RESEÑA

Jorge Ameruzes de Trebisonda, El diálogo de la fe con el sultán de los turcos, ed., trad. y estudio al cuidado de Óscar de la Cruz Palma, Madrid, Consejo Superior de Investigaciones Científicas-Universidad Autónoma de Barcelona, 2000, págs. XXX+234+VII láms.

Uno de los propósitos que ha perseguido hasta el momento el grupo de investigación denominado «Bizantinística, Neohelenismo y Balcanística», dirigido por el Dr. Pedro Bádenas de la Peña, del Instituto de Filología (Departamento de Estudios Greco-Latinos) del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) es el estudio y la edición de textos de las sociedades ortodoxas de épocas tardobizantina y postbizantina.

Dentro de esta línea de investigación, con la edición del Diálogo del muchas veces denostado Jorge Ameruzes de Trebisonda (c.1400-post.1469) por parte de la historiografía y la crítica literaria, se ha llegado al noveno título publicado dentro de la colección «Nueva Roma. Bibliotheca Graeca et Latina Aevi Posterioris», que coeditan el mismo CSIC y la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB).

El Diálogo, en realidad intitulado Dialogus de Fide in Christum habitus cum Rege Turcarum y subtitulado De fide uel Philosophus (lo citaremos simplemente como Dialogus o bien Dialogus de Fide) es, por sí mismo, en palabras de su editor, «no sólo una prueba o un documento del humanismo bizantino, sino también una propuesta de coexistencia dirigida a los griegos ahora bajo el dominio turco» (pág. XI) ya que debe contarse entre la literatura de época humanística que debate las oposiciones religiosas entre la cristiandad y el Islam que sucedieron tras la caída de Trebisonda en manos de los turcos (1461). Sin embargo, las motivaciones de Ameruzes para emprender la elaboración de su Dialogus de carácter teosófico no representan ninguna novedad y son coherentes con la mentalidad del autor y de acorde con algunos precedentes de aproximación al Islam que surgieron tanto en occidente como en el Levante del Mediterráneo. Es así que el humanista bizantino enlaza con una tradición de contacto para el conocimiento del Islam que quizás inaugura la traducción organizada por Pedro el Venerable (1142) en el ámbito de la Segunda Cruzada. Éste trae la idea protohumanista de convencer a la universalidad a partir de la palabra y, por consiguiente, la traducción se convierte en un instrumento útil para la difusión. Los siglos siguientes dan otros nombres con proyectos semejantes al que acabamos de mencionar; es el caso, verbigracia, del beato mallorquín Raimundus Lullus quien, en la transición de los siglos XIII-XIV, tomó medidas no sólo intelectuales de aproximación al Islam (como la traducción al árabe de algunos títulos teológicos: Ars inuentia veritatis, Liber contemplationis), sino que fue capaz de pasar a la acción dirigiéndose al mundo musulmán de Túnez para predicar el cristianismo. Así mismo, la búsqueda de comunicación desde el occidente europeo continúa en el mismo tono cuando ya no los árabes, sino los turcos otomanos llegan a adquirir el poder de la capital de Bizancio, Constantinopla.

Desde los sitios de la Reforma en el s.XVI se continuaron los intentos de aproximación con el Islam. Recordemos solamente dos nombres más: Felipe Melanchton, cuyos escritos suponen un buen ejemplo de entendimiento entre Reforma y ortodoxia, y el ilustre helenista Magnus Crusius, quien, desde Tübingen, demostró condescendencia con el mundo del Islam al elaborar su ingente Turgograecia, así como también realizó el primer estudio y edición de algunos extractos que se conoce sobre el Dialogus de Fide y que se titula como De Georgii Ameruzae philosophi dialogo de fide in Christum cum rege Turcarum (Göttingen, 1745).

