Pater-mater y genitor-genitrix en la diplomática medieval asturleonesa (775-1037) [*]

Magdalena Arias Alonso

Universidad de León

 

Contenido

 

Estudio de los términos

1. Expresión del concepto de paternidad

2. Expresión del concepto de maternidad

 

 

    La Edad Media está en buena parte ligada al desarrollo de un fenómeno que influirá poderosamente sobre el funcionamiento y la articulación de los sistemas de parentesco: el Feudalismo. La privatización del suelo y la fijación de los hombres a la tierra, la ausencia de autoridad central y el desarrollo de la Iglesia Cristiana, entre otros factores, transforman las relaciones sociales, surgiendo nuevos lazos humanos artificiales, cuyo funcionamiento imita los modelos de convivencia y las relaciones afectivas propias del parentesco real. Fundados en las ideas de solidaridad, alianza y vida en común, encuentran su mejor medio de expansión en la religión cristiana y desempeñan un importante papel en la caracterización del clero y en la organización de la Iglesia durante la Edad Media [1]. Este parentesco espiritual de tipo religioso, libre del pecado original y de toda relación con la concepción biológica y con la sexualidad (pues tiene su origen en los ritos sacramentales, esencialmente en el bautismo, y en la vida religiosa), se va imponiendo socialmente, y, siendo contagiado por las características del sistema feudal, llegará a reproducir, incluso, sus mismas relaciones de dependencia personal y económica pero en un ámbito espiritual [2].

    Teniendo en cuenta la existencia de esta dualidad en el sistema de parentesco medieval y su reflejo en el vocabulario, pretendemos, en estas páginas, realizar una modesta contribución a los estudios sobre el léxico latino de la Edad Media, mediante el análisis de la distribución semántica que, en aproximadamente mil documentos notariales del Archivo de la Catedral de León (en adelante ACL), y en una extensión cronológica comprendida entre los años 775 y 1037 [3], presentan cuatro vocablos del campo semántico del parentesco, utilizados por la tradición latina general como términos de referencia indirecta para la expresión de las relaciones verticales de paternidad y de maternidad, Su estudio determinará en qué medida nuestros documentos reflejan la separación de los parentescos real y espiritual y hasta qué punto los sistemas de parentesco medievales y su terminología hunden sus raíces en la tradición latina cristiana y clásica.

    Antes de iniciar el estudio de los términos creemos conveniente realizar algunas precisiones sobre las características de los textos que manejamos y su relación con el tema que nos ocupa: se trata en su totalidad de documentos notariales de carácter económico en los que instituciones monásticas, reyes, personajes de la alta nobleza o particulares de todos los niveles sociales intervienen como ejecutantes o beneficiarios de compraventas, donaciones, permutas, cesiones... de bienes materiales, pero en los que, más allá de la dimensión puramente económica, las relaciones humanas y las de carácter espiritual y religioso están presentes por doquier y constituyen un fiel reflejo del doble sistema de parentesco y del espíritu de devoción y religiosidad imperante en la sociedad de la Alta Edad Media del Reino de León, sobre todo teniendo en cuenta el impulso de las instituciones monásticas hacia este tipo de actos dispositivos, a los cuales se debe la redacción de la mayoría de nuestros diplomas.

Estudio de los términos

    Para nuestro análisis hemos elegido los vocablos pater, mater, genitor y genitrix [4], debido a dos razones fundamentales: 1º su estabilidad formal y semántica en la terminología general del parentesco y su amplia utilización por la tradición de la lengua latina en todas sus épocas y 2º porque la paternidad y la maternidad constituyen el núcleo de las relaciones de parentesco dentro de la familia restringida en el parentesco real y en el parentesco espiritual (análogo de aquél, pero articulado en un número de relaciones más reducido e inmediato).

1. Expresión del concepto de paternidad:

    En nuestros documentos la cualidad de padre es expresada generalmente con los términos pater y genitor.

