que consta de cuatro secciones de ejercicios: pronunciación, acentuación, morfología verbal y nominal; Verbes grecs II, el mejor programa para los ejercicios de morfología verbal griega en entorno Mac; MET 1.1.4a, programa de ayuda para el estudio de la métrica de Homero; Latinitas v. 1.1, programa de ayuda al estudio de la declinación y la conjugación latinas; y LatinNow, que ofrece al alumno textos anotados con traducción de cada palabra, información gramatical y comentarios.

    El capítulo 6, «Utilidades para todo» (págs. 135-152), recoge información técnica general para el usuario de Mac, como el modo de recuperar documentos borrados o cuál es el mejor antivirus para este entorno.

    El capítulo 7, «Presentación e intercambio de documentos en formato electrónico» (págs. 153-161), está dedicado a los problemas de formato que plantea el intercambio de archivos entre usuarios, sobre todo cuando no se conoce la plataforma que utiliza el destinatario.

    El libro termina con cuatro apéndices: uno dedicado al tema de Internet (págs. 162-168), otro con un pequeño glosario de términos técnicos usados a lo largo del manual (págs. 169-172), un apéndice de distribuidores de los productos y, por último, un índice temático. De ellos el más interesante es el primero. Aquí, entre otras cosas, se incluye una pequeña lista de las URLS más recomendables para el estudioso clásico.

    En suma, como se ve, estamos ante un magnífico trabajo, que trata de orientar al filólogo clásico, usuario de Mac, sobre las herramientas electrónicas que tiene a su alcance para llevar a cabo su trabajo, a la vez que le aconseja sobre el manejo y la resolución de problemas en su Macintosh. Una de sus principales virtudes es haber conseguido hacer todo esto en tan poco espacio y además con un lenguaje tan claro y pensando sobre todo en el usuario que no tiene grandes conocimientos de informática. Creemos que esto lo logra el autor gracias a que demuestra un perfecto dominio y manejo del entorno Mac y de las herramientas que reseña.

    El único aspecto que me parece más criticable es el seguir insistiendo en la ya vieja y larga polémica sobre qué entorno es mejor, si Mac o PC, algo que en el momento actual creemos ya superado, por supuesto en favor de este último.

C. Macías Villalobos