Ahora bien, en oriente, la ortodoxia bizantina también mantuvo posturas de aproximación con el Islam; es el caso de Manuel II Paleologus, con su Dialogus cum Mahumetano, o bien el atribuido Manuelis Palaeologi cum Persa quodam dialogi sex et uiginti. Otros nombres serán los de Constantino Láscaris (autor al que Teresa Martínez Manzano dedica una magnífica monografía titulada Constantino Láscaris, semblanza de un humanista bizantino dentro de la ya citada colección «Nueva Roma»), Jorge de Trebisonda, Jorge Chalconoyla Atheniensis, Constantino Lúcaris y el del propio Jorge Ameruzes de Trebisonda, autor de nuestro Dialogus, que prefirió mantenerse en suelo turco a pesar de que la mayoría de intelectuales bizantinos habían huido hacia occidente desde las fechas próximas a la caída de Constantinopla.

El Dialogus de fide que hasta ahora sólo contaba con la ya mencionada edición fragmentaria de 1745 pero con un excelente estudio en forma de opusculum por parte de Magnus Crusius y de la edición íntegra que en 1987 llevaron a término A.Argyriou y G. Lagarrigue («Georges Amiroutzès et son Dialogue sur la foi au Christ tenu avec le Sultan des turcs» en Byzantinische Forschungen, XI,(1987)), a pesar de que otros sabios del XVI al XVIII ya habían hablado sobre Ameruzes (tal es el caso de Hodius, Leo Allatius o Guillelmus Caveus), se edita y traduce por primera vez en español de forma íntegra. Para ello, su editor y traductor, Óscar de la Cruz Palma, profesor del departamento de Ciencias de la Antigüedad y Edad Media de la Universidad Autónoma de Barcelona y colaborador del CSIC, ha contado con la posibilidad de trabajar directamente a partir del manuscrito latino 3395 del Dialogus que se conserva en la Biblioteca Nacional de Francia.

Pasando a la sustancia de la edición, o sea, a los criterios seguidos para ofrecer un texto depurado de errores, en la medida de lo posible, es de destacar la comparación con el texto latino (que se presenta en forma paralela al castellano). El texto va acompañado de un riguroso apparatus criticus basado en el método neolachmanniano del error común, que sigue al estudio introductorio (págs. XIII-XXVI) en donde se abordan los referentes biográficos del autor tales como la relación de Ameruzes con el Concilio de Ferrara-Florencia o con el propio sultán de los turcos, donde el editor pone de manifiesto y repasa la polémica en torno al porqué Ameruzes redacta una apología del cristianismo en suelo turco, y que encuentra respuesta en el mensaje político que nos transmite el proemio que precede al texto (éste ya fue editado por Óscar de la Cruz en Hispania Sacra, 51 (1999), págs.101-118 bajo el título de «El Dialogus de Fide de Jorge Ameruzes de Trebisonda. Un mensaje político en el proemio»).

Prescindiendo de notas a pie página que podrían ser de gran utilidad, teniendo en cuenta la dificultad de interpretación del mensaje, acompaña al texto latino-español la conocida tabla de concordancias (págs. 187-194) extraída de la Biblia Sacra iuxta uulgatam uersionem de Robertus Weber (ed.), publicada en Stuttgart en 1969 y reeditada en 1983.

La edición se cierra con la reproducción fotográfica de siete láminas del manuscrito latino 3395 de la Biblioteca Nacional de París en las que se aprecia el buen estado de conservación del manuscrito, pero no por esto más fácil de editar. Ya que para ello el profesor Óscar de la Cruz se apoya en un amplio y sólido abanico de conocimientos de los textos religiosos, teosóficos y literarios que forman parte del humanismo bizantino y que, tal y como dice nuestro editor, "deben contribuir a conocer las relaciones entre el mundo bizantino y el mundo turco, y entre Bizancio y occidente" (pág. XV); campos de estudio, todos ellos, que últimamente parecen haber renovado el interés entre la comunidad científica, de lo cual nos congratulamos.

Enric Mallorquí Ruscalleda

Universidad Autónoma de Barcelona