    En la lengua latina PATER [5], es el término genérico para expresar la paternidad, y, a diferencia de otros vocablos como parens y genitor, no implica una relación física sino social y religiosa, ligada a conceptos de poder, autoridad, veneración y respeto [6]. De ahí su empleo como epíteto de Júpiter, dios Supremo de los romanos [7], y su uso legal en el compuesto latino paterfamilias, jefe del grupo doméstico [8]. Más ampliamente se aplica también a fundadores o creadores de algo (así a Rómulo y a Eneas), por lo cual el latín de los cristianos lo empleó como epíteto de Dios, de los patriarcas, de los fundadores de la vida monástica y de clérigos de diversos grados. No es de extrañar, por todo ello que designe incluso al padre adoptivo, pues pater significatur potius is qui genuit vel alendo, educando, tuendo sim. genitoris officia praestat vel posteris quibusdam prior est [9].

    GENITOR es un sustantivo formado a partir del participio de perfecto pasivo del verbo gignere «engendrar» [10], más un sufijo de agente -TOR, y, según el ThLL s.u. genitor primitus est vocabulum poetarum vel sublimis dictionis, extendiéndose su uso sobre todo a partir de la época de Apuleyo, para expresar la condición de paternidad derivada de haber engendrado naturalmente uno o varios hijos.

    1.1. Por lo que respecta al parentesco real o natural, la distribución de ambos vocablos en nuestros documentos se realiza de la siguiente manera:

    PATER es empleado como termino general y no marcado para hacer referencia a la paternidad propia o ajena, en cualquier situación y en todos los niveles sociales: ACL 12, 9 (897) [11]: ipsa terra quam abui hereditatam de patere meo Iuliano; ACL 56, 31 [921]*: tibi Cixiliani abbati et pater tuus Rekafredus; ACL 772, 5 (1020): fuit de patre nostro Randemiro Setiz et matre nostra Aragunta; ACL 47, 4 (918): quinionem nostrum proprium de presura patris nostri, bone memorie, domnissimi Adefonsi, referido al rey Alfonso III. Aunque la mayoría de las veces en que se refiere a la filiación paterna del monarca, el término pater es utilizado en la data del documento en expresiones del tipo ACL 885, 18 (1031) Regnante rex Veremudo in Legione in civis patri sui [12].

    Frente a éste, GENITOR es preferido por nuestros notarios para referirse a la paternidad de personajes ilustres [13], y de alta consideración social o económica. De los 43 testimonios registrados, en 13 ocasiones designa al padre del monarca: ACL 40, 9 (916) en que Ordoño II menciona a su padre como genitor noster, glosiosusque rex domnus Adefonsus; ACL 257, 6 (952): eum obtinuerunt antecessores vestri de dato genitoris mei, cui memoria sit in benedictione, en referencia a Ramiro II. Frente a la connotación de autoridad que poseía el término pater, genitor es utilizado aquí conscientemente por parte del notario para poner de relieve el origen noble y la filiación natural y exacta de los reyes con relación a sus padres y antecesores, a la vez que, el recurrir a un término más culto y de uso poético, hace mas solemne y ennoblece la figura del monarca. A partir de aquí el uso ennoblecido se extiende a otros personajes ilustre ligados a la persona del rey o a la administración palaciega, como el «comite» Munio Fernández, ACL 882, 2 (1031), u otros personaje destacados social o económicamente, ACL 707, 31 (1012): et fuit ipsa villa de genitore meo Ruderigo Muniz cuius sit memoria eius in benedictione [14].

    Un uso análogo constatamos para la forma del plural GENITORES, término con el que se expresa a la vez la filiación paterna y materna; sirvan de ejemplo ACL 89, 4 (931): genitores et antecessores illorum, domnus Adefonssus et domne Scemena (reyes); ACL 587, 9 (999): pro requiem et beatitudinem genitoribus meis dive memorie Sarraceno Munnioniz et Sarracena [15]; ACL 952, 15 (1037): propter remedium anime mee et de genitoribus meis Fafila Fredenandiz comite et domna Adosinda comitissa.

    No obstante en algunas ocasiones GENITOR y GENITORES aparecen como equivalentes de pater, parentes referidos a personas, para las que, a través del análisis detallado del contenido del documento y de su expresión lingüística no nos atrevemos a afirmar con seguridad su pertenencia a grupos sociales de condición elevada: ACL 891, 10 (1031): et abuimus illum de avio nostro Avolo et de genitori meo Froia; ACL 870, 5 (1030): et avimus ipso solare de genidoribus nostre Maurelle et Argentea. La utilización de esos términos podría deberse a un intento de especificar la verdadera filiación biológica de los protagonistas, sin descartar, tampoco, un intento de erudición clasicista por parte del notario e incluso, un uso puntual del término sin connotaciones de ningún tipo [16].

    1.2. En el parentesco espiritual, la relación de paternidad establecida entre los clérigos, entre éstos y la divinidad, y la de los fieles cristianos con los clérigos y con la divinidad, gracias al vínculo de la religión cristiana, es expresada generalmenrte por PATER y su plural PATRES [17], se emplea como apelativo honorífico de obispos: ACL 260, 5 (953): iste pater iam memorati Gundisalvi aepiscopi; ACL 333, 6 (960): pro substentatione patruum aepiscoporum succedentium; de abades: ACL 916, 8 (1033): et est serie testamenti quem voleo facere ego Gotina ad vobis patri nostro Iohannis abba; de fundadores de órdenes monásticas, en especial de San Benito, padre espiritual de los monjes occidentales [18]: ACL 568, 15 (995): Christi certatrices sub regula Benedicti patris deervientes; ACL 674, 5 (1008): in ipo loco militare Christo sub regula patrum.

    Asimismo se aplica también a Dios Padre (solo o junto a las demás personas de la Santísima Trinidad en las fórmulas iniciales de invocación trinitaria, con las que suelen comenzar casi todos los documentos), generalmente acompañado de epítetos que aluden a su poder, grandeza, divinidad, etc. [19]: ACL 38, 7 (916): nos, idem famuli patris sumni, regis eterni [20]; ACL 689, 3 (1010): In nomine simplo, trino divinoque Patri videlicet ingenitus, Filius in tempore genitus nempe Sanctus [21].

    GENITOR   y GENITORES es utilizado en referencia a Dios Padre, ACL 880, 4 (1030): In nominis genitori geniti, sobre todo en fórmulas trinitarias que indican la identidad consustancial de las tres Personas de la Santísima Trinidad y su indivisa unidad: ACL 543, 8 (990): nec antecellens genitor ab eo quem genuit [22].

    Fuera del ámbito divino son apelativo honorífico de clérigos en ACL 525, 6 (989) en que una mujer y sus hijo denominan genitori nostri al monje beneficiado por la venta que realizan, y ACL 670, 5, (1008) en el que Citi y su esposa Gemma venden unas propiedades a un presbítero y a un confesor a los que el vendedor califica de genitores meos [23].

    Tanto el uso de pater, como el de genitor destacan la grandeza de Dios. La diferencia está en que pater incide más sobre su poder, su autoridad, su dominio sobre los hombres y sobre el mundo (uso de adjetivos como summus, auctor, omnipotens), alejándose, así del uso neutral que el término tenía en el parentesco real.. Esta idea de dominio espiritual es también visible cuando pater es aplicado a altas dignidades de la Iglesia y de la Religión Cristiana [24], y constituye una prueba de que el parentesco espiritual-religioso se superpone al parentesco real, al eliminar las connotaciones sexuales que la paternidad implicaba para la Iglesia. Este hecho se observa también en el empleo de genitor, término con el cual se pretende más bien destacar la sustancia divina de Cristo, engendrado por Dios, quien es a la vez Creador Supremo de todas las cosas.

2. Expresión del concepto de maternidad:

    Mater y genitrix expresan en nuestros documentos la cualidad de madre.

    En la lengua latina MATER es un término antiguo de origen indoeuropeo y, al igual que sucedía con pater, es el vocablo universal para denominar a la madre, pudiendo ser aplicado no sólo a personas, sino también a animales y plantas (lo cual no sucede con genitrix). Implica una idea de dignidad social (y no de poder como pater) por lo que puede ser utilizado como epíteto honorífico de divinidades femeninas (Vesta, Cibeles, Tierra, Ceres...) y personajes ilustres (mujeres de la familia imperial, sacerdotisas...) y designa no sólo a la mujer que ha dado a luz a un hijo sino a la que se encarga de su cuidado y de su alimentación, es decir, nodrizas, madres adoptivas, etc. [25].

    GENITRIX es el nombre femenino correspondiente a genitor, de uso característico en la lengua poética y en la prosa de estilo elevado para expresar la condición de maternidad derivada del alumbramiento. FORCELLINI s. u. genetrix, establece la desigualdad con mater en que genetrix et mater hoc differunt, quod illa semper quae genuerit dicitur, haec aliquando pro nutrice ponitur.

    Con relación a sus correspondientes pater y genitor, los términos que designan a la madre son mucho menos frecuentes en la documentación del ACL, debido, tal vez, a la subordinación jurídica de la mujer al varón el la Edad Media, lo cual oscurece su capacidad legal de actuación, y la preferencia patrilineal en la expresión de las relaciones de filiación paternal.

    2.1. Al igual que sucede con pater, MATER es el término neutro utilizado en más ocasiones para referirse a la filiación materna propia o ajena, lo cual, parece estar de acuerdo con la noción legal del término y el carácter jurídico de nuestros textos diplomáticos. ACL 382, 11 (964): ipsa mea hereditate quam habeo de patre moe Dolcidio et de mea mater Perra; ACL 653, 23 (1005): Sabella qui est mater Iuliano.

    GENITRIX [26], por su parte, es aplicado exclusivamente a mujeres que merecen una elevada consideración por su relación con el poder real o espiritual [27]: la Reina madre, ACL 461, 2 (978): Ranimirus, nutu divino rex, una cum consensu domina et ienetrix mea, domna Tarasia, regina; ACL 623, 5 (1002): Ego Adefonsus princeps, una cum genitrice mea domna Geloira; la madre de un obispo (equivalente al rey en el parentesco espiritual) ACL 220, 56 [950] a la que el propio obispo denomina genitricis mei y sobre todo a la Virgen María, madre de Jesucristo (equivalente a la reina en el parentesco espiritual) ACL 40, 4 (916): ob honorem domne mee, gloriose sancteque Dei genetrix Sancte Marie [28].

    2.2. En el parentesco espiritual, el vocablo GENITRIX está ausente totalmente de nuestros documentos. La maternidad espiritual es expresada, pues, con el término MATER y siempre ligado a ciertas connotaciones de dominio y de poder, siendo epíteto de la Iglesia Católica (madre espiritual y directora de la fe de todos los cristianos): ACL 847, A, 2 (1028): imprimis sit extraneus ad sancta mater ecclesia [29]; de la iglesia catedral (con poder sobre otras iglesias a ella subordinadas): ACL 384, 2 (965): Do ad Sanctam Matrem et ad episcopum que in ea fuerit; y a la abadesa de un monasterio femenino (con poder sobre sus monjas): ACL 711, 6 (1013): monassterio Sancte Migaeli de matre Vita.

    Destaquemos finalmente que mater y genitrix nunca son utilizados en sus formas de plural.

    Según esto mater se refiere generalmente a elementos abstractos, libres de connotacciones sexuales y relacionados con el poder de la Iglesia.

    Por su parte genitrix es un cultismo que se aplica a mujeres con poder real o espiritual, pero su carácter es más afectivo y a la vez más solemne, una especie de título honorífico como premio a su papel engendrador de personajes ilustres para la sociedad o para la Iglesia.

    Una vez analizados estos términos podemos concluir que:

    1. PATER y MATER serían los términos que expresan la paternidad y la maternidad con un carácter jurídico y muchas veces ligados al dominium social (cuando se trata de reyes, nobles, o personas ligadas a la jerarquía eclesiástica) o a la potestas espiritual (cuando se utiliza para las instituciones de poder de la Iglesia o para sus representantes) sobre los hombres.

    Son los preferidos por ell parentesco espiritual ya que no existe en ellos relación ninguna con el acto de engendrar, concebir o dar a luz, noción negativa para la Iglesia cristiana [30].

    2. GENITOR y GENITRIX serían términos de un registro lingüístico más culto y ennoblecido, tal vez más afectivos [31], que los acercan más a los hombres. Asociados sobre todo a la idea de procreación natural (aunque también a veces ficticia) son aplicados incluso a Dios, a la Virgen María y a otros personajes de la Iglesia a los que ésta debe su propio naciamiento y su continuación.

    El latín notarial, considerado lengua «mal aprendida» y asociada al uso de fórmulas, selecciona, a veces, y usa conscientemente estos vocablos adaptándolos a los personajes.

    Vemos, pues, su continuidad general con respecto a los usos y contenidos semánticos de la tradición anterior cristiana y clásica, pero aplicados, a veces, a una nueva realidad ligada al desarrollo del cristianismo.

 

NOTAS

[*] Estas páginas son fruto parcial de un trabajo de investigación que estamos realizando con ayuda de una beca concedida por la Excma. Diputación Provincial de León.

[1] Pero este modelo de parentesco artificial de tipo espiritual y religioso no es un fenómeno exclusivamente medieval. Su origen está ligado a la evolución producida en la estructuras de parentesco de la Europa Occidental a partir del s. IV d. C. como consecuencia de la extensión del Cristianismo y el desarrollo de la Iglesia como institución. Cf. A. Guerreau-Jalabert, «La designation des relations et des groupes de parenté en latin médiéval», ALMA, 46, págs. 65-108, en concreto pág. 81, nota 19.  J. Goody, La evolución de la familia y del matrimonio en Europa, Barcelona, 1986 , pág. 266 y sigs.

[2] «La principal caracteristique du système de parenté propre aux sociétés europeennes à partir du Vè siècle: l’ imbrication progressive établie par l’intermédiaire de l’Église de la parenté réelle et de la parenté spirituelle, qui, se trouvant à la fois largement assimilées et nettement distinguées, constituent une structure dans laquelle le spirituel se superpose au réel avec une valeur englobante». A. Guerreau-Jalabert, loc. cit., págs. 106-107. Véase también M. Lauwers, «Le cimetière dans le moyen âge latine: lieu sacré, saint et religieux», HSS 54 è année,  5 (septiembre-octubre 1999) , págs.  1.047-1.072, en concreto pág. 1.047.

[3] Los documentos que manejamos han sido convenientemente editados por el Centro de Estudios e Investigación «San Isidoro» en su colección «Fuentes y Estudios de la Historia Leonesa». E. Sáenz, Colección documental del Archivo de la Catedral de León (775-1230), I (775 -952), León, 1987;  E. Sáenz y   C. Sáenz, Colección documental del Archivo de la Catedral de León (775 - 1230), II (953 -985), León, 1990. J.M. Ruiz Asencio, Colección documental del Archivo de la Catedral de León (775-1230), III (986-1031), León, 1987; J. M Ruiz Asencio, Colección documental del Archivo de la Catedral de León (775-1230), IV (1032 - 1109) , León, 1989 .

[4] Independientemente de la forma con que estos términos aparezcan en los ejemplos que citemos, utilizaremos siempre estas variantes gráficas para referirnos a ellos, ya que son las que con más frecuencia aparecen en nuestros diplomas.

[5] DELL s.u. pater

[6] De ahí que sea aplicado también a divinidades y elementos de la naturaleza divinizados. Cf. ALD s.u. pater. FORCELLINI dice que pater est civili et morali ratione, pudiendo usarse como apelativo respetuoso y honorífico de emperadores, senadores, etc. Isidoro, en cambio (Etym 9, 5, 3) lo relaciona etimológicamente con patratio, es decir, con el acto de procreación.

[7] Iuppiter, del vocativo Ie. * dyeu pater, donde la noción de paternidad física está totalmente excluida. Cf.  E. Benveniste, Vocabulario de las Instituciones Indoeuropeas, Madrid, 1983, pág. 138.

[8] Ulp. Dig. 50, 16, 195, 2. Para el concepto romano de paterfamilias, véase también J. Ellul, Historia de las Instituciones de la Antigüedad, Madrid, 1970, pág. 264. J. Guillén, Urbs Roma, vida y costumbres de los romanos, I: la vida privada, Salamanca, 1988, págs. 118 -119.

[9] ThLL s. u. pater.

[10] DELL s.u. gignere; DCECH s.u. engendrar. Isid. Etym 9, 5, 4: genitores autem a gignendo.

[11] Citamos los documentos primero indicando el número del documento en la edición, seguido de la línea en que se encuentra el ejemplo que recogemos y entre paréntesis el año de redacción del documento. Si este es falso tras el año aparecerá un asterisco.

[12] Indicando el rey que ocupa el trono en el momento de la redacción (civis, regnum, sedis..., son los términos que designan el trono) y su filiación ascendente con el anterior soberano. El uso de pater estaría relacionado con las connotaciones de autoridad, poder, veneración y prestigio que implica el título real y con la necesidad de expresar el carácter de sucesión patrilineal de la monarquía. Véase además ACL 599, 4; ACL 921, 10.

[13] ThLL s.u. genitor.

[14] Suponemos su rango elevado a partir de las características de redacción del documento, su contenido y el lenguaje utilizado: se trata de un largo documento en el que abundan expresiones formularias, extensos períodos oracionales, términos asociados a personajes de la nobleza (p. ej. cuius sit memoria eius in benedictione) , gran cantidad de confirmantes, utilización del apellido tras el nombre de éstos y de los protagonistas, valor de las propiedades que se venden, etc.

[15] Sirva para su identificación como personajes ilustres lo que hemos dicho en la nota anterior.

[16] Podemos destacar también el testimonio del masculino GENITOR en clara alusión al progenitor femenino, ACL 425, 20 (973): omnia mea que michi dimisit genitor mea domna Gonterode, empleo constatado por ThLL s.u. genitor, lo cual en nuestra opinión es una prueba más del carácter elevado y privativo del vocablo para personajes ilustres y / o contextos especiales.

[17] Título honorífico y solemne, atestiguado en latín cristiano y medieval. A. Blaise, Dictionnaire Latin-Français des Auteurs Chrétiens, Turnnhout, 1954; s.u. pater; Idem, Lexikon Latinitatis Medii Aevii, praesertim ad res ecclesiasticas investigandas pertinens, Turnhout, 1975, s. u. pater; ThLL s.u. pater.

[18] Llorca-García, Villoslada, Montalbán, Historia de la Iglesia Cátolica, I Edad Antigua, Madrid, 1976, pág. 615. A. Blaise, Le Vocabulaire Latin de principaux thèmes liturgiques, Turnhout, 1954; s.u. pater. I. V. Benavides Monje, «Algunas fórmulas de contenido religioso en el protocolo de documentación asturleonesa (775-1230)», en Actas del Congreso Internacional Cristianismo y Tradición Latina, Málaga  (en prensa).

[19] ThLL s.u. pater, usado por el latín cristiano con epítetos que ilustran su naturaleza o su majestad: dominus, deus, summus, omnipotens, aeternus, pater luminis...

[20] También ACL 490, 10 (983): Ita et te Patrem abemus auctorem; ACL 527, 7 (989): bona ad patrem luminum descendens; ACL 656, 11 (1005): imprimis abeat iram Dei patris omnipotentis qui feci celum et terra. ThLL s.u. pater Lact. Inst., 4, 3, 11Omnem deum patrem nuncupari, non tantum honoris gratia, verum etiam rationis, quod et antiquior est homine et quod vitam, salutem, virtum praestat ut pater. A. Blaise, Le vocabulaire Latin,  pág. 269; con relación a nosotros la paternidad divina ofrece dos aspectos ya presentes en el Antiguo Testamento: a) Dios es aquél que nos ha creado; b) Es el que vela por nosotros con su bondad.

[21] ACL 333, 1, (960): In nomine Patris et Filii et Spiritus Sancti, in secula seculorum regnantis, Deus noster. AmenACL 946, 7 (1036): Pater Sanctus, Spiritus etiam et Filius Sanctus, unitas unitatis.

[22] ThLL s. u. genitor, referido al Dios de los cristianos, lo asocia a la idea de creación, fundación del mundo y de todo lo hombres. A. Blaise Le vocabulaire Latin, pág. 356 lo asocia además a la generación espiritual de Jesucristo.

[23] Tal vez se trate de un título honorífico, como el que recoge ThLL s.u. genitor: genitor dicitur persona cui ob aetatem, dignitatem, auctoritatem, cultus tamquam patri debetur. Sin descartar la posibilidad de una relación de familiaritas espiritual de lo otorgantes de los documentos con el monasterio de que forman parte estos genitores, fruto del fenómeno típicamente medieval de encomendarse a un monasterio mediante una traditio corporis et animae. Cf. S. Ruiz de Loizaga, Iglesia y sociedad en el Norte de España (Alta Edad Media), Burgos, 1991, págs. 52-54, 77-78 y 174.

[24] A. Pariente «Parens y Parentalia» Emérita, 44, fasc. 2º 1976, págs. 303-319, en concreto pág. 309.

[25] ThLL s.u. mater; DELL s.u. mater. A. Burguière-Ch. Klapisch-Zuber, et alii (dir.), Historia de la familia, I Mundos lejanos, mundos antiguos, Madrid, 1988, pág. 73: «La maternidad se basa no tanto en la función genitora como en el papel social que se atribuye a la madre».

[26] Los diccionarios de latín medieval de DuC y de NIERMEYER ni siquiera registran el término.

[27] No obstante mater también es empleado para estos personajes: a) reina madre, ACL 436, 25 (975)*: matris et creatricis ipsius principis memorate Geluire. La explicación de su uso estaría en un intento consciente por parte del notario de diferenciarlo de la Virgen María, la cual aparece calificada como genitrix en este mismo documento. Para ennoblecer este término genérico añade creatricis haciendo de matris et creatricis una expresión análoga a genitrix, pues, según ThLL s.u. creatrix, desde Catulo es empleado por la literatura latina como equivalente de mater, genetrix, en usos poéticos. b) La Virgen María (cuatro ocasiones) y siempre como Mater Domini, explicable por la connotación de poder asociada al genitivo Domini. A. Blaise, Le vocabulaire Liturgique, pág. 346, la expresión genetrix Domini, se hizo habitual en latín litúrgico desde el siglo IV para expresar la maternidad divina de María en un ser humano y con ello en toda la humanidad a través de Jesús, que era Dios y no un hombre adoptado por la divinidad. Mater también es empleado enn referencia a la madre de personas integradas en la vida religiosas, pero inferiores al obispo (presbíteros, diáconos y monjes): ACL 93, 18; ACL 428, 5; ACL 677, 5.

[28] ACL 260, 1 (953) genetrix Domini y ACL 911, 1 (1033) genitrix Christi.

[29] ThLL s.u. mater porque desempeña la función de una madre y es fundadora o creadora de una gran familia.

[30] La noción de sangre ha desaparecido aquí, pero se sigue utilizando para construir una comunidad familiaar análoga a la resultante de la procreación utilizando sus mismos términos de referencia.

[31] Característica esta del latín cristiano. A. Blaise, Manuel de Latin Chrétien, Estrasburgo, 1955, págs. 40 y 52.